La Guía Bienvenidos a Rosario, dirigida y editada por Liliana Tenenbaum y Elbio Martínez, ejemplar numero 52, junio de 2008, en variadas e interesantes notas culturales y turísticas destaca que:
El 27 de febrero de 1812, a las seis y media, en un atardecer resplandeciente, fue enarbolada por primera vez nuestra bandera celeste y blanca. El general Manuel Belgrano concedió tal honor al vecino de Rosario, Cosme Maciel. Sesenta años después a iniciativa de Nicolás Grondona se construyó el " primer monumento a la bandera ". Una creciente del río se llevó ese homenaje . En 1909 la Comisión Nacional del Centenario firmó con la escultora tucumana Lola Mora un contrato para erigir un nuevo monumento, el que fue rescindido en 1925. Los grupos escultóricos enviados desde Italia por Lola Mora deambularon por distintos sitios hasta que no hace mucho tiempo fueron situados en el Pasaje Juramento junto al Monumento Nacional a la Bandera obra de los arquitectos Guido y Bustillo y el escultor Fioravanti.
El docente, periodista y escritor Héctor Sebastianelli en una excelente nota ha expresado que:
Cuando el 20 de junio de 1957 fue inaugurado oficialmente el Monumento Nacional a la Bandera poníase feliz término al largo y accidentado preceso que demandó más de 95 años para concretarse. Porque si consideramos que desde la primera referencia a la bandera que se da con la creación del escudo en 1862, por iniciativa de don Eudoro Carrasco, hasta la consagración con el primer premio, el 22 de setiembre de 1940, en el concurso nacional de anteproyectos al lema " Invicta ", presentado por los arquitectos Angel Guido y Alejandro Bustillo, se desenvuelve un compendio cronológico de paralizaciones por falta de fondos, frustraciones, contramarchas, colectas populares entre 1936 y 1943 y el pintoresquismo amalgamado con la alegría y la fe inclaudicable de sus realizadores.
Todas estas cosas los argentinos deberíamos empezar a conocerlas desde la escuela primaria puesto que nos asombra el desconocimiento que exhiben no sólo los jóvenes estudiantes sino los adultos que deben aleccionarlos. Y en rigor no es justo reconocimiento a tantos rosarinos que sacrificaron sus vidas para que la Patria levantara el Monumento a su bandera, a la que amamos, la de todos los hombres que habitan el suelo argentino.
En nuestra barranca, a la vera del " río color de león ", el general Belgrano creó a la bandera - como reza en letras de piedra en la cripta del Monumento - siendo las 6,30 horas de la tarde del 27 de febrero de 1812.
Cuando enfrentamos la plasticidad gigantesca del Monumento Nacional a la Bandera totalmente construído en mármol travertino, sin patinar, de San Luis - nos sorprende el increíble equilibrio de las masas arquitectónicas del pétreo conjunto. En rigor es el primer ensayo de lo que en Latinoamérica podría llamarse " renacimiento de la arquitectura monumental ". Los griegos en su famosa Acrópolis de Atenas y los góticos en la época medieval con sus catedrales ojivales, usaron la arquitectura como monumento. Hoy frente a la escala enorme de valores traída por los rascacielos y los edificios de propiedad horizontal, el monumento exclusivamente escultural está decadente. No era posible en un ámbito rodeado de grandes edificios, ni la estatua aislada ni la manida ecuestre, expresiones magníficas desde el " Colleoni " de Verrochio y el " Gattamelata " de Donatello, desubicadas en tiempo y espacio. Esta es la razón por la cual el Monumento Nacional a la Bandera fue concebido en escala grandiosa, ya que el tema de suyo tenia la ancha dimensión estructural y plástica lograda.
El Monumento está divido en tres grandes partes y un mástil de treinta metros de alto en donde ondea majestuosa la Bandera de ocho metros de largo por cuatro de ancho, con su sol de un metro veinte centímetros de diámetro bordado por mujeres rosarinas. Las partes a describir son la Torre Central, el Propileo Triunfal de la Patria y Galería de Honor de las Banderas de América y la Escalinata Cívica que une ambos cuerpos arquitectónicos.
Veinticinco temas escultóricos, diecinueve en torno de la Torre y seis en el Propileo y Galería de las Banderas, forman parte del Monumento. Además encontramos cinco grandes estatuas de bronce, dos importantes estatuas y dos cruces de piedra, cuatro amplios bajorrelieves de mármol, dos bajorrelieves de bronce y dos de mármol en tamaño menor, sumándose diecinueve escudos de las provincias argentinas realizados en mármol, asi como cuatro soles incaicos.
Cuando reparamos en la simbología del conjunto, no dudamos, entonces, que debieron haberse conjugado múltiples propósitos estéticos, patrióticos, espirituales, históricos, técnicos y también económicos. En principio la originalidad de la concepción en gran escala consistió en tomar toda la plaza Belgrano - dos manzanas de longitud -, aunque las bases del concurso exigían la superficie extrema, donde hoy se levanta la Proa y la Torre.
La simbología del Monumento - según expresiones del arquitecto Guido - está inspirada en los valores filosóficos conforme a Scheller. Valores, por orden jerárquico, espirituales, telúricos, históricos y económicos. Espirituales: la Patria y la Fe Cristiana, representadas en la Patria Abanderada y la Patria de la Fraternidad y el Amor; y la Cruz Cristiana a manera de mástil de la Patria. Telúricos: La Pampa y Los Andes, el Océano Atlántico y el río Paraná. Valores históricos: Creación de la Bandera por el general Manuel Belgrano, en Rosario, jura de la Bandera en Jujuy por el general Belgrano, el 25 de Mayo de 1812, las damas mendocinas bordando la Bandera de los Andes y jura de la misma por el ejército del general San Martín, el 5 de enero de 1817. Valores económicos: los cuatro puntos cardinales de la Patria con sus riquezas naturales.
Mencionaremos la Cripta de Belgrano cuya figura es obra del escultor José Fioravanti, enfrentada a una cruz de piedra instalada en un nicho adecuado y donde al pie, según fue pensado por los autores, serían depositados en un futuro los restos mortales del insigne Belgrano.
La Escalinata Cívica, Propileo y Galería de Honor de las Américas, fueron introducidas después. La primera y el segundo, en 1947, durante la primera presidencia del general Juan Domingo Perón, siendo presidente de la Comisión Nacional el general Alberto Guglielmone, con grandes contratiempos puesto que no todos los miembros del organismo estaban de acuerdo. En 1956 se aprobó el proyecto de Galería de Honor de las Américas, que resume el permanente homenaje a todos los pueblos americanos.
Imágenes del Balcón de Evita, en el antiguo palacio de la ex Jefatura de Policía, recordatorio de su visita a la ciudad de Rosario, en calles Santa Fe y Moreno; y del Monumento Nacional a la Bandera, ubicado frente a las barrancas del río Paraná de la ciudad de Rosario.
Imágenes y texto cortesía de mi amigo Carlos Vitola Palermo de Rosario, Santa Fe, República Argentina.