DOCUMENTOS SOBRE EVA DUARTE DE PERON 


Eva Ibarguren EVA IBARGUREN EVA DUARTE EVA PERON EVA PERON EVA PERON EVA PERON

María Eva Duarte de Perón / Evita. Argentina 1919-1952

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HISTORIAS, ANECDOTAS y TESTIMONIOS 

Evita en el Hogar de Tránsito Nº 2, hoy Museo Evita, Lafinur 2988, Buenos Aires

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Del Observatorio Astronómico de la Universidad Nacional de La Plata, en el folleto titulado De Ceres a Evita - Un siglo y medio de descubrimiento de planetitas, publicación de la Serie Especial, número 11, director Capitán de Fragata ( R ) Guillermo Wallbrecher, La Plata, con ilustraciones, 52 páginas, año 1951:

En la noche del 3 al 4 de agosto de 1948, los auxiliares del Departamento de Astronomía, señores Juan Ernesto Macluf y Carlos Rogati, fueron encargados de la obtención de una placa con dos imágenes del planetita ( 891 ) Gunhild, que figuraba en el programa de observaciones regulares de dicho Departamento.

La placa fue expuesta en la cámara del Anteojo Astronómico de 342 mm. de abertura, tomando la primera imagen el señor Macluf y la segunda, el señor Rogati.

La placa fue examinada después por el señor Jefe del Departamento, Profesor Miguel Itzigsohn, quien, además del planetita buscado, estableció la presencia de otro, que, por su posición y movimiento - derivado este último de la medición de las dos imágenes obtenidas - parecía no corresponder a ninguno de los catalogados.

En virtud de que el movimiento del nuevo cuerpo era muy similar al del ( 891 ) Gunhild, se decidió fotografiar otra vez a este último, en la esperanza de que aparecieran ambos, lo que realmente sucedió: En la noche del 4 al 5 de setiembre de 1848, los auxiliares Carlos Rogati y Carlos Hernández, expusieron otra placa, empleando en esta ocasión la cámara U V de 160 mm. de abertura, acoplada al Astrográfico, cámara que por tener un campo mayor que este anteojo, aumentaba la probabilidad de éxito. Examinada la placa se constató la presencia del objeto buscado; y lo mismo sucedió con otra obtenida por los mismos auxiliares en la noche del 3 al 4 de octubre de 1948.

Con los cálculos de una órbita, que podía considerarse segura, puesto que se contaba con un arco de dos meses, se pudo calcular una efemérides y en base a ella se obtuvo una cuarta posición derivada de otra placa que expusieron los auxiliares Macluf y Hernández en la noche del 27 al 28 de octubre de 1948. La diferencia entre esta cuarta posición y el valor teórico deducido de la órbita calculada, fue de - 0".9 en ascensión recta y - 2".1 en declinación, lo que vino a demostrar la bondad de las posiciones obtenidas. Todas las posiciones de las placas fueron medidas con el microscopio Hilguer por las auxiliares señoritas Delia Irma Marozzi y Elida Magdalena Balat, y los cálculos y su verificación fueron realizados por el profesor Itzigsohn y sus colaboradores, señores Macluf y Hernández.

El señor Jefe de la Oficina de Cálculos, doctor Pascual Sconzo, estableció la identidad de este planetita con el 1947 L A, observado el año anterior en el Lowell Observatory, de Flagstaff, Arizona, United States, y calculó una efemérides para el año 1949, con ayuda de la cual se efectuaron nuevas observaciones: una por los astrónomos señores Rogati y Hernández, en la noche del 11 al 12 de diciembre de 1949, y otra por el astrónomo Rogati y el auxiliar Altavista, en la noche del 23 al 24 de diciembre de dicho año.

La medición de la placa fue hecha por la señorita Balat, y los cálculos, por el profesor Itzigsohn.

Con los cálculos de tres posiciones ( 1947, 1948 y 1949 ), la Oficina de Cálculos de nuestro Instituto, a cargo del profesor Dr. Sconzo, procedió al cálculo de una órbita mejorada.

Quedaron así cumplidas con exceso las exigencias establecidas por la Unión Astronómica Internacional para que este pequeño planeta reciba número de catálogo y nombre definitivos.

Con respecto a sus características físicas, hay que atenerse a las hipótesis generales, ya que tratándose de planetas muy pequeños, todo descansa en las determinaciones de magnitud, que no pueden ser muy finas, y en suposiciones acerca de sus propiedades reflectoras, o sea su albedo.

En el presente caso, de las estimaciones de magnitud hechas en las distintas placas, se deduce una magnitud media en oposición, de 14.2. Por lo tanto, tomando en cuenta el valor del semieje mayor y suponiendo un albedo promedio de los pocos que se conocen para estos astros, correspondería a un cuerpo de unos 35 km. de diámetro, o mejor dicho, a un cuerpo que nos presentara una superficie equivalente a la de una esfera de esas dimensiones, ya que estos planetitas pueden apartarse sensiblemente de esa forma regular.

De conformidad con las reglas aprobadas por la Unión Astronómica Internacional, el observatorio que haya suministrado el primer conjunto de posiciones que permita el cálculo de una órbita segura ( y en este caso, además, la ha calculado ), tiene derecho a proponer el nombre definitivo del astro.

Es evidente que nuestro Instituto ha llenado con exceso la exigencia, y, más aún, consultado el asunto con el señor Director de la Central de Pequeños Planetas, Profesor Dr. Paul Herget, responde categóricamente en carta dirigida a esta Dirección, con fecha 7 del actual: " puede usted presentar un nombre para el 1948 P A, el que será aceptado, a menos que no haya conflicto con algún nombre anterior. El subcomité de nombres examina todos los nombres nuevos, y no hará ninguna objeción, excepto para evitar confusión con nombres similares a otros ".

Al usar este derecho, que es un honroso premio al esfuerzo del Instituto y su personal, la Dirección desea que sirva para rendir un homenaje a quien ya es un símbolo en todo el territorio de la Patria, por la pureza de sus sentimientos de bien común, por su honda vocación altruísta y por su noble caridad cristiana; símbolo que merece perpetuidad entre los valores argentinos, como fuente de inspiración para las obras elevadas y motivo de relevante emulación para quienes emprenden el camino del servicio social, disciplina de modestia y escuela de sacrificios: Evita.

Que brille para la eternidad el astro identificado con este nombre, que es bandera de esperanza entre los humildes de la Patria, y promesa continental por la trascendencia de su obra humanitaria.

Por las consideraciones expuestas, el Director del Observatorio, resuelve:

Asignar el nombre de Evita al pequeño planeta descubierto en el Instituto Superior del Observatorio Astronómico de la Universidad Nacional de La Plata, en la noche del 3 al 4 de agosto de 1848 y que fuera designado provisionalmente 1948 P A, como homenaje a la señora María Eva Duarte de Perón, por su intensa obra cristiana en favor de los niños, de los ancianos y de los desamparados de todo el país y naciones hermanas.

Comunicar esta decisión al Señor Presidente de la Comisión de Planetas Pequeños de la Unión Astronómica Internacional, para que se registre oficialmente en el catálogo general juntamente con el número definitivo.

Disponer la observación regular del nuevo astro en las oportunidades propicias a efectos del más completo estudio de su teoría.

Felicitar al señor Jefe del Departamento de Astronomía Extrameridiana, Profesor Miguel Itzigsohn, por el importante descubrimiento y expresar la complacencia de la Dirección por la actividad de sus colaboradores inmediatos: Prof. Dr. Pascual Sconzo; señores Juan Macluf, Carlos Rogati, Carlos Hernández, Carlos Altavista y señoritas Delia Irma Marozzi y Elida Magdalena Balat.

Háganse las comunicaciones correspondientes, notifíquense los Departamentos científicos, tome razón Secretaría y archívese.

Fdo.: Guillermo Wallbrecher, Capitán de Fragata ( R ), Director.

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De Jorge Miguel Couselo, crítico cinematográfico, periodista, ensayista, guionista, historiador de cine, profesor de Historia del Cine Argentino, miembro de la Academia de las Artes y Ciencias Cinematográficas de España ( AACCE ), escritor, autor del libro titulado Cine argentino en capítulos sueltos, interesantísima edición del Instituto Nacional de Cine y Artes Visuales ( INCAA ), el 23º Festival Internacional de Cine de Mar del Plata, la Universidad del Cine de Buenos Aires, y el Museo del Cine Pablo Ducrós Hicken, Buenos Aires, ilustrado, 102 páginas, año 2008:

Sin figurar en títulos, Eva Duarte debutó cinematográficamente en Segundos afuera ( Alberto Etchebehere - Chas de Cruz, 1937 ), con brevísima intervención, y enseguida protagonizó con Claudio Martino el corto publicitario La luna de miel de Inés ( producción Linter Publicidad, 1938 ). Papeles más relevantes - no demasiado - tuvo en La carga de los valientes ( Adelqui Millar, 1939 ), El más infeliz del pueblo ( Luis Bayón Herrera, 1941 ), Una novia en apuros ( John Reinhardt, 1942 ), La cabalgata del circo ( Mario Soffici, 1945 ). El único protagónico es, en efecto, La pródiga ( Soffici, 1945 ).

Que La Pródiga sea de 1945, tenga de intérprete protagónica a Eva Duarte y se viera décadas después, da a su estreno una perspectiva inusual y dificulta la evaluación. En muchos gravitarán sentimentalismos y nostalgias, en otros, la duda sobre si el tardío estreno era necesario u oportuno, o aparece especulativo.

La idea de filmar una versión de la novela homónima de Pedro Antonio de Alarcón no era nueva, y en los planes de los otrora famosos Estudios San Miguel, el proyecto estaba asignado al director Ernesto Arancibia y a Mecha Ortiz, máxima estrella argentina de la época. El reemplazo, ya se sabe, alteró previsiones de producción con fundamentos extracinematográficos que pueden buscarse en distintas fuentes, de las entrelíneas de crónicas políticas a las memorias de esa prestigiosa actriz.

El libro original se inserta en el estilo del gran escritor español de la segunda mitad del siglo XIX, cuando el romanticismo se negaba a ceder ante los primeros embates del realismo. Si Alarcón dijo ampararse en las leyes divinas y humanas que regirían a la pasiones del amor, algunos avanzados creyeron descubrir una condena de la emancipación femenina que se insinuaba. Ni aquello ni esto trasciende en la adaptación fílmica de Alejandro Casona, que solía ser un artífice del diálogo, pero nunca se mostró tan estragado por la vacuidad folletinesca ni tan propenso a las parrafadas altisonantes.

La elección se explica en la tendencia internacional, hibridizante, que los productores nacionales ensayaban por aquellos años en la desesperación de encontrar un antídoto contra el cine mexicano, cuyos dramones inundaban los mercados latinoamericanos. La predilección de la modesta actriz en deseo de ascenso al primer plano se entiende, a la vez, en la debilidad hacia las heroínas perseguidas y sufrientes que había recorrido en su quehacer radioteatral. Al fin y al cabo, desgranada la elaboración literaria, La pródiga no es sino la trillada historia de una pecadora arrepentida que busca redimirse en la beneficencia, el amor y el suicidio.

En la filmografía de uno de los grandes directores argentinos cuesta ensamblar una película así. Mario Soffici había filmado ya Viento norte ( 1937 ), Kilómetro 111 ( 1938 ), Prisioneros de la tierra ( 1939 ) y Tres hombres del río ( 1943 ), orientando una caudalosa búsqueda nacional. A sus puestas cinematográficas caracterizaba, encima, el cuidado de la imagen y el ajuste de actuación, no advertibles en La pródiga. Resulta curioso, además, que en el pináculo de su carrera Soffici se aviniera a la codirección con Leo Fleider, camarógrafo y ayudante que tardaría en arribar a modesto director. Es de conjeturar si su compromiso no derivó del lazo insoslayable con los productores. Nunca aclaró Soffici el misterio, limitándose al recuerdo de la buena relación profesional con Eva Duarte, a quien previamente había conducido en un papel de reparto en La cabalgata del circo.

Linda con la innecesaria crueldad juzgar hoy los créditos técnicos y artísticos del film, afectado un elenco de apoyo con figuras destacadas - mayoría de desaparecidos por el paso del tiempo y las modas -, obvia la reconstrucción de época en un estilo que hizo crisis, deslucida la fotografía en blanco y negro por la intermediación de un negativo descuidado o no original. No puede disimularse, en cambio, un rodaje premioso y una producción menguada, con fondos fijos que afectan el paisajismo a que Soffici y el cine argentino de aquel tiempo eran afectos.

Resta Evita Duarte y la presunción de si hubiera podido llegar a estrella de cine. Quienes alcanzamos a escucharla por radio recordamos sus tropiezos de dicción y su monotonía de elocución. Sospechamos que si La pródiga no conoció el estreno inmediato, la autocrítica de la mujer pudo contar junto a las razones políticas o el prejuicio que la tradición aduce. No olvidamos palabras de Juan José Sebreli, sociólogo, crítico literario y escritor: " Encerrada en su propia subjetividad, obsesionada por su propio problema, no consigue la objetividad, la exteriorización necesaria para dar el personaje: no crea personajes, se crea a sí misma, por eso es una actriz mediocre. No encuentra la forma adecuada para expresar lo que quiere: no lo encontrará en la pantalla ni en las tablas, sino en la plaza pública ".

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De José Fausto Riéffolo Bessone, historiador, político y escritor, autor del libro Los derechos sociales de la mujer - Sufragismo y feminismo, serie Biblioteca del Ciudadano, editorial El Ateneo, 231 páginas, año 1950:

Cuando al finalizar 1946 fue publicado el Plan Quinquenal, la oposición se alzó contra él, y muy especialmente contra el voto femenino argumentando - como se argumenta de costumbre cuando se quiere fulminar una idea - que es contrario a la Constitución.

La reforma a la ley electoral 8.871 viene introducida por el Plan cuando establece que toda mujer argentina nativa o naturalizada tiene derecho, a partir de los 18 años de edad, de elegir y ser elegida, lo mismo que los varones, siempre que estén inscriptas en el padrón electoral.

Esta reforma no atenta contra la ley 8.871 y sus modificaciones, que ni expresa ni tácitamente prohiben el voto de la mujer. En cuanto a la Constitución Nacional ésta nada dice al respecto y, en consecuencia, mal puede argumentarse que aquélla sea inconstitucional.

A mí me parece, por el contrario, que la participación de la mujer en la vida política del país, es el resultado lógico de su anterior intervención en las actividades educacionales, artísticas, mercantiles, industriales, científicas, profesionales, económicas, culturales y sociales; que dicha participación es un signo inequívoco de perfeccionamiento de las costumbres cívicas y un acto de justicia rendido a la feminidad.

La ley de los derechos cívicos de la mujer fue aprobada por el Congreso el 9 de setiembre de 1947 y promulgada el 23 del mismo mes y año. Es de rigurosa justicia declarar a María Eva Duarte de Perón la primera feminista de Argentina, pues si el Plan Quinquenal proyectó el voto femenino, élla fue quien con su palabra y sus obras le dio realidad y sentido.

El objetivo último del voto femenino es la incorporación de la mujer para que con la fuerza de todas sus facultades contribuya con el hombre a la completación del proceso formativo y perfectivo del Estado. Declarar optativo el voto de la mujer es lo mismo que dejar que cada individuo resuelva por sí, en su propia conciencia, un asunto que el legislador, al dictar la ley, reconoce como de necesidad e importancia colectiva. El elemento jurídico - político específico del ciudadano es la atribución ( digo atribución y no facultad ) de elegir y ser elegido, atribución que como tal no puede ser renunciada, ni delegada ni omitida sin mengua evidente del Estado.

A más de veinte siglos de la civilización cristiana - sin contar los del paganismo - un diputado de la oposición dijo en nuestro Parlamento que por la vía del voto obligatorio de la mujer era posible llevar la perturbación al seno del hogar. ¿ Qué tiene que ver - pregunto yo - la concordia hogareña con el ejercicio de los derechos cívicos de la mujer ? Paréceme que la felicidad y la concordia del hogar dependen de la virtud de cada uno de sus miembros y de sus condiciones económicas de vida, en tanto que la educación cívica de la mujer y el ejercicio del voto serán los medios por los cuales élla, electora o elegida, contribuirá a resolver los problemas sociales dentro de lo que permita la relatividad de las cosas humanas.

El texto de la ley cívica femenil, sancionado sobre el texto aprobado por el Senado el 21 de agosto de 1947, establece que las mujeres argentinas tendrán los mismos derechos políticos y estarán sujetas a las mismas obligaciones que les acuerdan o imponen las leyes a los varones argentinos; para la mujer regirá la misma ley electoral que para el hombre, debiéndosele dar su libreta cívica correspondiente como un documento de identidad indispensable para todos los actos civiles y electorales.

Las mujeres extranjeras residentes en el país tendrán los mismos derechos políticos y estarán sujetas a las mismas obligaciones que les acuerdan o les imponen las leyes a los varones extranjeros, en caso que éstos tuvieren tales derechos políticos.

Esta ley fue promulgada por el Presidente Perón en cabildo abierto ante numerosa concurrencia de mujeres y varones procedentes de la capital y del interior del país. En esa histórica asamblea, Evita, refiriéndose a su viaje a Europa dijo haber aprendido " la lección ejemplarizadora de la mujer abnegada y de trabajo, que lucha junto al hombre por la recuperación y por la paz. Mujeres que suman el aporte de su voluntad, de su capacidad y de su tezón. Mujeres del pueblo, que actúan en las fábricas, en los talleres, en las universidades. Mujeres que forjaron armas para sus hermanos, que combatieron al lado de ellos, niveladas por el valor y el heroísmo ".

Expresó que la mayor responsabilidad de la mujer electora es saber elegir, pues " este triunfo nuestro encarna un deber, como lo es el alto deber hacia el pueblo y hacia la Patria. El sufragio, que nos da participación en el porvenir nacional, lanza sobre nuestros hombros una pesada responsabilidad. Es la responsabilidad de elegir. Mejor dicho, de saber elegir, para que nuestra cooperación empuje a la nacionalidad hacia las altas etapas que le reserva el destino, barriendo en su marcha los resabios de cuanto se oponga a la felicidad del pueblo y al bienestar de la Nación ".

Agregó que " el voto que hemos conquistado es una herramienta nueva en nuestras manos. Pero nuestras manos no son nuevas en las luchas, en el trabajo y en el milagro repetido de la creación ", y que las mujeres tienen " una alta misión que cumplir en los años que se avecinan. Luchar por la paz. Pero la lucha por la paz es también una guerra. Una guerra declarada y sin cuartel contra los privilegios de los parásitos que pretenden volver a negociar nuestro patrimonio de argentinos. Una guerra sin cuartel contra los que avergonzaron, en un pasado próximo, nuestra condición nacional. Una guerra sin cuartel contra los que quieren volver a lanzar sobre nuestro pueblo la injusticia y la sujeción. En esta batalla por el porvenir, dentro de la dignidad y la justicia, la patria nos señala un lugar que llenaremos con honor. Con honor y con conciencia. Con dignidad y altivez. Con nuestro derecho al trabajo y nuestro derecho cívico ".

Correlativamente con los derechos nacen los deberes, ha dicho el Presidente Perón, pues " cada mujer debe pensar que sus obligaciones han aumentado, porque el Estado, al otorgar derechos, tiene paralelamente la necesidad de exigir que toda madre sea una maestra para sus hijos, que en su casa construya un altar de virtud y de respeto, que intervenga en la vida pública defendiendo esa célula de la sociedad que es, precisamente, el hogar, que ha de ser sagrado. Cada mujer debe saber que, mientras el hombre gasta sus energías para alimentar el hogar, ella ha de construir el alma que infunde el respeto y la virtud, que es la suprema de las condiciones humanas. Cada una de las mujeres que intervendrá en la vida pública ha de representar un modelo de esfuerzos espirituales que complemente la acción de los hombres para que en esta bendita tierra argentina podamos construir una sociedad que se afirme en los cimientos de la virtud ".

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De Fernando Gabriel Varea, docente, egresado de la Universidad Nacional de Rosario como licenciado en Comunicación Social, productor periodístico, conductor de programas radiales, investigador de la cinematografía argentina, escritor, autor del libro El cine argentino en la Historia Argentina - ( 1958 - 1998 ), Ediciones del Arca, Rosario, 130 páginas, año 1999:

El 24 de marzo de 1976 fue derrocado el gobierno constitucional de María Estela Martínez de Perón, tomando el poder una Junta Militar formada por los comandantes generales de las Fuerzas Armadas, del Ejército, teniente general Jorge Rafael Videla, de la Armada, almirante Emilio Eduardo Massera, y de la Fuerza Aérea, brigadier general Orlando Ramón Agosti.

Instaurado el autodenominado " Proceso de Reorganización Nacional " se disolvió el Parlamento, fueron removidos los miembros de la Corte Suprema de Justicia, quedó prohibida toda actividad gremial y política. Con el teniente general Videla, presidente de facto, comenzó a perseguirse encarnizadamente a guerrilleros tanto como a militantes políticos, dirigentes gremiales, opositores y sospechosos de serlo, mediante la violencia encubierta de allanamientos, detenciones, secuestros, torturas, muertes, desapariciones. La desapacible situación en la producción y en la industria, los conflictos laborales y aumentos tarifarios, los obstáculos superados para la importación y el agigantamiento del endeudamiento externo, procedían de las discutidas recetas liberales que comenzó a aplicar José Alfredo Martínez de Hoz desde el Ministerio de Economía. No faltaron las distintas formas de censura en las expresiones culturales, el periodismo, la educación.

Cinco meses antes se había estrenado una nueva película protagonizada por El soldado Chamamé ( Albino Rojas Martínez ), con dirección de Enrique Dawi y producción de Carlos Borcosque y Horacio Mentasti. Se había filmado en la Escuela de Mecánica de la Armada ( la tristemente célebre ESMA ), durante el invierno de 1975, y se llamaba Los chiflados dan el golpe.


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Textos cortesía de Carlos Vitola Palermo de Rosario, Santa Fe, República Argentina.


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