DOCUMENTOS SOBRE EVA DUARTE DE PERON 


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María Eva Duarte de Perón / Evita. Argentina 1919-1952

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HISTORIAS, ANECDOTAS y TESTIMONIOS 

Evita en el Hogar de Tránsito Nº 2, hoy Museo Evita, Lafinur 2988, Buenos Aires

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De Roxana Sandá, periodista y escritora:

Cuenta la historia contada por algunos que no la quisieron ( lo que le imprime un valor mayor ) que cuando Evita supo que el cardenal Antonio Caggiano cuestionó su propuesta de borrar la mención " hijo ilegítimo " de la partida de nacimiento, golpeando una mesa gritó:

" Una de dos. O hacemos como yo digo o entonces ponemos en los documentos del padre: padre ilegítimo ".

Tajante, igualadora, reconocedora del desamparo propio en los ojos de los otros, legitimadora de los márgenes en los que le gustaba escribir y desandar los propios pasos dados con urgencia, construyendo poder político frente a las miradas lapidarias de la oligarquía y los militares, intuyendo el transfondo de los pedidos más pobres sin necesidad de levantar la cabeza de su escritorio: las manos pertenecieron casi siempre a un cuerpo femenino con algún crío en brazos. A priori dos hechos que la abrazan: la promulgación de la Ley 13.010 de Sufragio Femenino, el 23 de setiembre de 1947, y la primera votación de las mujeres en las elecciones del 11 de noviembre de 1951. Y el goteo fundacional de todas las acciones paridas por el peronismo, que Eva Duarte de Perón canalizó con gracia mística hasta las entrañas de esta sociedad.

" Lo primero que tuve que hacer en el movimiento obrero de mi Patria fue resolver el viejo problema de los derechos políticos de la mujer ".

Se sabe que los capítulos dedicados a sufragio y género en la Argentina no empiezan con su nombre, " pero culminan en ella de manera central ", sostiene la politóloga Carolina Barry, que dirige el Programa de Estudios de la Historia del Peronismo de la Universidad Nacional de Tres de Febrero. " Es como un partido de fútbol. Uno se acuerda siempre del que metió el gol, pero antes hubo una cantidad de pases de otros jugadores que no se recuerdan. De todos modos, su incorporación a este proceso fue bastante tardía. No participó de los grupos feministas ni sufragistas. Ni siquiera sé si fue una cuestión que la propia Eva se planteara de entrada ".

Para Carolina Barry, que ha presentado un libro de su compilación, Sufragio femenino - Prácticas y debates políticos, religiosos y culturales en Argentina y América latina, editorial Eduntref, 416 páginas, año 2011, " la sanción de la Ley 13.010 en 1947 implicó sumar a la mitad de la población que hasta ese momento se encontraba excluida de las prácticas políticas formales. Esta transformación de las mujeres en votantes derivó en una suerte de quiebre en las fuerzas políticas existentes. No se sabía cuál sería su comportamiento electoral ". Sólo el peronismo se animó a pegar el salto al vacío que significaba otorgar el voto a la mitad de un padrón políticamente virgen.

Lo que pasaba por la cabeza de las adultas de la época tenía ahora el plus de valores éticos, morales y espirituales recargados. De acceder a las urnas, las mujeres votarían empapadas en su esencia en tanto madres, virtuosas, femeninas y amables. " Lo distintivo del peronismo es lo que viene a quebrar y a integrar: los sectores antes ausentes de la escena política ", explica Barry. " Al Parlamento ingresaron unas 109 mujeres, un caso único en el mundo. Todas fueron elegidas por Evita, directa o indirectamente ligadas al Partido Peronista Femenino ". El PPF constituyó otro de los tantos hechos malditos para reniegue de la oligarquía vernácula, pero fue sustancial para garantizar la incorporación masiva de la mujer a la política. Inaugurado el 26 de julio de 1949, en el marco de la Primera Asamblea Organizativa del Partido Peronista, la circular surgida de ese mitin dispuso que las mujeres peronistas deberían tener " como gran ideal, el de la Patria; como único líder, Perón, y como única aspiración política: servir a las órdenes de Evita ".

En otras bibliotecas, los ambientes intelectuales abiertos a la presencia femenina, o algunos claustros donde mujeres profesionales entonces contadas con los dedos de una mano, acumulaban proyectos en torno de su participación política. El paño político había sido reconfigurado en 1912 con la cristalización de la Ley Sáenz Peña de voto masculino, secreto y obligatorio, y en la victoria electoral de 1916, que implicó " una transformación de la sociabilidad política que, desde allí en adelante, y a pesar de todas las dictaduras, está marcada por la problemática de la democracia de masas ", advierte el historiador Omar Acha en su estudio Género y política ante el voto femenino en el catolicismo argentino, 1912 - 1955.

La novedad de 1916 despertaría en diferentes grupos de mujeres una discusión sobre la posibilidad de integrarse a la vida política. La transformación mundial a partir de 1917, la inestabilidad de los regímenes políticos y el surgimiento al año siguiente del feminismo como fuerza transformadora serían conjugados por mujeres comunistas, socialistas y anarquistas, en espacios como la Asociación Pro Derechos de la Mujer, que fundó Elvira Rawson; la Unión Feminista Nacional, liderada por Alicia Moreau, y el Partido Feminista Nacional, que dirigía Julieta Lantieri, por nombrar algunos. Preanunciaban una idea definida de la emancipación femenina, percibida desde ámbitos muy diferentes, como la encuesta sobre el " feminismo católico " publicada por la revista Criterio en 1945, que había permanecido inédita durante más de un cuarto de siglo, donde queda claro, según Acha, que es " predominante la aceptación de un cambio del status femenino ".

El quiebre ocurrió, como describe Dora Barrancos  -  historiadora especializada en temas de género  -, durante " la década de 1930, que se inició con oscuros presagios ". La crisis económica, pero sobre todo el golpe militar y civil, proclamó una restauración moral que trascendería la esfera pública para salpicar a las mujeres. No sería tolerable la autonomía cultural incipiente que les ofrecían nuevos medios de comunicación como el cine, la lectura de temas hasta entonces solapados y una creciente sociabilidad que propiciaba el trabajo fuera del hogar. Es inaugural el debate sobre el sufragio femenino dado en la Cámara de Diputados en setiembre de 1932, con intervenciones detacables, como las de los socialistas Silvio Ruggieri y Fernando de Andréis; los demócratas progresistas Justiniano Zerda y José Carreras, y el empeño puesto por Alfredo Palacios, que pelearon por la inclusión de la mujer en la vida cívica. Pero hasta 1947 todos los proyectos durmieron encajonados, en buena medida por acción u omisión de los conservadores.

Tras el golpe de 1943, no sólo la figura descollante del coronel Juan Domingo Perón desde la Secretaría de Trabajo y Previsión vislumbra la problemática de las mujeres al crear una División de Trabajo y Asistencia de la Mujer. Comenzaban a discutirse políticas de maternidad, controles de natalidad y la protección de la madre obrera como objetivos firmes para resolver problemas sociales, morales y económicos de las familias.

El 26 de julio de 1945, mujeres de diferentes ramas políticas, universitarias y gremiales se reunieron en la Cámara de Diputados para reclamar el derecho al voto. Perón, ya vicepresidente de la Nación, actuó como invitado especial y " un convencido de la necesidad de otorgar a la mujer los derechos políticos ". Al cabo del acto, la Federación Universitaria de Mujeres, presidida por Victoria Ocampo, rechazó la posibilidad de que el voto fuera otorgado por un gobierno de facto. Sin embargo, para 1946 el derecho electoral femenino " era un tema social y políticamente aceptado por la mayoría de la dirigencia nacional, y difícilmente encontraría obstáculos para su implantación ", confirma Barry, con un impulso definitivo al regreso de Evita de su gira europea. " Le pidió Evita al presidente de la Cámara de Diputados, Ricardo Guardo, que no se tratara la ley hasta que volviera. La campaña a favor del voto femenino fue uno de los ejes que le sirvieron para la construcción de su todavía incipiente liderazgo ".

Otros anhelos esperaban que la inclusión de las mujeres en la vida cívica reordenara las jerarquías implícitas anidadas en la política, " haciendo foco en un maternalismo político feminista, considerado como una forma de feminismo ", precisa la historiadora Silvana Palermo, docente e investigadora del Instituto de Ciencias de la Universidad Nacional de General Sarmiento. " Sobre la base de fortalecer esa idea de que hombres y mujeres son diferentes, se legitima la inclusión o se exige derechos para las mujeres, que como madres interpelan al Estado, reclaman reformas y también demandan su inclusión. El ejemplo de la Argentina reciente es el de las Abuelas y Madres de Plaza de Mayo ".

Eva, que hasta entonces había trabajado los lazos con el ala sindical, vislumbró en esa comunidad política de mujeres trabajadoras el peso específico de una fuerza. Y porque a esa altura la participación popular era un fenómeno imparable, se decidió incluir a las amas de casa, las otras obreras invisibilizadas. " El carácter revolucionario del nuevo mapa político social es que mientras las socialistas cuestionan las jerarquías, el peronismo opera directamente con la imagen de una comunidad política jerarquizada, pero la revierte ", revela Palermo. " Los mejores votantes son el descamisado y la descamisada, y el peor votante será la oligarquía, venal y vendepatria ".

Con la Evita de 1947, el peronismo trae al mundo público " las inequidades del circuito doméstico y politiza el hogar, borra las fronteras entre lo público y lo privado, y pone en jaque el statu quo. Y aunque no se deshace de una concepción muy tradicional de la mujer, es a su vez capaz de cuestionar jerarquías sexuales y sociales ".

La historia argentina se nutre de tantas Evita como construcciones sociales, culturales, políticas y religiosas se hicieron de su persona. Acaso la frase " Sobre Evita se ha dicho todo. O a lo mejor todo está por decirse ", arroje luz sobre cada bandera levantada en su nombre. La niña delgada de Los Toldos, la actriz adolescente de la compañía de José Franco, la estrella del radioteatro, la dama de la esperanza, la compañera de Perón, la vigía de la Revolución ... " Soy joven y con un marido maravilloso, respetado, admirado y amado por su pueblo. Me hallo en la mejor de las situaciones ... Pero yo quiero la selva y la incógnita. ¿ Saben por qué ? Porque la selva y la incógnita es defender a la Nación, aunque nosotras caigamos ".

En la revista Mundo Peronista, el órgano oficial de la Escuela Superior Peronista, formadora de cuadros políticos, María Eva Duarte de Perón enseñaba. Las mujeres debían ser multiplicadoras de la campaña electoral de 1951, que le quitaba el sueño. " Cada mujer peronista ... tiene que hacer su propio plan de acción peronista. Lo primero es pensar y anotar todas las amigas que tenga. Después ir hablándoles, aunque sea de a una por día ".

Se metía en los comedores, en las alcobas, en las vidas de los cónyuges. " Habrá muchas que votarán por Perón aunque su marido no lo vote ... Sin embargo, muchas mujeres podrán convencer incluso a sus maridos mejor que ningún otro recurso que puedan usar los hombres del movimiento peronista. Yo sé de un hombre que se hizo peronista porque su mujer un día le dijo solamente que no entendía que no fuese peronista. ". No dejaba flancos ni resquicios. Reivindicaba, dice la arquitecta Anahí Ballent especializada en Historia, " un derecho para el mundo popular y advertencia para los sectores pudientes. Un desplazamiento permanente de la acción social a la acción política ".

En las elecciones del 11 de noviembre de 1951 votaron 3.816.654 mujeres. El 63,9 % lo hizo por el Partido Peronista. El 30, 8 % por la UCR. El peronismo fue el único que llevó mujeres a sus listas. En 1952, 23 diputadas y 6 senadoras ocuparon sus bancas.

Quizá por inasible, Eva marcó a fuego una práctica política diferente y una agencia social inédita. " Y aun así, no se la lee en clave política "; lamenta Barry. " Es una discusión importante que cuesta mucho dar. Siempre quedó pegada a sus mitos. Pero es una mujer que construye poder y tiene una visión política superior a la de muchos hombres. De alguna manera, es una adelantada a su época. Hoy se la ha descafeinado, pero creo que todavía sigue generando amores y rechazos. Es un gran continente ".

El 26 de julio de 2011, al cumplirse 59 años del fallecimiento de Evita, la presidente de la Nación Cristina Fernández inauguró una escultura gigante en el Ministerio de Desarrollo Social, realizada por los artistas Daniel Santoro y Alejandro Marmo. Y confesó a una multitud: " cuando uno ve a esta Evita, es como si viera La razón de mi vida ... Por eso la quise mirando hacia el sur, hacia las fábricas, de donde vinieron miles de trabajadores el 17 de octubre ". Del otro lado del edificio se rinde homenaje a " la Eva profunda, la Eva combativa, que se envolvía en la bandera y ofrecía generosa su vida consumiéndose ". La Presidenta no mencionó la elección de ese punto cardinal. Alcanza con el guiño de sobrentender por qué esa imagen abrumadora mirará siempre hacia el norte. Y ese es otro legado.

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De Paulo Menotti, periodista e historiador:

No existe una fecha precisa sobre cuándo se inició la " Patagonia trágica ", sino que debe ser inscripta en el ciclo de huelgas que conmovió la Argentina entre 1917 y 1921. De hecho dos antecedentes importantes fueron la " Semana trágica ", una huelga metalúrgica a los Talleres Vasena de Buenos Aires que mantuvo en vilo a la Capital Federal durante enero de 1919 donde, en la represión, actuaron las fuerzas del orden y también el nefasto grupo policial llamado Liga Patriótica, formado por " niños bien " de la época. El norte santafesino también fue protagonista de una masacre de obreros, cuando los trabajadores de la empresa La Forestal cesaron sus actividades en protesta y fueron reprimidos por fuerzas policiales provinciales a costa de la empresa.

La Primera Guerra Mundial había significado un duro impacto para la Argentina que, gracias al " modelo agroexportador ", dependía del comercio exterior. Sin embargo, la recuperación económica empezó antes del fin del conflicto ya en 1917. En ese marco se generaron los reclamos de los asalariados porque los precios de los productos argentinos se habían valorizado, aumentando los costos de los alimentos, beneficiando a los propietarios de la tierra, mientras que los salarios se habían estancado. Al mismo tiempo, el movimiento obrero reflejaba novedades. En 1915 se había realizado el IXº Congreso de la Federación Obrera Regional Argentina ( FORA, la única central ) y la agrupación de los " sindicalistas revolucionarios " logró sacar de la conducción a los anarquistas. De ahí en más se formaron dos centrales, la del IXº Congreso, sindicalista; y la del Vº Congreso de filiación anarquista. En 1916, la llegada a la presidencia de la Nación del radical Hipólito Yrigoyen significó un cambio en la estrategia de algunos sindicatos. Los sindicalistas que dirigían al poderoso gremio de los marítimos, entre otros, aceptaron la mesa de negociación que ofreció el nuevo mandatario y en esos términos convivieron los tres primeros años del gobierno radical.

La Patagonia, sin embargo, se mantuvo fiel a los principios del anarquismo, más allá de una importante presencia de sindicalistas y socialistas entre los trabajadores.

En Río Gallegos, en septiembre de 1920 se hicieron cada vez más evidentes los roces entre los trabajadores y la patronal representada por la Sociedad Rural que movilizaba a la Policía. En noviembre de ese año, los trabajadores de la ciudad santacruceña respondieron con boicots a comerciantes afines a la Sociedad Rural y con una huelga, al recurrente maltrato a los dirigentes obreros. El conflicto estaba dirigido por la Sociedad Rural Obrera de Río Gallegos que convocó a los delegados de toda la provincia. En ese sentido, se elaboró un pliego de condiciones que se presentó a los dueños de estancias para poner fin a la pesada situación de los trabajadores. Entre otras demandas, los obreros exigían que en recintos de 16 metros cuadrados no durmieran más de tres hombres, que se entregase un paquete de velas a cada obrero mensualmente  -  ya que se las vendían en las estancias a 12 veces su precio  -, que no se trabajase los sábados, un mejoramiento de las raciones de alimentos, un sueldo mínimo mensual de 100 pesos y el reconocimiento de la Sociedad Obrera como el único representante legítimo de los trabajadores, aceptando el nombramiento de un delegado como intermediario entre las partes en conflicto. La Sociedad Rural rechazó el reclamo y eso llevó a que la Sociedad Obrera radicalizara su posición.

En ese marco, la huelga se desplaza al interior provincial y los huelguistas comienzan a tomar rehenes a los estancieros y a policias y a incautar sus armas y alimentos para las columnas de obreros movilizadas. La violencia no fue extrema salvo el grupo de " El Toscano " quienes se desvincularon de las organizaciones obreras y actuaron por su parte. Para enero de 1921, Hipólito Yrigoyen decidió el envío del coronel Héctor Varela quien logró entrevistarse con los trabajadores y hacer un arreglo para que fueran reconocidos sus reclamos. El sur se pacificó y en mayo el militar regresó a Buenos Aires. Sin embargo, la patronal no reconoció las negociaciones y negó las conquistas obreras.

A lo largo de 1921, se da una serie de conflictos laborales en los que también hay peleas entre sindicalistas y anarquistas, siendo éstos últimos quienes terminan hegemonizando al movimiento obrero patagónico. En tanto el 24 de octubre comenzó la segunda oleada de rebelión obrera. Ese día se allanó el local de la Federación Obrera de Río Gallegos donde se encarceló, torturó y deportó a su secretario general, Antonio Paris. Eso significó que otros líderes, como Antonio Soto y Ramón Outerello iniciaran un escape hacia el interior santacruceño logrando captar el apoyo de los obreros.

El 4 de noviembre de ese año, Yrigoyen decidió enviar por segunda vez al coronel Varela, aunque en esta oportunidad no sería con espíritu conciliador. Apenas arribó el militar a Río Gallegos decidió la " pena de fusilamiento " para todos los huelguistas, bajo el amparo presidencial. Así comenzó una de las peores represiones al movimiento obrero. Se calcula que eran unos 2.000 trabajadores en conflicto y armados con cuchillos frente a unos 200 soldados bien equipados. Con una estrategia de dos batallones y acompañado por estancieros, el coronel Varela comenzó una especie de cacería por el suelo patagónico que duró hasta el 20 de enero de 1922. En ese periodo se fusiló a todos los prisioneros entre los cuales muchos se habían entregado por voluntad propia llegando a una cifra estimable de 1.500 personas. Tal vez la más trágica postal de todas fue la del fusilamiento de varios centenares de personas en la estancia La Anita, luego de una noche de debate en asamblea en la que los trabajadores decidieron decidieron entregarse incondicionalmente con la promesa de respetar sus vidas. Ellos confiaron en la palabra dada por el Ejército. En el filme de Héctor Olivera, La Patagonia rebelde, que contó con el guión del historiador Osvaldo Bayer, en 1974, se ve que en esa reunión Antonio Soto vota en contra porque no cree en el mando militar y por eso se escapa.

El 27 de enero de 1923, el anarquista Kurt Gustav Wilckens esperó al coronel Héctor Benigno Varela, le arrojó una bomba y lo ultimó a balazos. Sin embargo, la historia no quedó allí. Cada 8 de diciembre, un grupo de personas se reúne en la estancia cercana al Lago Argentino para recordar a las víctimas junto al historiador Bayer, quien recuperó la memoria que muchos otros no quieren ver.

 

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De Alejandra Vignollés, periodista especializada en temas históricos y políticos, escritora, autora del libro Doble condena - La verdadera historia de Roberto Quieto, editorial Sudamericana S.A., Buenos Aires, 230 páginas, año 2011:

No hago mis trabajos de investigación para caerle simpática a nadie, y quiero señalar que mi idea fue contribuir para tener una visión más abarcadora de la gente que estaba en la lucha armada en los años ' 70, de que no eran ni mártires ni demonios, eran militantes políticos que tenían un objetivo que era tomar el poder, y tenían un proyecto y creían que el método era a través de las armas, y sabían que en eso se les podía ir la vida y sin embargo continuaron adelante, y que lamentablemente, ellos que habían nacido y se habían criado en un país muy violento  -  porque habían vivido casi todos los golpes militares  -, la respuesta que dieron a eso fue también violenta.

En los años 70, en los años de la lucha armada, yo no era tan chica como para no ver a Roberto " Negro " Jorge Quieto, de la organización Montoneros, en televisión; no me era entonces una figura desconocida, igual que Mario Eduardo Firmenich, integrante de la conducción de Montoneros, pero en el año 2003 me puse a investigar, también leí una tesis doctoral del escritor y ensayista inglés Richard Gillespie que se llamó Montoneros, los soldados de Perón. Gillespie investigó a Montoneros entre el 77 y el 80, y él se pregunta si los Montoneros nunca pensaron si a Quieto no le habrán inyectado alguna droga que hizo que diera alguna información, y hace como una reivindicación de él en plena dictadura militar.

Me pareció que había otra historia que no estaba contada, estaba la historia oficial de Montoneros y nada más; así que salí a buscar información y a gente que en ese momento hubiera tenido cierto protagonismo, y la respuesta que recibía siempre era de que no debía meterme con esa cuestión porque iba a haber gente que se iba a molestar y que para qué se iba a revolver el pasado. Eso me dio la confirmación de que estaba en la búsqueda de algo importante.

Así descubrí que él era fundamentalmente un animal político, y antes de que Montoneros pasara a la clandestinidad, en el año 1974, él estaba plantado en el seno de la conducción nacional; de hecho el día después al que cae tenía pautada una entrevista con el político Rogelio Frigerio, y ya había hablado con otros dirigentes para ver las posibilidades de integrar a Montoneros a la vía democrática.

Roberto Quieto era un hombre secreto, nunca se sabía lo que pensaba, pero había amigos que él conservaba de las FAR ( Fuerzas Armadas Revolucionarias ) y con ellos sí se abría y hablaba sobre lo que pensaba, y ellos sabían que él se había dado cuenta que el militarismo de Montoneros los llevaba al abismo. Quieto empieza a buscar la posibilidad de una salida política, a la que no llega porque lo secuestran antes. Tampoco Quieto tenía mucha posibilidad de sobrevivir, si no lo mataban los militares lo iban a matar los Montoneros.

     

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De Enrique Krauze, ensayista, historiador y editor, doctor en Historia por el Colegio de México, autor del libro titulado Redentores - Ideas y poder en América latina, ensayo, editorial Debate, Buenos Aires, 584 páginas, año 2011, en el capítulo dedicado a Eva Perón, con textos que traen a la memoria los trabajos ofensivos de Mary Main, Ricardo Boizard, Silvano Santander, Benigno Acossano, y otros escritores enrolados en la llamada " leyenda negra " de Eva Perón:

Si la historia de su cuerpo embalsamado perteneció al género de la novela macabra, emparentada con la serie de Drácula, la obsesión de su recuerdo se bifurcaría en dos vertientes: la religiosa y la mitológica. La idolatría llegó a extremos de histeria. Muchos decidieron que el mejor modo de mostrar su amor a la santa era batiendo récords: de trabajo continuo, de ayuno, de ligar carambolas de billar, etc.

La hagiografía sobre Evita fue debilitándose con el tiempo, no así su mitología: se escribieron infinidad de reportajes, artículos, revelaciones y libros sobre ella, se hicieron documentales y películas, se la veneró como a nadie y como a nadie se la deturpó, la gran Santa, la gran Puta. Su aureola se mantuvo incandescente hasta que Broadway la retomó, abriendo el paso a la verdadera culminación del sueño de Eva, en Hollywood.

En Junín, una pequeña ciudad de provincia, una chica lee la revista Sintonía y recorta fotografías de la actriz Norma Shearer. La ha visto en la película María Antonieta. Sueña con ser como ella. No tiene recursos, ni estudios, y su dicción es deplorable. Pero nada la arredra. Ella ha decretado que va a ser actriz y que el pueblo le queda chico. El año nuevo de 1935, se muda a la capital de Buenos Aires. El primer semestre de 1943 fue de pesadilla: una " cenicienta " desempleada y marchita. Con el patrocinio del coronel Aníbal Imbert obtuvo un contrato para estelarizar en Radio Belgrano una serie dedicada a mujeres célebres o, preferiblemente, emperatrices.

Su espectacular encuentro con el príncipe azul, el militar Juan Domingo Perón, cambió instantáneamente su vida. " Gracias por existir ", le dijo, con pleno dominio de su papel. Una vez establecida como amante de Perón, que ocupaba el Ministerio de Trabajo, Eva siguió manteniendo programas en radio y escalando peldaños en el cine. Eva saldría de la pantalla para apoderarse de la realidad. El viejo lobo, no hay que olvidarlo, era veinticinco años mayor que ella, era un manipulador, cínico, extraño autor de textos de historia militar, más político que soldado. A partir del 17 de octubre de 1945, cuando es aclamado Perón en la Plaza de Mayo, y poco tiempo después, como esposa del presidente de la Argentina, llega el momento estelar. Enseguida acumuló la fortuna que sentía merecer. Nada la colmaba porque su rencor era agudísmo, desplegar riqueza y poder era su modo de emular y desafiar a la sociedad estratificada y rígida que la había despreciado.

Regaló millones de juguetes, decenas de miles de zapatos, biberones, muñecas, pensiones para ancianos, las máquinas de coser y las dentaduras postizas eran su obsesión ... Llegó al grado de incendiar algunas " villas miserias "  -  casas donde se hacinaban los pobres  -  y construirles casas nuevas que ellos a menudo maltrataban y ella, personalmente, volvía a ordenar reconstruir. ¿ Quién pagaba la cuenta ? No Eva, sino las reservas argentinas acumuladas en décadas y los propios obreros con sus donaciones, y, por supuesto, la posteridad endeudada, devorada por la inflación. Y se adivina que siempre con el elemento teatral en sus manifestaciones caritativas. Cuando no tenía otra cosa que regalar, regalaba billetes y consejos.

Implacable con sus opositores, ordenó la tortura. Habían aprendido, Perón y Eva, las técnicas más sofisticadas de tortura de primera mano: sus maestros fueron los nazis refugiados en Argentina, donde llegaron generosamente acogidos por el dictador Perón.

Las joyas la enloquecían, y no desdeñaba el dinero contante y sonante. Al morir poseía 1.200 plaquetas de oro y plata, tres lingotes de platino, 756 objetos de orfebrería, 144 broches de marfil, una esmeralda de 48 quilates, 1.653 brillantes, 120 pulseras y 100 relojes de oro, piedras preciosas, obras de arte, además de inmuebles y acciones, todo valuado en decenas de millones de dólares.

No sólo encarnaba verosímilmente a la Cenicienta, sino al hada buena y milagrosa, la antigua pecadora a quien la Providencia ha hecho justicia colmándola de poder, fama y millones; no a una millonaria cualquiera, sino a una nueva " pródiga ". En unos meses tuvo a la Argentina en un puño, y cuando la Argentina le quedó chica buscó tener en un puño a Europa. En 1947, los reporteros bautizaron su viaje como la " Gira del Arco Iris ". Cuando sintió que tenía a Europa en un puño ambicionó más: pasar a la historia. Su enfermedad le insinuó un sueño aún más amplio: la inmortalidad. Para alcanzarlo ordenó ella misma, con todos sus detalles, su embalsamamiento. Murió de un cáncer de útero, a los 33 años de edad. Al impresionante servicio fúnebre acudieron millones de personas que le lanzaron millones de rosas amarillas y crisantemos. Su seráfica momia, como si estuviera hechizada, trazó un periplo de casi veinte años por Argentina y Europa. Fue escondida, mutilada, enterrada y desenterrada, y terminó por acompañar a Perón en su exilio.Tras el retorno de Perón a la Argentina en 1973, creció la presión de repatriar sus restos.  Muerto el caudillo, su viuda Isabelita  -  que según se dice trató de absorber el espíritu de la difunta  -  la trajo a la Argentina.

La actriz fallida de películas baratas y la mayor demagoga del siglo XX reposa en el cementerio de la Recoleta.

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Primera foto de Eva Duarte

De José Luis Cutello, periodista, poeta y escritor:

Detenerse a analizar la carrera artística de una de las personalidades más importantes de la historia argentina parece baladí. Como si nos detuviéramos apenas en la faceta de amante frustrado de ese estadista del siglo XIX llamado Domingo Faustino Sarmiento. O en los apuntes sobre la enseñanza de estrategia de guerra del coronel Juan Perón, uno de los pocos presidentes que tuvo un proyecto de país incluyente durante la centuria pasada.

Sin embargo, hay al menos dos aspectos de la vida artística de Eva Duarte que no sólo merecen ser mencionados en su biografía política, sino que también son constituyentes de esa estructura mítica que hoy conocemos como " La abanderada de los humildes ".

Uno es, precisamente, la supuesta cachetada que le dio Libertad Lamarque durante la filmación de La cabalgata del circo, el filme de Mario Soffici. La versión más maliciosa indica que debido a celos de cartel ambas discutieron y la Duarte, como se la conocía, le espetó que ella era " la única artista del lugar ". La ofensa habría sido respondida con una bofetada. La especie se completa con una arista política: Libertad Lamarque estuvo exiliada en México durante las dos primeras presidencias de Perón.

Esta composición de los hechos se refiere aquí para mostrar que la vida de Eva, incluso su vida artística, siempre estuvo rodeada de miradas conspirativas, porque nunca nadie confirmó la versión. Ella jamás habló del incidente porque ya se aprestaba para dejar la actuación. Y Lamarque insistió, hasta el último de sus días, en que no le pegó una cachetada, aunque admitió que mantenían una mala relación. " De alguna manera, gracias a mi pelea con Eva, conquisté América. De no haber sido así, Libertad Lamarque hubiera quedado en el anonimato ", sostiene en su Autobiografía, editorial Javier Vergara, Buenos Aires, 351 páginas, año 1986.

En ese libro, la " enemiga " explica con simpleza las consecuencias políticas que sufrió su carrera: los empresarios cinematográficos, sin esperar que el gobierno de Perón o Evita se pronunciaran, resolvieron ante la versión periodística de la pelea no contratarla más: eran más papistas que el Papa, porque dependían de los créditos oficiales para filmar.

El otro aspecto a destacar, y que liga la actuación con la política, se registró en 1942, cuando Eva Duarte fue contratada para hacer un radioteatro que se llamaba Grandes mujeres de todos los tiempos. La tira se trasmitía por Radio Belgrano, estaba escrita por José Muñoz Azpiri  -  más tarde su asesor y escritor de discursos  -  y tenía la dirección general de Jaime Yankelevich, un prócer en los inicios de la televisión argentina. Esta anécdota ha sido difundida, pero lo que pocos saben es que en ese radioteatro ella les puso voz a personajes históricos como la química polaca Marie Curie, la coreógrafa Isadora Duncan o la reina de Francia María Antonieta, una mujer que puso el cuerpo ( la cabeza, en su caso ) para el nacimiento de una nueva nación. Lo de Eva, entonces, parecía premonitorio.

Claro que esos son dos hitos de su carrera. En realidad, había debutado como actriz en una de las compañías teatrales más importantes de la década del 30, la de su tocaya Eva Franco. En 1935, compuso un papelito en la obra La señora de los Pérez, en el Teatro de las Comedias. Crítica, el diario de Natalio Botana, calificó a Eva Duarte como " muy correcta en sus breves intervenciones ".

Un año después, fue contratada por la Compañía Argentina de Comedias, liderada por los grandes actores Pepita Muñoz, José Franco y Eloy álvarez, con quienes realizó una gira por Rosario, Mendoza y Córdoba con la obra Doña María del Buen Aire, una farsa sobre la primera fundación de Buenos Aires. Durante las funciones en el teatro Odeón de Rosario, el diario La Capital publicó el 26 de julio de 1936 la primera foto conocida de Eva Duarte.

No obstante, recién el 25 de octubre de 1939, Eva hizo su primera portada en la revista Sintonía junto al actor Alberto Vila, con quien compartía cartel en la compañía de Pierina Dealessi, actriz y empresaria entre los años 30 y 50. En esa compañía trabajó durante años con Gregorio Cicarelli, Ernesto Saracino, la propia Dealessi y un muy joven Marcos Zucker.

En el radioteatro su evolución fue, en cambio, más rápida. Ya en 1937 obtuvo el papel principal en la obra Oro blanco, que transmitía Radio Belgrano y estaba ambientada en la vida de los trabajadores algodoneros. Desde 1938, encabezó la Compañía de Teatro del Aire junto a Pascual Pelliciotta. Fue allí que hizo un famoso radioteatro de época que se llamó Los jazmines del ochenta, en Radio Mitre, con actuación de Marcos Zucker y Héctor Blomberg. En 1941, esa compañía tuvo otro éxito: Los amores de Schubert, de Alejandro Casona.

Simultáneamente, Eva Duarte comenzó a hacer pequeños papeles en grandes películas. Una de las más recordadas por los cinéfilos es El más infeliz del pueblo, con Luis Sandrini, y además participó en La carga de los valientes y Una novia en apuros, ambas de 1941.

Su nombre y su carrera se acercaban ya a la consagración, pero sus convicciones le tenían preparado otro destino. En agosto de 1943, fundó junto a otros trabajadores del espectáculo y locutores la Asociación Radial Argentina ( ARA ), el primer gremio que existió en ese rubro. Así fue como se produjo el episodio que tiró por la borda su labor artística: el 22 de enero de 1944, se realizó en el estadio Luna Park un acto de la Secretaría de Trabajo y Previsión para agradecer a los actores que más fondos habían recaudado en la colecta de solidaridad con las víctimas del terremoto de San Juan. Paradójicamente, una de las actrices condecoradas por el secretario Juan Perón fue Libertad Lamarque. La otra, Niní Marshall.

Una leyenda inventada por Tomás Eloy Martínez dice que esa noche, el después tres veces presidente de la Nación no tuvo ojos más que para la rubia que lo miró a los ojos y le dijo " Gracias por existir, coronel ". Pese a que algún historiador haya introducido esa versión en una crónica, sabemos que ese parlamento de radioteatro nunca existió. ¡ Es cierto, merecería ser verdad para clausurar con un broche una carrera artística que pudo ser importante ! Sin embargo no fue.

Eva Duarte actuó en dos películas más: La cabalgata del circo, con Hugo del Carril, y La pródiga, un filme de Mario Soffici con libro de Alejandro Casona que recién fue estrenado en 1984 porque el General, celoso, decidió retirarla de circulación mientras ella fuera la primera dama. Un error de Perón, que quiso guardársela para sí cuando " esa mujer " ya había resuelto ser Evita.

Nota:

En la imagen, primera foto conocida de la actriz Eva Duarte y nota sobre la compañía teatral de los grandes actores Pepita Muñoz, José Franco y Eloy álvarez, página 11 de la edición Nº 21.940, de 28 páginas en 2 secciones, del diario rosarino La Capital, decano de la prensa argentina, del día 26 de julio de 1936.

Material Gentileza de la Biblioteca de la Escuela de la Asociación de Mujeres de Rosario, 3 de Febrero 726, asociación civil sin fines de lucro, fundada en el año 1872, la más antigua biblioteca de la ciudad de Rosario.

 

*     *     *

De Ana Vainman, periodista, licenciada en Ciencias de la Comunicación, escritora:

La obra de la Fundación Eva Perón se enmarca en un nuevo modelo de Estado que se implementó en la Argentina con la irrupción del peronismo en la escena política. A partir de 1945, se plasmó un nueva manera de entender al Estado, que viró hacia el Estado de Bienestar, donde se impusieron las ideas keynesianas.

Durante la segunda posguerra se difundió en los países centrales un nuevo tipo de Estado en el que las políticas económicas buscaron armonizar el crecimiento económico y la distribución de las ganancias en las naciones capitalistas. Se intentó llegar al pleno empleo, se hizo crecer el mercado interno y se extendieron los servicios sociales. Para eso, se intervino en la economía con más gasto público, más regulación, estatización o creación de empresas de servicios públicos y la ampliación del empleo público.

La manera argentina de entender al estado benefactor que se estaba imponiendo en la Europa de la posguerra, y que había comenzado a implementarse en Estados Unidos luego de la gran depresión de 1929, incluyó la nacionalización del Banco Central ( y de todos los depósitos bancarios ), la estatización de los ferrocarriles ( hasta entonces en manos británicas ) y la creación del Instituto Argentino para la Promoción del Intercambio ( IAPI, que pretendía regular el comercio exterior y que luego fue cuestionado por la falta de transparencia ) y de Aerolíneas Argentinas. Este nuevo Estado también incrementó la inversión social, que generó una elevación del nivel de vida de gran parte de la sociedad.

El modelo económico adoptado por el peronismo tenía dos pilares fundamentales: la nacionalización de la economía ( que para muchos significó la creación de un aparato deficitario ) y la alianza con la clase trabajadora a la cual se le mejoraron las condiciones de empleo y la participación en la distribución de la riqueza nacional, que para muchos permitió la creación de poderosos sindicatos que luego fueron fuente de corrupción y de feroces luchas de poder.

La justicia social era uno de los objetivos planteados en el discurso peronista. A ella no se llegaría mediante una revolución, sino que sería producto de la acción del Estado. Se suponía que el Estado debía garantizar derechos a los más débiles, arbitrar en el conflicto entre el capital y el trabajo, y establecer un acuerdo entre obreros y patrones.

En esa búsqueda, el Estado de Bienestar proveyó a gran parte de la población de salarios mínimos y precios máximos, mejora en la salud y la educación públicas, planes de vivienda y organización del sistema jubilatorio.

Pero había algunos sectores de la sociedad que seguían quedando fuera de todos o algunos de estos beneficios: los humildes, un término que tomó nueva significación por esos años. Se trataba de sectores populares no sindicalizados y tradicionalmente excluidos con quienes el peronismo  -  y Eva Perón en particular  -  entabló una relación diferente. La Fundación, sin correrse de la idea funcional al capitalismo de asistencialismo, cambió la manera de mirar y ayudar a los pobres que hasta entonces tenían las damas de la Sociedad de Beneficencia y sistematizó la ayuda. Con una gran caja proveniente de aportes privados, voluntarios e involuntarios, se crean hospitales, viviendas, asilos y se proveyó de ayuda material para " los humildes ".

Pero las obras  -  indicó en su libro La razón de mi vida  -  nacían del conocimiento profundo de las verdaderas necesidades de los pobres y no desde la " ignorancia de las damas que construyeron la vieja Argentina ".

" Al principio me costaba hacerles entender ( a los arquitectos e ingenieros de la Fundación ) que los hogares no eran asilos, que los hospitales no eran antesalas de la muerte sino antesalas de la vida, que las viviendas no debían ser lugares para dormir sino para vivir alegremente ", dijo en referencia al cambio conceptual que debió encarar para desterrar la forma de asistir a la pobreza que reinó hasta entonces.

Eva Perón se convirtió, a través de las obras de la Fundación, en la encarnación del Estado benefactor providente, que adquiría una dimensión personal y sensible. Eva Duarte decía en La razón de mi vida que Perón le repetía en referencia a la obra que la Fundación realizaba: " El gobierno no podría hacer nada de esto. El Estado todavía no tiene alma. Y esto no puede hacerse sin amor ".

Nota:

El historiador y escritor argentino Felipe Pigna expresa que:

Eva Perón reúne todas las condiciones para ser un mito: llegó a lo más alto partiendo desde muy abajo, murió joven y en el esplendor de una vida donde la historia se tiñe con el rosa y negro de las respectivas leyendas. Despertó hacia ella todos los sentimientos menos uno: la indiferencia. Para unos era el " hada rubia ", la " abanderada de los humildes ", la " compañera Evita "; para otros " esa mujer ", " la Eva ". No había lugar para los grises en aquella dinámica política y social que marcó los años del primer peronismo, que incluyó aceleradas transformaciones, como la socialización del espacio público, la masividad de la enseñanza media y superior, la garantía estatal del cumplimiento de los derechos laborales y el acceso a niveles inéditos de salud, servicio, ocio y consumo para los sectores populares; pero también el uso intensivo intensivo de la propaganda oficial en paralelo con la exclusión de la oposición de los medios masivos de comunicación, la persecución de los opositores y el culto a la personalidad de los dos máximos referentes del movimiento. Aquellos años dejaron saldos positivos y negativos perdurables y una división de la sociedad argentina que parecía irreconciliable. O se era peronista o se era antiperonista. Y, como no podía ser de otra manera, este maniqueísmo se aplicó intensamente a uno de los símbolos más claros del movimiento: Eva Perón. En ella se depositaron amores y odios añejos y nuevos que seguramente la excedían, que no tenían que ver necesariamente con ella, sino con su condición de mujer de una sociedad machista; con la historia de una sociedad dinámica y conservadora a la vez; con su discurso rupturista y de barricada; con su reconocido  -  hasta por sus enemigos  -  compromiso con sus ideas; con su intransigencia y su obsesión por la justicia social que los que no la querían llamaban resentimiento.

El amor de su pueblo, de sus descamisados, la sobrevivió y la convirtió primero en una santa y luego en un ícono de la revolución social de una juventud peronista que no dudaba en gritar a los cuatro vientos que si hubiese llegado viva a los 70 habría abrazado la causa montonera.

El odio de sus encarnizados enemigos la sobrevivió y necesitó secuestrar y hacer desparecer su cuerpo por 16 años porque, como confesó un alto jerarca de la última dictadura, fue a la única a la que le tuvieron miedo.

Si Evita viviera, qué problema ¿ no ? Pero no. Se murió hace rato, allá por 1952. Un sábado a la noche, arruinándoles la salida a varios y la vida a otros tantos. La ciudad se llenó de flores y crespones negros, y se fue ...

Nunca sabremos bien quién era. No la conocimos. La admiramos, le cantamos y juramos no sé a quién ponerle María Eva a una hipotética hija de un hipotético país.

Ava - Eva. Maldición inicial de la Biblia. La mujer como lo opuesto a lo sagrado. Maldición ser Eva en un mundo de Aves.

Hija natural. Linda frase. Lo natural no era bueno entonces. Los " hijos naturales " quedaban fuera de la naturaleza humana, y Evita desde chiquita, tuvo que ubicarse por ahí, en los suburbios de la vida.

Nació en Los Toldos tres años antes que la radio y unos meses después de la Semana Trágica.

Evita tuvo que entender pronto cosas que lleva su tiempo aprender. No iba a tener nunca ciertas cosas, un papá, una familia, en fin. Pero ella no quería aprender esa lección. Conoció el hambre y la humillación, los zapatos apretados y rotos y la mirada para abajo. Soportó en varias fiestas patrias la dádiva de las señoras respetables que le acariciaban la cabeza con cierta prevención.

La vida fue desmesurada con Eva y ella fue desmesurada con la vida. Su confesor la definió como un fuego que quema pero se consume a sí mismo.

Fue poderosa y se vengó con la minuciosidad de los sufridos. No dormía, comía poco. Trabajaba todo el día.

Su cuerpo se estremecía ante el dolor de sus " grasitas ". Hospitales, hogares, colonias, asilos. Allí estaba la foto o ella, la Eva.

Les ganaba de mano a las señoras decentes y se hacía traer de París las últimas colecciones de moda, las joyas. Los grasitas disfrutaban al verla como una reina.

¡¿ Ha visto qué modales ?! ¡ Qué indecencia ! decían las dueñas de la decencia, de los desplantes de Evita. Caprichosa, con mucha niñez sin estrenar, con mucho por vivir y poca vida.

En los 70 se reescribió la historia, se ... ¿ inventó ? una historia. Si Evita viviera sería montonera. Evita no vivía, Perón sí y no sería montonero.

Había que enseñarle a Perón que Evita era esta, la resucitada, la de ahora, no la que él conoció. La Evita montonera quedó tan lejos como la posibilidad de que viviera otra vez.

Nota:

Pablo Adrián Vázquez, académico del Instituto Nacional Eva Perón y escritor, afirma que:

La figura de Evita se agiganta con los años viendo el detalle de sus obras a través de la Fundación de Ayuda Social María Eva Duarte de Perón. Acompañando el proyecto político del presidente Juan Domingo Perón, su esposo, y brindando un nuevo rostro a la justicia social  -  desvirtuada por la labor añeja de la Sociedad de Beneficencia  -, Evita planteó un nuevo modelo en materia social.

Como primera dama, en una incipiente tarea social, en la concentración de alimentos en la residencia presidencial bajo el nombre de Las Delicias  -  remedando la despensa de su pueblo  -, la colaboración de los sindicatos y la organización de la Cruzada de Ayuda Social María Eva Duarte de Perón, tuvo en claro que la construcción política venía de la mano de la ayuda social y la solidaridad con el prójimo sobre la base de un trabajo en equipo. Ya fuera con la imbricación en sus tareas de los planes de los ministros Ramón Carrillo, Miguel Miranda, Ramón Cereijo y José María Freire, como de la CGT encabezada por José Espejo, y del grupo de mujeres y varones que la acompañaron silenciosamente en su labor.

La propia Evita entendía, además, el papel del periódico como actor político, y publicó una serie de artículos en el diario Democracia durante el segundo semestre de 1948 sobre cuestiones políticas y sociales que acompañaron el nacimiento de la Fundación de Ayuda Social María Eva Duarte de Perón ( luego Fundación Eva Perón ), las políticas oficiales del gobierno, a la vez que perfilaba su liderazgo complementario, primeramente, al de Perón.

Estos artículos fueron: " Porque soy peronista ", del 21 de julio, y " Ayuda social, sí; limosna no ", del 28 de julio; " Significación social del descamisado ", " Olvidar a los niños es renunciar al porvenir ", " El deber actual de la mujer argentina " y " La justicia social se consolida con una mayor producción ", del 4, 11, 18 y 25 de agosto, respectivamente; " Después que uno está perdido, no lo salva ni los santos ", " Hacia la total emancipación de los descamisados del campo ", del 1, 8, 22 y 29 de septiembre; " Ante la proximidad del Día de la Raza ", " Significado nacional del 17 de octubre " y " Los rezagados del despertar nacional ", del 6, 16 y 20 de octubre; y, como últimos, " Ante la tercera batalla electoral ", del 3 de noviembre de 1948, y " El pueblo quiere soluciones argentinas para los problemas argentinos ". Cada artículo visibilizó a Evita como líder política. Ella se expresó en consonancia con las políticas oficiales, la elección legislativa, la reforma constitucional, el atentado contra Perón, la visita del canciller español, junto a su tarea en la Fundación y la proclamación de los Derechos de la Ancianidad.

Desde su creación, el martes 19 de junio de 1948, cuando se firmaron las actas constitutivas en la futura sede del Hogar de Tránsito Nº 2 de la calle Lafinur 2988 de la ciudad de Buenos Aires  -  actual sede del Instituto Nacional de Investigaciones Históricas Eva Perón y Museo Evita  -, la Fundación alcanzó al país todo, plasmando en sus obras los objetivos fundacionales.

La mera enumeración da cuenta de su magnitud: tres hogares de tránsito en la ciudad de Buenos Aires, modelo de los que habrían de construirse en el resto del país; Hogar de la Empleada " General San Martín ", en la ciudad de Buenos Aires; subisidios a la ancianidad desvalida; decálogo de los derechos de la ancianidad, en 1948, incluidos en la Constitución Nacional de 1949; Hogar de ancianos " Cnel. Perón " en Burzaco, provincia de Buenos Aires, y similares en el interior del país, hogares escuela en Santa Fe, Córdoba, Chubut, Mendoza, Salta, San Luis, La Pampa, San Juan, La Rioja, Corrientes, Catamarca y Entre Ríos; Ciudad Infantil y Ciudad Estudiantil, en la ciudad de Buenos Aires; ciudades universitarias en Mendoza y Córdoba; Plan Mil Escuelas; equipamiento escolar; asistencia médica; policlínicos de Avellaneda, Lanús y San Martín, a los que sumarían los proyectados para Mendoza, Salta, San Luis, Santiago del Estero, Jujuy, San Juan, Catamarca, Corrientes, Entre Ríos y Santa Fe; Clínica de recuperación infantil de Termas de Reyes, provincia de Jujuy; Hospital de Clínica y Cirugía Torácica en Ramos Mejía, provincia de Buenos Aires; tren sanitario, Escuela de Enfermeras en la ciudad de Buenos Aires; equipamiento hospitalario; Campeonatos Infantiles " Evita " y Juveniles " Juan Domingo Perón ", ayuda social al exterior ( Bolivia, Ecuador, Uruguay, Colombia, Chile, Honduras, Paraguay, España, Austria, Francia, Israel, Italia, Grecia, Hungría, Irlanda, Japón, Alemania, Portugal, Turquía, Checoslovaquia, Estados Unidos, Inglaterra, Holanda, El Salvador, Perú, Filipinas, República Dominicana, Cuba, Siria y Noruega, entre otros ); Plan Agrario Eva Perón en apoyo del II Plan Quinquenal; provedurías con alimentos más baratos, en apoyo del plan económico; construcción y/o administración de complejos habitacionales ( Ciudad Evita, barrio Los Perales, etc. ); turismo social; complejos turísticos de Chapadmalal ( provincia de Buenos Aires ) y Embalse de Río Tercero ( Córdoba ).

Como síntesis de un nuevo modelo político de construcción de ciudadanía, ayuda social directa apuntalando la dignidad y democratización del bienestar aún tenemos mucho que aprender del legado efectivo de Evita en su tiempo para marcar caminos en nuestra historia.

Y, a modo final, en una noticia del diario Democracia publicada el 28 de julio de 1948, sobre los niños Grassi y su madre, asistidos en el Hogar de Tránsito Nº 2, se muestra las fotos del antes y después de los chicos, y se verifica su mejoría en tres horas, ya que fueron trasladados al encontrarse en situación de riesgo. Tras ver la mejoría de Magdalena, Vicente y José, el final de la nota lo produjo ángela, la mamá, cuando el agradecimiento se lo retribuye a " Evita ".

Contrastando con las formas solemnes con que fue nombrada oficialmente en esos primeros años, siendo una de las primeras veces que se retomó su nombre artístico. El diminutivo de la primera dama fue agigantado en los labios de los humildes como sinónimo de dignidad y ayuda social.

  

*     *     *

De Marcelo " Rusito " Lewandowski, docente, profesor de acordeón, respetado comentarista deportivo y periodista en radio y televisión:

Mi papá, descendiente de ucranianos, me llevaba todos los sábados a la cancha del Club Atlético Central Córdoba, desde que tenía 6 años, y eso me despertó muchas emociones.

Si bien desde pibe estuve cerca del deporte y es mi gran pasión, a partir de los 14 años comencé a leer historia política argentina y la preocupación por todos los temas siempre estuvo conmigo.

A los 16 años militaba en el partido peronista, soy de familia peronista. Mi papá era muy de Perón y de Evita, y más allá de lo que él me transmitió, me nutrí de toda información. El primer libro de política que leí fue El 45, de Félix Luna, cuando se estaba en plena época de dictadura militar.

Creo que la figura de Evita es la de la gran defensora de la justicia social.

Evita fue lo que en el fútbol se denomina " el alma del cuadro ", y su justicia social pudo transmitirse, hacerse efectiva, dentro de un marco o contexto político.

Recuerdo a mi padre y con lágrimas en los ojos, hablando del antes y del después de la ayuda social de Evita. Del uso de las alpargatas deshilachadas o con " bigotes ", como él decía, al tener acceso a un calzado digno.

Me rebelo ante los que dicen que los periodistas deportivos sólo tenemos una pelota en la cabeza, la oportunidad de estar en Canal 5 y también en Radio Nacional Rosario me ha hecho recorrer otro camino dentro del periodismo.

*     *     *

Textos cortesía de Carlos Vitola Palermo de Rosario, Santa Fe, República Argentina.

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