DOCUMENTOS SOBRE EVA DUARTE DE PERON 


Eva Ibarguren EVA IBARGUREN EVA DUARTE EVA PERON EVA PERON EVA PERON EVA PERON

María Eva Duarte de Perón / Evita. Argentina 1919-1952

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HISTORIAS, ANECDOTAS y TESTIMONIOS 

Evita en el Hogar de Tránsito Nº 2, hoy Museo Evita, Lafinur 2988, Buenos Aires

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De la sección Ciudad del diario El Ciudadano y la gente, número 958, 22 de febrero de 2012, director Alberto Parodi, editorial Los Alamos S.A., Rosario, Santa Fe, Argentina:

En febrero de 1946 comienza a circular en la ciudad de Buenos Aires y en otras ciudades el folleto titulado ¿ Dónde estuvo ?, firmado por " Bill de Caledonia ". Escrito por el coronel Juan Domingo Perón, el texto contaba las peripecias y vicisitudes vividas a partir de su apartamiento del gobierno, detención y confinamiento en la isla Martín García hasta su liberación el 17 de octubre de 1945 en medio de la movilización popular que exigió su regreso y le abrió el camino hacia la Presidencia de la Nación.

EL CIUDADANO

En la imagen, otra toma fotográfica, no tan conocida, de la fuente de Plaza de Mayo, el día 17 de octubre de 1945.

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De Luciano Elizalde Acevedo, doctor en Ciencias de la Información, magíster en Ciencias Sociales, docente, escritor:

En 1938 comenzó a funcionar en Argentina el Instituto Experimental de Televisión. Uno de sus fundadores fue Eduardo Elías Grinberg. Desde este momento, para algunos poquísimos habitantes de la ciudad de Buenos Aires, la televisión fue un hecho real mucho antes de su inauguración oficial. La primera transmisión se realizó en el año 1939.

En 1943, se le permitió a Grinberg, titular de LU8 AG, realizar una transmisión experimental y durante el mes de marzo de 1944, el Instituto Experimental de Televisión ofreció una emisión artística de media hora. La transmisión se realizó entre su sede y la radio Club Argentino, instalada en el edificio del Automóvil Club Argentino.

Grinberg no sólo consideraba a la televisión como un invento tecnológico útil, sino que además creía en sus consecuencias sociales y culturales positivas: desde generar puestos de trabajo para técnicos, ingenieros, escritores, músicos, actores, escenógrafos, iluminadores, hasta permitirle al público una llegada más directa a ciertos objetos culturales ( cine y teatro en casa, educación, deportes, turismo ). Como ha sucedido en el proceso de desarrollo de otras tecnologías de la comunicación, la televisión cambió mucho entre el momento en que era un instrumento controlado por experimentadores y el tiempo en que se popularizó y comenzó a ser un negocio.

El proceso de tímida intervención que comenzó en 1933 y que se profundizó con la revolución de 1943 se transformó, desde 1946, en un proceso de abierta participación del Estado y de sus funcionarios en los medios de comunicación. Fue el resultado de una época y de una mentalidad imperante. Con la revolución de 1943, los grupos militares de mayor afinidad con el fascismo alcanzaron posiciones claves en el poder político. A mediados de ese año mostraron su cercanía con esas ideas al anular la libre acción de los partidos políticos.

En 1944, el debate acerca del desarrollo de las redes continuaba. Se modificó la Comisión para que se encargara de un preproyecto de régimen técnico, legal, artístico, cultural y económico financiero de los servicios de radiodifusión. Sólo en 1946 se cristalizó todo lo discutido desde 1938. El 14 de mayo de 1946, durante el gobierno del general Edelmiro Julián Farrell, se sancionó el decreto 13.474, por medio del cual se aprobaba el " Manual de Instrucciones para las Estaciones de Radiodifusión ". Este manual tenía varios objetivos; entre ellos, hacer que se cumplieran las prerrogativas que se sancionaron en el Reglamento de 1933.

De acuerdo con la introducción del manual, había un consenso más o menos concertado entre las partes implicadas. Los temas que regulaba el decreto eran muy variados: los contenidos orales de los programas ( radioteatros, géneros imaginativos, épicos, líricos, etc.), las canciones y las letras cantables, las formas de oratoria general o política ( es decir, los textos que anuncien, expongan ideas, conceptos y principios con el objeto de informar, ilustrar, instruir, educar, persuadir o convencer a auditorios ), los noticiosos e informativos ( ordenando por jerarquía, las noticias argentinas, americanas y relativas a otros países, pronósticos del tiempo, observaciones meteorológicas, charlas o glosas de interés general, preguntas y respuestas, transmisiones deportivas ), publicidad comercial y no comercial ( de eventos artísticos, sobre salud, bienestar social, etc.), contenido musical, dividido en música ligera ( jota, opereta, zarzuela, comedias musicales, bailes regionales, valses, romanzas, fantasías, etc. ), música popular ( folklore nacional y extranjero, música nativa nacional y extranjera ) y música clásica ( óperas, dramas, ballets, oratorios, misas, cantatas, poemas, sinfonías, conciertos, oberturas, etc. ). El manual especificaba los porcentajes de música que debían contener las programaciones diarias de las emisoras, el horario de transmisión ( entre las horas 8 y 24 ), la estructura formal de los programas y las funciones del personal profesional, técnico, administrativo y artístico de las emisoras. Además, otro decreto del 15 de mayo de 1946, estableció el Estatuto del Empleado Administrativo de Empresas Periodísticas y por medio de una resolución del 31 de octubre, siendo presidente Juan Domingo Perón, reglamentó la venta de diarios, revistas y afines. Como se puede observar, el Estado entró en el ámbito de la comunicación de masas de manera contundente y directa.

A los diez días de asumir la presidencia de la Nación, el 13 de junio de 1946, el general Perón creó la Secretaría de Coordinación de Informaciones de la Presidencia de la Nación. Se argumentó que la información era un asunto prioritario para un Estado y que éste debía controlarla. Desde esa secretaría se racionalizó el material informativo y se centralizó su diseminación para hacerlo público. Por otro lado, el 15 de junio se le ordenó a la Subsecretaría de Información y a la Dirección General de Radiodifusión que se ocuparan de la Dirección General de Correos y Telégrafos. El 23 de octubre de 1946 se definieron las condiciones en las cuales debían funcionar las agencias de noticias que cumplían la función de proveer información a las emisoras de radio. En este mismo decreto se definió a la información como un bien de " interés público ". Es decir, interés colectivo o interés de todos. Para llegar al interés público, decía el decreto, es conveniente controlar las fuentes de origen de la información, a fin de mantener la veracidad y la responsabilidad de las noticias que se hagan circular. Además, el 21 de noviembre, el gobierno centralizó todas las publicaciones oficiales en la Subsecretaría de Informaciones. La misión era llevar información de interés público a la ciudadanía sobre actos del gobierno, " con absoluta imparcialidad ".

Entre 1947 y 1953 no hubo movimientos formales del gobierno para controlar la radio o la prensa, pero sí una operación de traspaso no admitida públicamente: por medio de ofertas de compra y con amenazas de anulación de las licencias, el gobierno consiguió que los propietarios vendieran sus acciones a personas cercanas al gobierno. El proceso de compra de las radios y el cambio de los administradores fue responsabilidad de ciertos funcionarios del Consejo Económico Nacional ( Miguel Miranda ), del Instituto Argentino de Promoción Industrial ( IAPI ), de la Dirección de Correos y Telégrafos ( Oscar Nicolini ) y del Banco Industrial de la República ( Orlando Maroglio ). Así, el sistema de radios privadas quedó en manos de personas que estaban directamente vinculadas con el gobierno o que no lo atacarían. Las cadenas se transformaron en Red A, dirigida por Maroglio que tenía como cabeza visible a la editorial Haynes, a la radio El Mundo y al resto de los medios que pertenecían a ese grupo empresario ( diario El Mundo, revistas, la Red Azul y Blanca, radios de Capital Federal, como Mitre, Callao, Antártida y ondas cortas ), la Red B, comandada por Jaime Yankelevich y formada por los diarios Democracia y Noticias Gráficas, las radios Rivadavia, Argentina y Porteña de Buenos Aires y todas las radios del interior que hasta antes de 1946 integraron la llamada " primera cadena argentina de Broadcasting ". Y, finalmente, la Red C. Estaba compuesta la Red C por el diario La Razón, las radios Splendid y Excelsior y su red de emisoras.

Para muchos, esto fue un monopolio de los medios en manos del gobierno. Sin embargo, este proceso político no fue exactamente la estatización de la radiodifusión. Los administradores compartieron la dirección de la emisora y el 50 % de las ganancias. Aunque los partidos opositores conocieron el asunto, no pudieron hacer nada para detener el proceso. La Unión Cívica Radical, por ejemplo llegó a exponer el problema en el Congreso de la Nación sin éxito. En 1948, los propietarios y concesionarios de las ondas de radio en todo el continente fundaron la Asociación Interamericana de Radiodifusión ( AIR ). La asociación se fundó para defender el sistema de libre competencia y de empresa privada comercial como modelo de organización de la radio. En ese mismo año, en la reunión realizada en Buenos Aires, los miembros de la asociación comprendieron la situación de control ilegítimo del gobierno sobre el sistema de radiodifusión. Para mostrar su disidencia, produjeron un documento en el que denunciaba una grave situación en el país. El gobierno desmintió la acusación y, finalmente, la Argentina fue expulsada de la asociación regional.

La cultura impulsada desde la radio por el gobierno peronista era fundamentalmente de contenido nacional, tanto en música como en programas de ficción. En este período cobró verdadera importancia el folklore, por ejemplo, impulsado desde Radio Belgrano ( Yankelevich ), considerada la esencia de la emisora popular, aunque era una cultura popular identificada básicamente con las costumbres de la provincia de Buenos Aires, ya que no se escuchaba música del Chaco o de la Patagonia. También en esta época terminó de popularizarse la radionovela o radioteatro y el humor popular. El humor fue un modo cultural desarrollado en todas sus posibilidades entre 1940 y 1955. Aparecieron programas con varios formatos: de sketch ( " Caravana del Buen Humor ", " La Craneoteca de los Genios ", " La Revista Dislocada " ), programas de personajes ( aventuras y desventuras de un personaje que usaba sobreentendidos con la audiencia ), de tipo personales ( centrados en un actor o actriz, por ejemplo, Niní Marshall, Juan Carlos Mareco, Pepe Iglesias, " Los Cinco Grandes del Buen Humor " ), de comentarios de realidad ( monólogos humorísticos enfocados hacia hechos de la realidad política o social ) y situaciones ( una historia que sucede en un ámbito social determinado; por ejemplo, el conventillo, la pensión o la casa de familia ).

Los realizadores, los locutores y los artistas capitalizaron muy bien las posibilidades estéticas y técnicas del medio para desarrollar el humor. La radio pasaba por los años más sólidos como medio de comunicación cultural. Antes de 1940 se concentró en experimentar los formatos de programas de mayor éxito. Después de 1955, el protagonismo de la televisión colocó a la radio en una posición de desventaja. Con la presencia de la televisión ya no recibiría tanta inversión publicitaria, ni contaría con los mejores artistas o locutores. Sin embargo, en estos años de consolidación y de éxitos, entre 1940 y 1955, se dieron dos condiciones que permitieron su desarrollo. Por un lado, se incorporaron masivamente las clases trabajadoras a la economía de consumo ( ampliaron el público de consumidores ). Los grupos que todavía no habían alcanzado los bienes y rutinas comunes de la vida urbana - como, por ejemplo, la compra de electrodomésticos -, lo hicieron en este período. Por otro, en el contexto de los medios de comunicación de la época, la radio era el medio de uso cotidiano por excelencia. Así terminó de introducirse en las clases populares. El público se transformó definitivamente en un público masivo al producirse la ascensión social de las masas obreras, industriales y campesinas, urbanas y rurales: mejores salarios, seguridad social, asistencia sanitaria, viviendas, organización gremial, etc. Esto tuvo como consecuencia directa la adquisición de un aparato de radio en todas las familias de la clase trabajadora. Ademas, produjo un mayor acercamiento hacia la forma de vida de la clase media ( el confort y la vida familiar compartida ) que beneficiaba la relación con la radio. Desde el punto de vista de los profesionales del sector, comenzaron en esta época sus protestas y sus planteos gremiales más fuertes y más visibles, tanto para los empresarios de la radiodifusión como para el gobierno.

En 1953, el Congreso de la Nación dictó la primera ley de radiodifusión producida por un gobierno constitucional. La ley 14.241 organizaba el funcionamiento de las tres redes que el peronismo había pasado bajo su control desde 1947 en adelante. Fue ésta la manera de legalizar la operación de traspaso no reconocida oficialmente. La ley se orientaba a regular la relación entre las emisoras y el Estado. Sobre todo hacía hincapié en la relación entre el Poder Ejecutivo y las emisoras. La ley obligaba a las emisoras a realizar un aporte al fisco, calculado sobre la base de sus ingresos. Así, el Estado determinaba sobre la base de los resultados económicos cuánto debían pagar las empresas emisoras en concepto de incremento anual. Esto era una manera de controlar la actividad radial que era definida y entendida como un negocio. En diciembre de 1953 fue dictado el decreto que regulaba, además de otras actividades, la distribución de la cantidad de tiempo para la publicidad y la cantidad de tiempo para los contenidos, las condiciones técnicas de los equipos y ordenaba la transmisión gratuita de todas las informaciones que el Estado necesitaba. En junio de 1954, el gobierno dictó un decreto para licitar la instalación y la explotación de tres redes de radiodifusión. El decreto obligaba a los licenciatarios, como condición de adquisición de la licencia, a comprar las instalaciones de las emisoras de las redes A, B y C. Además de los puntos que prescribía acerca de cuestiones económicas y financieras, se refería a la necesidad de mostrar la " obra argentinista " y a introducir " los valores y motivos culturales, artísticos y tradicionales del interior del país ".

El 18 de marzo de 1944, el Instituto Experimental de Televisión realizó una transmisión entre las horas 21.30 y 22.30. Fue la primera transmisión de televisión en forma continuada. Para esta época, su desarrollo también era interés del Estado nacional. La Dirección de Correos y Telégrafos presentó un ciclo de transmiones en la " Exposición 4 de Junio ", en 1944. Además, el Estado concedió por lo menos tres veces, licencias para que personas u organizaciones privadas realizaran el proyecto de la televisión popular: en junio de 1945, al empresario del calzado Martín Tow; en 1946, a Ricardo Frías y a Camilo Soaje para emplazar una antena en el cerro San Javier en la provincia de Tucumán, y en 1949, el Centro Argentino de Televisión consiguió una licencia para hacer una emisora de televisión en Buenos Aires, identificada como LU1 CAT.

En 1950, en el VII Congreso Internacional de Medicina realizado en el Plaza Hotel de Buenos Aires se transmitió el primer teleteatro: El piloto, protagonizado por Myriam de Urquijo y Roberto Airaldi. En ese mismo año, el empresario de la radio, Jaime Yankelevich, viajó a Estados Unidos para comprar equipos de transmisión de Standard Electric ( empresa asociada con ITT ). Así, Yankelevich pasó de la radio a la televisión sin abandonar la primera, y comenzó a producir programas de tipo popular. Varios hechos hacen que se deba vincular los inicios de la televisión con los de la radio. Primero, el empresario que se encargó de darle el impulso definitivo y que organizó los aspectos tecnológicos, de contenido, políticos y económicos fue Jaime Yankelevich. Segundo, quien manejaba una de las cámaras de la primera transmisión de televisión era Enrique Sussini, uno de los llamados " locos de la azotea " que treinta años antes había realizado la primera transmisión de radio.

El 20 de septiembre de 1951 se realizaron las pruebas de la transmisión, y el día 23 se pudieron ver las imágenes transmitidas a receptores ubicados en comercios en el centro de Buenos Aires. Ese día comenzó a funcionar LR3 TV Canal 7 ( luego LS82, después ATC y finalmente Canal 7 Argentina ). La transmisión oficial fue el 17 de octubre de 1951 y el comienzo de las emisiones regulares el 4 de noviembre de ese año. Se transmitieron los actos de celebración en la Plaza de Mayo y un discurso de Evita Perón. De esta manera, en 1951 terminaba la era de los pioneros de la televisión experimental y comenzaba la era de los organizadores.

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De Horacio Poggi, periodista, columnista, escritor:

El peronismo no tiene nada que ver con el fascismo. Es cierto que Perón conoció los avatares del fascismo en el gobierno italiano. Pero jamás fue un seguidor del Duce.

El fascismo fue un fenómeno europeo que nació en Italia antes de la Segunda Guerra Mundial como expresión plena de la clase media en retroceso y un dique de contención al avance del comunismo que, por la proximidad geográfica de la Rusia bolchevique, se tornaba una amenaza palpable y concreta en la península.

Los filofascistas vernáculos estuvieron en contra de Perón. En 1955, apostaron a su derrocamiento en nombre de un patrioterismo que el general denostó en reiteradas oportunidades. A los filofascistas Perón los consideraba " piantavotos ". Eran los famosos nacionalistas sin pueblo que apoyaban a los golpistas antinacionales y a las corporaciones económicas que propugnaban un sistema de injusticia social, opuesto a las conquistas que en la materia había alcanzado el peronismo. En el mundo del trabajo, las diferencias entre el fascismo y el peronismo son muy evidentes.

La columna vertebral del movimiento liberador justicialista ha sido siempre el sindicalismo, sector al que Perón le dio entidad propia y que, con los fundamentos de la Doctrina Social de la Iglesia, adquirió una equidistancia de las ideologías dominantes, sean marxistas o demoliberales.

El sociólogo José Enrique Miguens señala con meridiana claridad las diferencias entre el fascismo y el peronismo en su trabajo " Racionalidad del peronismo ", editorial Planeta, 254 páginas, año 1988. Dice en la página 40 del libro:

" En Italia, las autoridades de las asociaciones profesionales, tanto de trabajadores como de empresarios, no eran elegidas por votación de los miembros y eran del régimen estatal ( ley del 3/4/1926, art. 7 ). Cualquier nombramiento debía ser aprobado oficialmente por las autoridades gubernamentales ( art. 8 ). El reconocimiento de cualquier asociación sindical debe ser denegado ... por razones de orden político, económico o social ( decreto real del 1/7/1926, art. 13 ). La corporación no tiene personalidad civil, pero constituye un órgano de la administración del Estado ( art. 43 ), por eso la presidencia del Consejo de las Corporaciones correspondía a Benito Mussolini ( ley del 20/3/1930, art. 3 ). Solamente podían ser miembros de un sindicato de trabajadores las personas aprobadas por el Estado que hubieran observado siempre buena conducta moral y política desde el punto de vista nacional ( decreto real del 1/7/1926, art. 1 ). Las huelgas estaban prohibidas, por el artículo 18 de la ley 3/4/1926. Pudiéndose expulsar de sus cargos a cualquier dirigente sindical ( decreto ley del 16/6/1932, art. 6 ) haciéndole además pagar multas por " excesos " que condujeran a su expulsión ( art. 11 ). ¿ Cómo alguien con un mínimo de seriedad puede comparar el régimen sindical argentino de la época peronista con esto ? ".

Ni qué decir en relación con los beneficiarios de la política social durante el fascismo y el peronismo. Los fascistas catapultaron a la clase media en detrimento de los obreros, temerosos aquéllos de que los trabajadores avanzaran demasiado en sus mejoras. Los peronistas dignificaron a los humildes y recibieron como contrapartida el bombardeo de cuanta institución empresarial de la oligarquía existía en ese momento.

Que los dirigentes sindicales hicieran de las suyas, desobedeciendo el mandato de sus bases y desviándose de la doctrina peronista, no fue culpa de Perón. Lo mismo que la adopción de posturas autoritarias y violentas en ciertas agrupaciones internas. Estas situaciones no autorizan a juzgar al todo por alguna de sus partes. Además, el peronismo realizó una autocrítica en sus capas dirigenciales tras la derrota electoral del año 1983 consiguiendo merced a ello triunfar en el año 1989.

Otra acusación que debió soportar el peronismo fue la de hallarse vinculado con ciertos jerarcas nazis y ser proclive a asumir componentes ideológicos del nacionalsocialismo. Quizás en esto también hayan tenido influencia los seudohitlerianos que se infiltraron por la derecha.

La doctrina nacionalsocialista realza la primacía racial por sobre todas las cosas. ¿ Alguna vez Perón postuló una clase de superioridad racial ? Los que auspiciaban el nazismo en la Argentina olvidan de que los alemanes nazis los hubieran metido a ellos en la cámara de gas junto con los judíos y gitanos por considerarlos también una raza inferior. Por otra parte, hay que recordar que los ideólogos nacionalsocialistas siempre pensaron que la contextura social de América latina impediría que el nazismo prosperase.

Los nazis locales, de arranque, estuvieron contra Perón. Un puñado de periodistas germanófilos, bancado por la Embajada alemana en la Argentina, le hacía la guerra al incipiente peronismo desde los diarios " El Pampero " y " Cabildo " y las radioemisoras " Radio Pietro ", " Radio Cultura " y " Radio Callao ".

Una revista nazi editada en Europa se preguntó cierta vez en un artículo: " ¿ Fue nazi Perón ? ". La respuesta no deja lugar a dudas cuando conceptualiza al peronismo y lo tilda de " un hebreo - sindicalismo que derivaba hacia la izquierda ".

Para refutar a los trasnochados nazis conviene recordar, que el gobierno peronista fue el primero en toda Latinoamérica en reconocer al Estado de Israel y que designó como embajador en ese país a Pablo Manguel, un prestigioso miembro de la colectividad israelita. Los bustos de Evita y de Perón aún se pueden ver en Tel Aviv.

En 1948, Perón pronunció un discurso adverso a los prejuicios raciales en la inauguración de la sede de la OIA ( Organización Israelita Argentina ). En esta institución se nucleaban los judíos peronistas. En 1946, por primera vez en la historia argentina, se concedió franco a los conscriptos judíos en ocasión de sus festividades religiosas. Por último, recordemos que el gobierno de Perón promovió generosamente la inmigración judía y que, en reconocimiento, Golda Meir visitó nuestro país en 1949.

Todo lo dicho basta para demostrar cuán ajeno al nazismo es en esencia el peronismo. Lamentablemente, existen sinvergüenzas que pretenden deformar adrede la personalidad política del justicialismo. Pero el pueblo siempre les ha dado la espalda advirtiendo que son mercenarios pagados por el enemigo.

En el atentado subversivo de Ezeiza, 20 de junio de 1973, lucharon corrientes internas que defendieron el palco del copamiento terrorista. La propaganda ultraizquierdista ha difundido que se trataba de bandas nazis y fascistas. Nada de eso fue cierto. El grueso de los militantes que repelió el cobarde ataque de los terroristas pertenecía a organizaciones sindicales y grupos juveniles del peronismo nacional.

Sucede que la derecha no siempre es nacional y que hay nacionales de derecha como también los hay de izquierda. Pero en Ezeiza venció el peronismo nacional que, valga la paradoja no estaba representado por Jorge Manuel Osinde ni por José López Rega ni por Miguel Angel Iñíguez ni por Ciro Ahumada. Lo representaban cientos de jóvenes leales al ideario justicialista y al liderazgo de Perón. Entre ellos estaban militares que, como el capitán del Ejército Argentino Roberto Máximo Chavarri, regaron con su sangre el retorno definitivo del viejo General a la Argentina.

Nota:

Roberto Chavarri fue uno de los mártires del peronismo nacional en Ezeiza. Los jóvenes de la Concentración Nacional Universitaria lo eligieron como jefe para custodiar el helipuerto donde, cerca del palco, debía descender Perón.

El 18 de junio de 1973, el capitán ( R ) Roberto Chavarri concurrió acompañado por el profesor Arturo Rosas a las oficinas que la firma Di Tella había cedido al teniente coronel Jorge Osinde. Fue allí donde ambos militares intercambiaron opiniones acerca del dispositivo de seguridad que se emplazaría con motivo del acto multitudinario convocado para recibir a Perón. A juicio de Chavarri, el lugar elegido - Puente 12, sobre la autopista Ricchieri, Ezeiza - no garantizaba plenamente la seguridad del acto. Tanto él como el profesor Rosas objetaban la proximidad de las arboledas, demasiado cercanas al palco desde el cual Perón debía hablarle a la multitud, millones de personas.

Rosas y Chavarri habían diseñado un plano mediante el cual demostraban que el lugar más adecuado para levantar el palco se situaba a la altura de lo que hoy es el Mercado Central. Esta iniciativa ya le había sido entregada a Osinde en 1972, cuando se pensaba que el primer retorno de Perón al país tras su exilio sería también acompañado por un acto. Lo que ocurrió entonces ya es conocido. Perón pisó suelo argentino el 17 de noviembre de 1972 y recibió una severa advertencia del gobierno del general Alejandro Agustín Lanusse y del partido militar liberal. A través de sicarios armados, Perón fue amenazado de muerte por no rendirse a los planes continuistas de quienes lo habían derrocado y no se resignaban a su inevitable retorno.

El 17 de noviembre de 1972 Perón se trasladó a la casa de la calle Gaspar Campos en el automóvil del ex presidente Arturo Frondizi, quien le ofreció su custodia personal. En el viaje, Perón le confió al ex presidente desarrollista:

" Vio Frondizi, me quieren matar ".

Frondizi le respondió a la altura de las circunstancias:

" No se preocupe, general Perón. Ahora somos dos los que estamos dispuestos a morir en un acto de servicio a la Patria ".

Tan sólo cuatro días después, en el restaurante Nino, Avda. del Libertador y Santa Rosa, Perón nucleaba a su alrededor a la casi totalidad del arco opositor y le asestaba un certero cross a la mandíbula dictatorial de Lanusse, despojándolo de consenso civil.

Pero la amenaza del 17 de noviembre eclosionaría con toda su fuerza el 20 de junio del año siguiente. Chavarri y Rosas lo presentían y por eso pusieron en evidencia la preocupación que los animaba ante el propio Osinde. Desgraciadamente, la soberbia y la altivez de Osinde fueron más fuertes que los fundados temores que abrigaban los dos militantes peronistas. El teniente coronel desoyó a sus interlocutores afirmando que todo estaba bajo control y que el problema de la seguridad era de su exclusiva incumbencia personal.

Como anécdota ilustrativa de la tensión que se vivía, cabe recordar que Chavarri estuvo muy cerca de responder con una trompada a la irresponsable altanería de Osinde. Fue el profesor Rosas quien debió interceder para impedirlo. De todos modos las relaciones entre Osinde y Chavarri se cortaron definitivamente, cuando el día anterior el capitán peronista había entregado una tarjeta personal, firmada de puño y letra, dejando constancia de su disposición para colaborar en la seguridad del acto.

El enojo de Chavarri con Osinde no se superpuso a su pasión peronista: decidió participar del acto y de su seguridad junto a numerosos suboficiales y oficiales retirados a quienes se les encomendó la custodia del palco.

El día 19, en horas de la tarde, Chavarri, Rosas, y Amelia Berl, la esposa de Chavarri, arribaron al lugar del acto en la primera unidad básica móvil del peronismo a la que bautizaron " Coronel Ricardo Ibazeta ", en homenaje al profesor en el Colegio Militar y mártir de la revolución fracasada de 1956. Sabiamente precavidos, llevaron una buena cantidad de víveres para los muchachos que debían pasar la noche vigilando el palco. El ambiente estaba espeso. Esa misma noche - fría, ideal para los fogones bajo las estrellas -, Chavarri y Rosas debieron intervenir para que un grupo de provocadores movilizados en un camión que cargaba damajuanas de vino no repartiera la bebida alcohólica a la muchachada. La intención era evidente: crear el caos, convertir la fiesta en un disturbio.

En la mañana del día 20, los Chavarri y Rosas quedaron estupefactos. Los pocos efectivos enviados por la Policía bonaerenses no sólo eran insuficientes, sino que provenían de comisarías alejadas del conourbano lo cual implicaba falta de experiencia en el contacto con muchedumbres. Al mismo tiempo, les preocupaba la negligencia manifiesta de las autoridades del Ministerio del Interior, que no efectuaban una cobertura acorde con las circunstancias.

Alrededor de las 11 horas el coronel Osinde pasó revista de la situación y se hizo presente en el palco. Chavarri ya no estaba a sus órdenes, las relaciones se habían cortado el día 18 y ninguno de los dos intentó algún acercamiento.

Osinde estaba escoltado por una pléyade de guardaspaldas con los mismos aires de suficiencia que su jefe y luciendo los infaltables anteojos negros. A los pocos minutos se retiró y nunca más volvió, ya que se instaló en el aeropuerto de Ezeiza y permaneció allí hasta que la nave que traía a Perón descendió en Morón por órdenes del vicepresidente en ejercicio de la Presidencia, doctor Vicente Solano Lima.

De hecho, Chavarri se hizo cargo de la custodia del improvisado helipuerto donde debía aterrizar el aparato que traía a Perón y a su esposa Isabel. El helipuerto estaba a un costado del palco, a pocos metros de la cabina antibalas desde la cual hablaría Perón.

Pasado el mediodía, los militantes de la Concentración Nacional Universitaria ( 60 en total, por lo cual se autodenominaban " los sesenta granaderos de Chavarri " ) eligieron al capitán retirado como jefe ( debido a su condición militar ) a fin de que impartiera todas las directivas necesarias y garantizara la seguridad del helipuerto.

Antes de las 14.30 arriba el helicóptero en el que transportarían a Perón desde el aeropuerto. Se trataba de una prueba de ensayo. En ese momento, Chavarri divisó el avance de la columna sur con FAR ( Fuerzas Armadas Revolucionarias ), Montoneros y el ERP - 22 de agosto a la cabeza. Había también, dos ómnibus Leyland blindados. Su preocupación se incrementó. El día anterior, el profesor Rosas había recibido una noticia preocupante de parte de un abogado amigo de apellido López. Este hombre le advirtió que los Servicios de Inteligencia de Uruguay manejaban la información de que atentarían contra la vida de Perón en Ezeiza. " Lo van a matar a Perón ", recuerda Rosas que su amigo le comentó.

Con el propósito de medir las reacciones de la sospechosa columna encabezada por los subversivos, Chavarri pidió al conductor del helicóptero que simulara un nuevo aterrizaje, como si ya hubiese llegado Perón. Antes del segundo aterrizaje y en medio de un ambiente caldeado, se produce la primera descarga de disparos sobre el palco. Las balas rebotaron sobre los caños que sostenían los retratos ampliados de Evita, Perón e Isabel.

Todos los responsables de la seguridad se tiraron cuerpo a tierra y con las pocas armas de que disponían respondieron al fuego terrorista. Serían las 14.30 horas aproximadamente. Instantes más tardes, el cineasta Leonardo Favio, el locutor oficial de la jornada, procedió a soltar 18.000 palomas. Era otro signo indicador de la presencia de Perón en el lugar. Este hecho, sumado a la llegada del helicóptero del simulacro, convenció a los subversivos de que Perón estaba en el palco.

Cuando los relojes iban a marcar las 15, Chavarri dejó de guarecerse tras un arbusto, corrió las armas y apuntó con su pistola reglamentaria hacia los árboles donde los francotiradores se habían instalado criminalmente aprovechando la ausencia policial. Al lado de Chavarri estaban su esposa y el profesor Rosas. La mirada fija del capitán se detenía en los árboles. Esos árboles que tanto le habían preocupado. Se lo había advertido a Osinde, ¿ por qué no le había hecho caso ? Un certero disparo dio en el ojo izquierdo del capitán Chavarri, y la bala se alojó en su columna vertebral. Chavarri cayó de bruces. Lo socorrieron de inmediato. Quedó inmovilizado. Minutos antes también había caído el militante peronista Carlos Domínguez, en el palco, cerca de los Chavarri y de Rosas.

Así fue como cayó el capitán Roberto Chavarri. Jamás abandonó la custodia del helipuerto. Fue a Ezeiza a recibir y proteger a Perón. Sentía por él la misma admiración, la misma gratitud y el mismo afecto que millones de sus compatriotas. Chavarri tuvo ocasión de charlar con Perón en el exilio madrileño. Perón lo apreciaba. Por eso, cuando le comunicaron a Perón que Chavarri había sido asesinado, sus ojos se llenaron de lágrimas.

ROBERTO MAXIMO CHAVARRI
Fotografía del capitán del Ejército Argentino Roberto Máximo Chavarri, asesinado en la masacre de Ezeiza del 20 de junio de 1973.

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De Pablo Kandel y Mario Monteverde, periodistas, escritores:

" Duro, duro, duro / estos son los Montoneros / que mataron a Aramburu ".

El cántico, repetido una y mil veces durante las campañas electorales de 1973, iba a sonar de manera distinta un año más tarde, en un país que había alcanzado el promedio de una muerte política cada 19 horas.

" Mario Firmenich y Norma Arrostito cuentan cómo murió Aramburu ", fue a comienzos de setiembre el desafiante título de tapa de la revista que servía como vocero de la " tendencia revolucionaria " de la Juventud Peronista.

No era otra cosa que el preanuncio de lo que cinco días después iba a saberse: la " Organización Montoneros " pasaba a la clandestinidad, a la " resistencia armada ".

No obstante, el gobierno iba a tardar un año más en declararla ilegal, en 1974. Otro grupo subversivo, sin embargo, el que actuaba bajo la denominación de " Ejército Revolucionario del Pueblo " ( ERP ), había sido colocado fuera de la ley ya en 1973. Eran de origen izquierdista no peronista, a diferencia de los Montoneros.

Los atentados, los asesinatos y los secuestros se sucedían. Al terrorismo de ultraizquierda, se iba a sumar el de la ultraderecha. La sigla A.A.A., correspondiente a Alianza Anticomunista Argentina, alcanzaría rápida notoriedad, no sólo por sus actos, sino también por sus amenazas. Los anónimos de la Triple A no se limitaron al campo específico de la política; abarcaron asimismo el mundo de la cultura, el periodismo, las artes y los espectáculos. Figuras famosas de cine, el teatro y la televisión argentinas debieron viajar al exterior.

Estas expresiones extremistas merecieron pronunciamientos condenatorios desde sectores que significaban un amplio espectro de la opinión nacional. Luego de haber enviado al Congreso de la Nación un proyecto para dar mayor intensidad a la represión de la violencia, la señora Martínez de Perón convocó a una reunión multipartidaria, donde las opiniones fueron coincidentes en contra todo extremismo. La frase del dirigente demócrata progresista Rafael Martínez Raymonda, " Jamás un crimen puede ser remedio para otro crimen ", fue reflejo del pensamiento general.

Más allá de aquella reunión política, también se escuchaban voces de condena. Así lo hacían la Iglesia y sus obispos, o el Partido Comunista, o las entidades empresarias y los sindicatos. El 12 de noviembre, la Confederación General del Trabajo concretaría un homenaje a las Fuerzas Armadas por su lucha contra la subversión. El acto tendría, además, otra significación: se lo interpretó como un intento de acercamiento de los gremialistas hacia los militares, ante lo que ya era evidente intención del lópez - reguismo de controlar todo el poder.

Muchos sospechaban que José López Rega y su grupo no se frenarían en los medios con tal de conseguir sus fines. La revista El Caudillo, que respondía a su orientación y era financiada con avisos del Ministerio de Bienestar Social, culminaba cada uno de sus comentarios editoriales con esta frase: " El mejor enemigo es el enemigo muerto ".

La ultraderecha, con más de un matiz fascistizante, se iba adueñando progresivamente de otros resortes de poder. Así, en el área de educación, la denominada Misión Ivanissevich, encabezada por el octogenario ministro Oscar Ivanissevich, brindaba expresiones de creciente intolerancia. Por ejemplo, su representante en la Universidad de Buenos Aires, el rector - interventor Alberto Ottalagano, afirmaba: " Los católicos y los argentinos estamos llevados a una prueba de fuego: o justicialistas o marxistas. Nosotros tenemos la razón; los otros no la tienen y los trataremos como tales ".

Esta mentalidad, en la televisión controlada por el gobierno, significaba la finalización de algunos ciclos de gran repercusión: se terminaba la media hora semanal de humor político de Tato Bores y se ponía fin a los diarios " almuerzos " de Mirtha Legrand, actriz que posibilitaba el diálogo entre invitados de los más distintos matices de opinión y las más variadas actividades. A las clausuras de diarios y revistas vinculados con la subversión de ultraizquierda, le siguieron otra de distinto carácter: al diario Crónica, por una campaña quizás algo exagerada sobre las Islas Malvinas, y al matutino La Calle, de izquierda moderada, por razones que nunca quedaron del todo claras. Ya antes había sido clausurado el diario El Mundo, de extrema izquierda, y la revista Satiricón, de humor político.

El gobierno de María Estela Martínez de Perón se iba encerrando en su propio " microclima ", distanciándose cada vez más de la opinión pública.

La expresión " microclima " la utilizó por primera vez Ricardo Balbín ante la Presidente. Ello " perturbaba al gobierno ", lo " sectoriza ", sostuvo el dirigente radical durante la entrevista, en la que explicó a la viuda de Perón que " con su esposo era distinto ". Y es cierto, la convivencia estaba deteriorada, la intraquilidad invadía el país.

Sorpresivamente, el ministro López Rega desapareció. Había viajado al exterior " en misión especial ", dijo la información oficial. Mucho se especuló, hasta con la posibilidad de que el hombre fuerte no regresase.

Pero no fue así. Para sorpresa aún de los propios oficialistas, el sábado 16 de noviembre de 1974 la Presidenta anunció que al día siguiente los restos de María Eva Duarte de Perón, Evita, arribarían al país, de donde habían sido sacados en 1955 y secretamente sepultados en un cementerio italiano por el gobierno militar del general Aramburu. El propio cadáver de Aramburu - muerto por los Montoneros en 1970 - había sido robado en 1974, para canjearlo por el cadáver de Evita. El cuerpo embalsamado de Eva Perón había sido devuelto un par de años antes, en 1971, a Perón, quien lo depositó en la residencia madrileña de Puerta de Hierro, donde el veterano caudillo habitaba con su esposa Isabel y su secretario privado López Rega.

Desde Madrid, los despojos mortales de Evita fueron traídos en avión por López Rega, ministro de Bienestar Social. Arribaron al aeroparque de la ciudad de Buenos Aires a las 10 de la mañana del domingo 17 de noviembre de 1974, y allí los aguardaban la Presidente, sus ministros, unos pocos funcionarios más y familiares de Evita.

Tras oficiarse un responso, una caravana de automóviles trasladó el féretro hasta la residencia presidencial de Olivos, siendo depositado en la misma cripta donde descansaban los restos del general Perón.

Lo sorpresivo de toda la operación cumplida descolocó a los sindicalistas. Apenas si la Confederación General del Trabajo ( CGT ) atinó a disponer un paro, cuya repercusión fue escasa por tratarse de una jornada dominical. Los dirigentes gremiales ni pudieron ingresar al interior de la estación aérea: Segundo Palma, por entonces secretario general de la CGT; Casildo Herreras, y Lorenzo Miguel, de las 62 Organizaciones, debieron presenciar la ceremonia mexclados entre el público que había en la calle.

López Rega parecía vengarse así del homenaje de los gremialistas a las Fuerzas Armadas, un acto al que, pese a estar anunciado, no había concurrido la Presidente. Fuentes sindicales atribuyeron por aquel entonces la ausencia de la señora Martínez de Perón a la influencia de su todopoderoso secretario privado.

Pero alguna explicación más tenía que haber para lo sucedido. ¿ Por qué un operativo tan sigiloso para repatriar los restos de Evita, por qué tanta urgencia ? ¿ Acaso la memoria de Evita no merecía un homenaje de mayor envergadura, mejor preparado y multitudinario ?

Era evidente que el operativo había surgido de la mente de López Rega. ¿ Cuáles fueron los cursos de su pensamiento para determinar tanto apresuramiento y secreto ? La explicación en la que coincidieron la mayor parte de los observadores apuntó hacia una maniobra política dirigida a fortalecer el binomio Isabel - López Rega, cuyo deterioro se advertía ya en tres campos: el de la opinión pública, ante los desaciertos del gobierno; el interno del justicialismo, donde las disensiones adquirían cada vez mayor magnitud, y el de la situación económica que se deterioraba rápidamente.

Se llegó inclusive a recordar que, cuando el fallecimiento del general Perón, se había anunciado en un primer momento que sus restos recibirían sepultura en el cementerio de la Chacarita, hasta que la influencia de López Rega determinó que fuesen llevados a la residencia de Olivos. La decisión se repitió con Evita, probablemente con la intención de que el " monopolio " en la posesión de ambos cadáveres, respetados por multitudes, fuese elemento de fuerza política para quienes en la residencia habitaban.

Por aquellos días iba a difundirse en la Argentina la fotocopia de un artículo publicado por un diario de Brasil bajo el título: " López Rega, un líder de quien Umbanda se enorgullece ". Se trataba de un reportaje a Wilson Avila, de la secta Umbanda, en Porto Alegre.

La publicación reproducía una fotografía, en la que se veía a López Rega en mangas de camisa, arrodillado ante Wilson Avila, quien parecía como efectuándole unos " pases ".

La Iglesia Católica Apostólica Romana, con su sabiduría acumulada durante siglos, se tomaría su tiempo para pronunciarse. Lo hizo en la segunda semana de marzo de 1975, con una declaración del Episcopado Nacional que expresaba " grave preocupación " porque " nuestro pueblo católico viene padeciendo una lamentable confusión ".

Mientras tanto, la presidente pasó varias semanas de descanso en la zona de Mar del Plata, primero en las unidades turísticas de Chapadmalal, dependientes del Ministerio de Bienestar Social, pero sobre el final de sus vacaciones en una base naval, a la que se trasladó de manera sorpresiva. Ello coincidió con un viaje de López Rega al Brasil, lo que dio origen a nuevas especulaciones sobre desinteligencias entre ambos, las que quedaron desvirtuadas en pocos días: nada separaba a Isabel y al hermano Daniel ( seudónimo con el que era llamado José López Rega por el grupo de íntimos ).

Se reveló por aquel entonces que tal seudónimo estaba vinculado con la adhesión del ministro a una denominada Logia Anael, nacida también en el Brasil en dos asambleas realizadas en San Pablo y Río de Janeiro, en 1956 y 1957, respectivamente.

EL CIUDADANO
Primera página de una publicación, sin mención de editorial ni fecha, del cuento hindú El Sabio y la Riqueza por José López Rega, autografiado por el ministro de Bienestar Social.

*     *     *

Del suplemento Espectáculos - Teatro - Música, de diario Clarín, Buenos Aires, Argentina, del 14 de marzo de 2012:

El famoso musical Evita volvió a los escenarios de Broadway después de 30 años, con la actriz y cantante argentina Elena Roger como protagonista y el cantante Ricky Martin en el papel del Che.

La obra debutó a sala llena en el Marquis Theater de Broadway, donde ofrecerá funciones de preestreno - considerados como ensayos generales con público - hasta el 5 de abril de 2012, cuando suba el telón oficialmente.

Tras la presentación, los protagonistas - que también incluyen al actor estadounidense Michael Cerveris en el papel del presidente Juan Perón - y su director, el británico Michael Grandage, conversaron con la prensa.

" La verdad es que fue espectacular; me sentí muy bien ", dijo Elena Roger, quien debuta en Broadway en el mismo papel que le valió una nominación al premio Olivier como mejor actriz en Londres.

" Hubo mucha emoción y momentos en que era muy fácil ponerse a llorar ", agregó Roger, en una mezcla de inglés y castellano. " Al principio de la obra el ambiente estuvo un poco tenso, pero el público estaba tan cálido y fue tan agradecido, que resultó muy fácil seguir adelante ", explicó.

El papel de Eva Perón no es ninguna novedad en la carrera artística de Elena Roger. En 2006, Andrew Lloyd Webber la eligió para interpretar ese rol en ocasión del reestreno de la obra Evita en Londres, y en esa oportunidad le valió el reconocimiento internacional, además de la nominación a un premio Olivier, galardón que finalmente ganó, en 2009, por la obra Piaf.

" Ha sido un viaje maravilloso ", declaró Ricky Martin tras la primera función de preestreno de la reposición, y agregó que se siente en un momento " fascinante " de su vida. Para Martin, cuyo personaje sirve como el narrador de la vida de Eva Perón, la obra Evita representa su regreso a la Meca del teatro, donde en 1996 dio vida a Marius en el musical Los Miserables.

Ambos personajes " tienen similitudes, porque hablan en nombre de la gente ", expresó el astro boricua. " Yo creo que en este viaje que estoy haciendo, en el que estoy rodeado de grandes actores y directores, me siento protegido, y lo único que puedo sentir es un crecimiento profesional ", señaló Martin.

El musical Evita fue creado por los legendarios Tim Rice ( letras y libreto ) y Andrew Lloyd Webber ( música ), dos prestigiosos autores que han compartido créditos en grandes producciones como, por caso, Jesucristo Superstar.

Rice y Lloyd Webber, atraídos por la vida de Eva Perón, pasaron años estudiando el personaje, y en 1976 grabaron el álbum del que se desprende el clásico Don´t Cry for me Argentina ( No llores por mí, Argentina ).

La primera producción teatral de Evita se montó en Londres en 1978, y un año después llegó a Broadway, con Patti LuPone en el papel de Eva y Mandy Patinkin como el Che. El musical obtuvo siete premios Tony en 1980, entre ellos los correspondientes a Mejor musical y Mejor actriz.

En 1996, Alan Parker realizó la adptación cinematográfica, con Madonna como Eva Perón y Antonio Banderas como el Che, en una película que consiguió cinco nominaciones al Oscar y se alzó con la estatuilla a Mejor canción original por You Must Love Me, que Rice y Lloyd Webber crearon especialmente para el filme. Diez años después en el West End de Londres, el mismo Grandage montó Evita en una puesta que consiguió cuatro candidaturas al Olivier, incluyendo - además de Mejor actriz ( Roger ) - Mejor actor ( Philip Quast ), Mejor reposición y Mejor coreografía ( Rob Ashford ).

Grandage dijo que Rice y Lloyd Webber le propusieron trasladar su versión a Nueva York con una producción adaptada a " una nueva audiencia y un nuevo siglo ".

Evita ahora cuenta con más escenas de baile, incorpora tango y un sonido musical más latino, a cargo de Lloyd Webber y David Cullen.

EVITA

En la imagen, el actor estadounidense Michael Cerveris y los cantantes Elena Roger y Ricky Martin, luego de la primera función de preestreno del musical Evita, sobre el escenario del Teatro Marquis de Broadway, New York, Estados Unidos.

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Textos cortesía de Carlos Vitola Palermo de Rosario, Santa Fe, República Argentina.

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