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UN PASEO POR BUENOS AIRES RECORDANDO A EVITA (II)"Vaya mi reconocimiento a quienes posibilitaron este breve calidoscopio de fotografías para conocer y vivir lugares y hechos históricos de una singular Buenos Aires, ciudad que tanto fascinó a Evita y desde la cual y hacia todo el territorio argentino y el mundo realizó su trascendental labor. Mi reiterado reconocimiento a la actividad y al esfuerzo desempeñado por el Sr. Mariano Bayona Estradera, quien, desde Barcelona, España, viene talentosamente creando sitios en la web dedicados a la memoria de la Sra. María Eva Duarte de Perón. Cabe decir, como introducción, que Buenos Aires fue fundada, por segunda vez, por Don Juan de Garay, el día 11 de junio de 1580, y que la ciudad de Buenos Aires tiene una superficie de 200 km 2 y es una de las diez más pobladas del planeta, exhibiendo una riqueza histórica reflejada en sus edificios, monumentos, plazas y centros turísticos. Este itinerario de fotografías comprenderá 4 lugares: Congreso Nacional; Teatro Colón; Obelisco; y finalmente el edificio de la CGT o Confederación General del Trabajo". Mi especial agradecimiento a Carlos Vitola Palermo de Rosario, Santa Fe, República Argentina, autor de todas las fotografías que se van a presentar en esta página y principal colaborador de la Documentación Grafica de la página sobre Evita (II). Para facilitar la carga de estas páginas, las fotografías irán apareciendo por los cuatro grupos temáticos indicados.
E v i t a
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"Del Congreso de la Nación por Avda. de Mayo a la Rosada"
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CONGRESO DE LA NACION Avenida Rivadavia y Avenida Callao - Avenida Entre Rìos y Avenida Hipólito Yrigoyen. A orillas del Rìo de la Plata, Buenos Aires muestra monumentales edificios que son atracciones turìsticas y que poseen interesantes historias y encantadores secretos. El Congreso de la Nación es un gigantesco palacio que fue proyectado por el italiano Vittorio Meano e inaugurado en el año 1906, luego de 8 años de obras. Su imponente estilo arquitectónico es un tardìo academicismo italiano, destacándose su cúpula en su exterior y en su interior lujosìsimos salones. En el Congreso tiene su sede el Poder Legislativo de la Nación con sus cámaras de Diputados y Senadores.
El Congreso domina la Plaza del Congreso, que es un conjunto de plazas y bellos monumentos. A la Plaza del Congreso desemboca la Avenida de Mayo, que refleja la opulencia de sus grandes edificios, palacios, hoteles y confiterìas de neto corte español. Esta Avenida de Mayo desemboca a la histórica Plaza de Mayo, donde se ubican la Casa de Gobierno o Casa Rosada, el Cabildo, la Catedral Metropolitana y otras importantes construcciones, como el Palacio de la Legislatura de Buenos Aires, la Pirámide de Mayo, el Banco de la Nación, y el Palacio de Gobierno de la ciudad de Buenos Aires.
El 4 de junio de 1952 Evita se estaba muriendo y con un organismo consumido al extremo por el cáncer comenzaba a vivir sus últimos 50 dìas. Sin embargo, pidió que la ayudaran a vestirse, y a las tres de la tarde subió al automóvil presidencial junto con su marido, envuelta en un hermoso abrigo de pieles. Evita llevaba un precioso collar sobre el pecho, el pelo recogido y un sombrerito con tules. Perón, vestido de general, con todos sus entorchados, iba con ella. Los Ministros Raúl Mendé y Ramón A. Subiza, y el jefe de la Casa Militar, coronel Angel Ballofet, los acompañaban dentro del gran cadillac que encabezó la comitiva. Carlos Vicente Aloé, Juan Ramón Duarte y Raúl Margueirat los siguieron en otro coche, cercados por las motocicletas de los patrulleros, los autos de la custodia y la sirena policial.
Después de revistar las tropas apostadas en la Avenida Callao, llegaron al Congreso. Todos los Ministros esperaban. El Cardenal primado, Santiago Luis Copello; el presidente de la Corte Suprema, Rodolfo Valenzuela; el Intendente municipal, Jorge Sabaté; y demás funcionarios departìan amablemente en uno de los palcos del Congreso. En el otro cuchicheaba la comunidad diplomática en pleno. Encima de todos ellos, con sus cuerpos volcados peligrosamente hacia el vacìo, los delegados obreros aplaudìan frenéticamente desde las galerìas reservadas, extasiados por la llegada de Evita.
Una frase de Perón estampada al pie de un cuadro con la foto de la pareja resumìa aquel momento: " Aunque a muchos parezca extraño, serìa injusto con mi propia conciencia sino expresase con la mejor palabra de mi cariño, mi cordial gratitud hacia una mujer de cuya personalidad no sé que tìtulo merece más agradecimiento del Presidente de la República. Si su condición de lìder del extraordinario movimiento peronista femenino, si su carácter de presidenta de la Fundación de Ayuda Social, que dirige con apasionado amor por la causa de los trabajadores, o su incansable lucha por el bienestar de los humildes. A ella que ha sacrificado todo en aras de nuestros ideales, mi gratitud y mi homenaje junto con mi cariño, lo mejor de mi corazón ".
La entrada de Evita y Perón al recinto recibió un estallido atronador. Héctor Cámpora y Alberto Teisaire, presidentes de ambas Cámaras, les dieron la bienvenida oficial, uno y otro estaban endurecidos por las pecheras de sus fracs. Teisaire fue el encargado de invitar al Presidente electo a prestar juramento, requisito que Perón cumplió sobre los Santos Evangelios. Evita rubricó la fórmula con un beso en la mejilla derecha de su marido y el recinto volvió a estallar. Afuera, otros estampidos atronaban el espacio, eran las 21 salvas de artillerìa que un pelotón de soldados disparaba desde el monumento a los dos Congresos. En forma simultánea, la sirena del diario La Prensa atravesaba la ciudad.
Por Avenida de Mayo y hasta la Casa de Gobierno, y en un Packard descubierto, Evita y Perón tornaron a encabezar la comitiva. Emocionada y feliz, Evita saludó a todos y juntos agradecieron la interminable lluvia de flores que caìa desde todos los balcones de la Avenida de Mayo.
Concluìdas las ceremonias y el juramento de los Ministros, Evita y Perón se asomaron al balcón de la Casa Rosada y volvieron a emocionarse ante los vìtores de la enorme multitud reunida en la Plaza de Mayo.
En la noche del 4 de junio de 1952 Evita volvió a la cama y nunca más se pudo levantar. Habìa sido, realmente, ante el pueblo argentino, su última presentación.
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Homenaje a Dolors Cabrera Guillén
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