DOCUMENTOS SOBRE EVA DUARTE DE PERON 


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María Eva Duarte de Perón / Evita. Argentina 1919-1952

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HISTORIAS, ANECDOTAS y TESTIMONIOS 

Evita en el Hogar de Tránsito Nº 2, hoy Museo Evita, Lafinur 2988, Buenos Aires

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De Manuel Ruiz, periodista y escritor:

Desde un esqueleto de Patagosaurus fariasi hasta el sillón de San Martín. De Edouard Manet a Frida Kahlo, desde Mariquita Sánchez de Thompson a Eva Perón.

El patrimonio cultural e histórico de los museos porteños es muy variado, y cada vez más locales y extranjeros se acercan a disfrutarlos. Según el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, en los últimos cuatro años las visitas de argentinos a los museos crecieron el 35 %.

2011 arrancó con la inauguración del Museo de Arte Moderno de Buenos Aires ( MAMBA ), San Juan 350.

En agosto quedó abierta al público la primera etapa de la nueva sede del Museo del Cine Pablo Ducrós Hicken. El edificio ubicado en Caffarena 49, La Boca, posee más de 60.000 latas de material fílmico argentino. También la apertura del Museo del Libro y de la Lengua, Las Heras 2555, que depende de la Biblioteca Nacional.

En mayo se inauguró el Museo del Bicentenario, ubicado detrás de la Casa de Gobierno, allí se exhibe el auto Justicialista Gran Sport de 1954 y el retrato en óleo de Perón y Evita.

La Fundación YPF, por su parte, estrenó el sitio Museos Argentinos , en donde se ofrece un directorio de todo el país.

El Museo Nacional de Bellas Artes, Av. del Libertador 1473, es el más visitado. Más de 500.000 personas que lo recorrieron en el último semestre pudieron ver la remodelación de la planta baja, donde se pintaron las 24 salas para darle un carácter más internacional. Su directora artística, la licenciada María Inés Stefanolo, afirma que su objetivo es lograr un lugar en el calendario internacional de muestras. Y en este proceso de mostrarse al mundo, el impulso a su página web es clave.

Pero si hay un museo que apuesta a la comunicación 2.0 es el Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires. Hoy el MALBA, Av. Figueroa Alcorta 415, tiene más de 52.000 fans en Facebook y más de 20.000 en Twitter. El espacio de arte creado por el coleccionista y empresario Eduardo Francisco Costantini es el segundo museo más visitado. La museóloga Florencia González de Langarica, coordinadora de Programas Educativos, explica que en el museo se puede ver arte, mirar una película o cenar y que recibe muchos visitantes extranjeros.

Otro museo que ha conquistado al público es el de Evita, Lafinur 2988. Su directora, la profesora Norma Durango, comenta que en cuatro años lograron pasar del 20 % al 50 % del público de Argentina.

Distinta es la situación del Museo de Ciencias Naturales " Bernardino Rivadavia " que busca sumar visitantes extranjeros. Su director, Dr. Edgardo Juan Romero, anticipa que pronto inaugurarán una sala de Historia de la Ciencia y están comenzando las refacciones en la sala de Paleontología.

La arquitecta María Isabel de Larrañaga, directora del Museo " Eduardo Sívori ", Av. Infanta Isabel 555, asegura que los museos porteños se han quedado chicos y en el interior se comenzaron a crear espacios interesantísimos.

Para la artista plástica Marta Minujín todos los museos deberían tener cafetería y librería y ser puntos de encuentro abiertos al público, para poder pasar el día ahí.

Luis Felipe Noé considera que el Museo Nacional de Bellas Artes tiene la mejor colección de Latinoamérica y que los museos tienen que tener paredes muy claras para que las obras se destaquen y no compitan los colores de la pared.

Rogelio Polesello comparte la opinión de sus colegas y afirma que todavía falta mucho por aprender y en general a los museos les faltan espacio.

Diversidad en la oferta artística, historia y tradición son un imán para el público.

Nota:

Para ver imágenes del retrato en óleo de Evita y Perón, clickear, por favor, aquí

   

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De Silvia Urich, escritora, guionista y editora, autora del libro titulado Escuchen lectorcitos - La Biblioteca Infantil General Perón, serie Sentidos del libro, editorial Tren en movimiento, con algunas ilustraciones, 96 páginas, año 2010:

Para 1943, Eva Duarte había alcanzado una posición relevante en el medio artístico, encabezaba compañías y luego de haber trabajado en las radios más importantes  -  Mitre, Prieto, El Mundo  -  recaló en Radio Belgrano, donde Francisco Muñoz Azpiri comenzó a escribirle los libretos para un programa llamado Biografías de Mujeres Ilustres. Pero en enero de 1944, Eva Duarte conoció a Juan Domingo Perón y las cosas cambiarían para siempre. También para el libretista.

El nombramiento de Muñoz Aspiri como funcionario de la Subsecretaría de Informaciones y Prensa tuvo lugar el 9 de junio de 1944 aunque ello no le significó abandonar su tarea como libretista. Por el contrario, una semana después comenzó otro ciclo llamado Hacia un mundo mejor. Los programas consistían en relatos heroicos donde Evita representaba a una mujer del pueblo que exaltaba la revolución del ´43 y el liderazgo de Perón y tenían la característica de intercalar fragmentos documentales  -  discursos de Perón, aclamaciones populares  -  además de un narrador y la consabida ambientación sonora.

El público que lo escuchaba a través de la poderosa Radio Belgrano no leía los diarios, pero entendía lo que estaba pasando, pues veía los cambios que afectaban su vida. Así lo demostraría el 17 de octubre de 1945. Con un receptor de radio cada dos hogares, la radiofonía argentina era considerada la segunda del mundo y ni siquiera los pueblos que carecían de electricidad quedaban al margen de ese fenómeno porque los fabricantes de radios enviaban camiones equipados con altoparlantes. Hacia un mundo mejor se afirmó en una retórica que articulaba dos lógicas narrativas: la de la información documental y la de la ficción.

Pero no solamente la radiofonía atravesaba su época dorada. También la historieta argentina alcanzaba su nivel más alto. América era un polo de atracción para los dibujantes europeos que sufrían la guerra y la posguerra. El español Carlos Freixas Baleito y el italiano Athos Cozzi fueron algunos de los dibujantes que recalaron en Buenos Aires y rápidamente se incorporaron a la industria editorial local. Artistas argentinos como Arístides Rechaín y Pascual Güida eran famosos ilustradores y sus firmas pueden rastrearse tanto en publicaciones periódicas como en piezas publicitarias de la época. Si en 1940 existían 60 revistas de historietas, en 1942 el número se había elevado a 300. Estas publicaciones representaban más de 60.000.000 de ejemplares por mes. Según el escritor Enrique Lipszic, el 49 % de la población leía revistas de historietas. Y, entre los más jóvenes, el 91 % de las chicas y el 95 % de los muchachos eran lectores permanentes.

Al principio, la Subsecretaría de Informaciones y Prensa llamaba a concurso para la realización de afiches  -  sobre temas y consignas determinados por la Dirección de Difusión  -, pero a partir de 1945 la producción comenzó a ser ejecutada por equipos propios de dibujantes reclutados entre los ilustradores y caricaturistas más destacados de la época. El equipo propio no significaba homogeneidad formal. Por el contrario, una de las características de la estética peronista. En ese proceso se mantuvo la continuidad sobre ciertos modelos preexistentes  -  lo que garantizaba la legabilidad  -  y se reelaboraron o inventaron nuevos temas de representación simbólica. Pero además de estéticas reconocibles, otro motivo para la creación de un equipo propio de dibujantes fue la consolidación de un grupo que, imbuido de los contenidos, no requiriera de una formulación específica para abordar la multiplicidad de temáticas que se intentaba transmitir.

En las producciones de la Subsecretaría de Informaciones y Prensa confluyeron entonces las dos vertientes de la cultura popular más importantes de la década: la radio y las historietas.

¿ Fue la Biblioteca Infantil General Perón un proyecto editorial del gobierno o, por el contrario, se trató de un proyecto de autor ? A juzgar por el modus operandi del peronismo, ambas modalidades fueron posibles, pero la primera es la más probable.

En la primera quincena de julio de 1948 se publicaron los primeros seis títulos de la Biblioteca Infantil General Perón. La fecha coincide con el lanzamiento oficial, el 8 de julio, de la Fundación Ayuda Social María Eva Duarte de Perón. Y aunque la Fundación no pertenecía al aparato del Estado, el material de difusión y la propaganda de sus obras también estuvieron a cargo de la Dirección de Difusión de la Subsecretaría de Informaciones y Prensa.

Los libros peronistas más conocidos no son los de la Biblioteca Infantil General Perón sino los textos escolares que comenzaron a publicarse en 1950 y proliferaron luego del fallecimiento de Evita. Odiados por los antiperonistas, olvidados por muchos justicialistas, y hoy casi inhallables porque fueron destruídos masivamente en 1956.

Aunque muchas veces esos " textos malditos " fueron tildados de nazifascistas  -  en gran medida por la exaltación hasta el paroxismo de Perón, de Evita y de los logros del gobierno  -, el historiador Emilio Corbière advierte que no tuvieron relación ideológica con el nazismo alemán, ni con el resto de los fascismos europeos, salvo en cuanto al culto carismático. Pero tampoco la exaltación del personalismo fue patrimonio exclusivo del nazifascismo: se lo advierte tanto en los textos de la Rusia soviética como en los del New Deal estadounidense.

Desde un análisis panorámico, la historiadora Marcela Gené cuestiona la vinculación entre la gráfica del peronismo con los repertorios de los regímenes nazifascistas y sugiere en cambio establecer comparaciones con las producciones acuñadas en la décadas de 1930 y 1940 en los Estados Unidos y en la Unión Soviética revolucionaria, con las que se revelan mayores semejanzas.

  La historiadora Sandra Carli señala que, al tiempo que el peronismo daba respuesta a un conjunto de demandas sociales históricas, interpelaba políticamente a la niñez como sujeto político de una nueva sociedad. En síntesis, el peronismo combinó democracia y adoctrinamiento. El politólogo Carlos Escudé también se ocupó de ejemplificar cómo un texto novelado podía ser un ejemplo de adoctrinamiento oficialista. Claro que el adoctrinamiento en la literatura infantil no fue un fenómeno local. El historiador James Fraser destaca los intentos desde extremos ideológicos opuestos: uno tuvo lugar entre 1820 - 1830 cuando las sociedades británica y norteamericana intentaron formar a los niños en el ámbito del respeto hacia Dios y a la sociedad a través de la literatura infantil. El segundo caso se produjo en la URSS a partir de 1920 aunque, a diferencia del anterior, excluía la idea de Dios y explicaba que la humanidad era capaz de crear una sociedad pacífica y armoniosa por el sólo hecho de querer o necesitar hacerlo. Ambos movimientos trabajaron para combatir el analfabetismo en sus países respectivos.

Los libros de la Biblioteca Infantil General Perón han recibido escasa atención por parte de los estudiosos académicos.

¿ Cuál era la idea que tenía Evita acerca de esos libros ? Una dedicatoria en un ejemplar del libro Historia de los gobiernos argentinos permite atisbar su pensamiento:

" A mi querida sobrina Dorita Perón para que sepa y aprenda sobre nuestra Historia y nuestros presidentes argentinos y sepa como su tío, el general Perón está construyendo la Nueva Argentina. Eva Perón ".

Han transcurrido más de 60 años de la publicación de la Biblioteca Infantil General Perón. Reflexionando, esos libros eran comprensibles aún para la gente con poca formación. Servían, y aún sirven, para rescatar la otra visión de la historia.

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De Cristian Enrique Boschi, docente y escritor, autor del libro titulado Perón: ¡ Absuelto ! , editorial Dunken, Buenos Aires, 80 páginas, año 2007:

Hay mitos acerca de las circunstancias en las cuales Perón conoció a Evita y a Isabel.

Uno de los más comunes, que recuerdo desde niño, decía que Perón conoció a Evita en un prostíbulo, que Evita Duarte era " prostituta ", y a Isabel Martínez en un burdel y que ella trabajaba de " copera ".

Cuando ocurrió el terremoto de San Juan en 1945, Perón organizó desde la Secretaría de Trabajo y Previsión, una movilización para prestar ayuda a la población de San Juan. Como también dirigía el Ministerio de Guerra, hizo enviar mantas, carpas y otros insumos para los necesitados. Además hizo un llamado a los artistas para hacer colectas en las calles; Evita Duarte era uno de esos artistas, ella hacía radio en aquel entonces. Un grupo de artistas se quedó para organizar la la ayuda; Evita estaba en ese grupo. Llamó la atención a Perón la gran sensibilidad e inteligencia de aquella muchacha. Entonces viendo que era muy útil, le ofreció una oficina en Trabajo y Previsión, sin sueldo, para organizar toda la ayuda a San Juan, ya que tenía condiciones para eso. Luego intimaron más y comenzaron a trabajar juntos. Perón la necesitó allí donde el sistema gubernamental tenía gran debilidad, ya que había un gran sector social del cual el gobierno no se ocupaba, es decir, problemas sociales que no estaban atendidos por ningún instituto del gobierno. Eso le encargó y ella fundó la Fundación de Ayuda Social.

Perón conoce a Isabel Martínez en circunstancias muy diferentes, cuando él ya estaba en el exilio. En diciembre de 1955, Perón asiste, junto a un grupo de amigos, a un local nocturno de la ciudad de Panamá, para presenciar un espectáculo de ballet folclórico argentino. Era un grupo de bailarines jóvenes que estaba de gira por Latinoamérica. Entre ellos se encontraba una joven de 24 años que quedó seducida por la presencia de Perón; la joven era María Estela Martínez Cartas, Isabelita, como la llamaban todos. La corriente mutua de simpatía entre Perón y la joven argentina, se acrecienta desde el momento en que Isabel debe guardar cama durante días, a causa de una gripe virósica. Perón, enterado de tal circunstancia por Carlos Victoria, periodista español radicado en Panamá, se preocupa por que la enferma gripal reciba los cuidados médicos que necesita. Una vez recuperada, siguió trabajando en el club nocturno Happy Land. Cuando llegó el momento de continuar la gira hacia Venezuela, ella decide abandonar el conjunto y quedarse al servicio del exiliado.

" General ¿ no necesita Ud. una secretaria ? " preguntó Isabel.

" Así es  -  asintió Perón  - Creo que voy a necesitar una secretaria. Pero no tengo dinero. ¿ Y acaso aceptaría probar, a diario, mi comida ?

" En ese caso sería yo quien tendría que pagar, a cambio de la dicha de poder hacerlo ".

" Trato hecho "  -  concluyó Perón.

Desde ese instante María Estela Martínez Cartas, Isabel, pasará a ser la persona de confianza, la confidente íntima, secretaria y representante personal de Perón. Atenderá, además,  las tareas domésticas, se ocupará de la cocina, vigilará la ropa, preservará la salud del general Perón, probará sus comidas ante la posibilidad de envenenamiento; dará un toque femenino al entorno de Perón. En las líneas que hará llegar a uno de sus colaboradores, el ex presidente Perón encarece sus méritos:

" Toca el piano, baila, canta, cocina, administra la casa, haciendo la vida más agradable y llevadera; por lo que ni por pasteles la dejamos ir ".

Según el testimonio del Dr. Rafael Barrera Arrieta, abogado, Isabel era realmente atractiva y de una discreción asombrosa. Dormía en el mismo apartamento, pero en otra habitación.

El 15 de noviembre de 1961, el P. Elías Gómez Domínguez bendecirá el matrimonio de Juan Domingo Perón con María Estela Martínez Cartas.

Producida la llamada " Revolución Libertadora " de 1955 la ropa de Eva Perón fue exhibida como un ejemplo de " robo a los argentinos ", y sus joyas, que según se dijo pesaban 136 kilos, fueron subastadas. Lo cierto es que la recaudación de esa subasta, desapareció sin dejar huellas.

Perón es quien mejor relata la cuestión de las joyas de su esposa:

" Vea Mayers  -  evocó Perón al reportero Bob Mayers de la National Broadcasting Company  -; la única joya que le regalé a Evita fue el anillo de compromiso. No me refiero, por supuesto, a la colección de joyas que se formó con los regalos que ella recibió de los jefes y mandatarios de gobiernos extranjeros y, a su fallecimiento, fue entregada a la Fundación, como garantía de los préstamos que la entidad otorgaba ". En otra oportunidad dijo Perón a la United Press en Paraguay: " Remataron las joyas de Evita y, nadie sino sus destinatarios naturales, es decir, el pueblo, podía haber dispuesto de ellas ".

En una ocasión escuché decir a un antiperonista que Perón fue el causante de la muerte de Evita, que él mandó inyectarle células cancerígenas, que por eso trajo a un médico de los Estados Unidos.

Sin dudas hay personas con gran capacidad de imaginación, y otras que por desconocer los hechos, terminan creyendo esas absurdas habladurías. El cirujano George Pack, oncólogo del Memorial Cancer Hospital de New York, intervino quirúrgicamente a Eva, pero no para causarle la muerte.

Cierto historiador revisionista escribió que desde que Evita quedó inmovilizada en la cama, Perón no entró jamás al dormitorio, que se paraba cerca de la puerta y desde allí le preguntaba a ella cómo seguía, que procuraba mantenerse lejos de Evita temiendo contagiarse de cáncer.

Perón mismo afirma:

" Un día antes de morir me mandó llamar porque quería estar a solas conmigo, me senté sobre la cama y ella hizo un esfuerzo para incorporarse. Su respiración era apenas un jadeo entrecortado, su voz era ahora un susurro ":

" No tengo mucho por vivir  -  dijo, balbuceante Evita -. Te agradezco lo que has hecho por mí. Te pido un cosa más ... No abandones a los pobres. Son los únicos que saben ser fieles ... "

Si Perón consideraba que el cáncer era contagioso, ¿ cómo es que se sentó en la cama junto a Evita y la escuchó muy de cerca pronunciar sus últimas palabras ?

En ocasiones, afirmaba Perón:

" Creo percibir el roce físico de su piel, como si se propusiera observarme de cerca, transmitiéndome advertencias que me resguarden de mis enemigos de dentro y de fuera. Adrede, mi chinita multiplica el valor de quienes seguimos amándola ".

El escritorio de Perón se caracterizaba por la máquina de escribir, con la cual redactaba y escribía su correspondencia, y una foto de Evita.

Comenta el Dr. Rafael Barrera Arrieta, abogado colombiano, que Juan Domingo Perón le confesó lagrimeando:

" Nunca podré olvidar a Eva ".

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De Elvira Ferreras Olabe, escritora y artista plástica, autora del libro La Visionaria, editorial Dunken, Buenos Aires, 136 páginas, año 2004:

Era el 24 de julio de 1952, al día siguiente Evita recibió la extremaunción, el pueblo ya sabía de la gravedad de su estado y miles de argentinos no podían creer que Evita se les escapara de las manos.

El día 26, Buenos Aires se pintó de gris, un cielo plomizo, desgarrado en crespones claros y oscuros anunciaba el duelo, caía la noche de invierno y cuando el reloj marcó las 20.25 horas, Eva Perón entraba en la inmortalidad.

Hubo lágrimas y lamentos de una multitud que aparecía como en las grandes jornadas.

Se marchó la abanderada de los humildes, no había júbilo ni bombos, todo era tristeza y miedo, perdían a la mujer que luchaba por ellos, que los defendió contra todos y contra todo, entregándoles su vida.

Fue uno de los velatorios más imponentes que vivió nuestro país y uno de los más extensos, no podían apartar a Evita de esos miles y miles de argentinos que desfilaron para darle el adiós final, el llanto junto a su féretro, junto a la desesperación, fue un exponente cabal de cómo el pueblo amaba a Evita.

Largas filas bajo la lluvia de ése cielo que bendecía su alma, le rendían su homenaje, donde se mezclaban las lágrimas del cielo con las de su gente, de sus niños, de sus ancianos, de sus mujeres, de todos aquellos que harían de Evita un símbolo.

Fue un traslado emocionante hasta el Congreso Nacional, la cureña con el féretro escoltada por el Ejército, en un despliegue no visto y luego de nuevo su traslado desde el Congreso Nacional a la CGT.

La muerte de Evita llenó páginas con su nombre, no sólo en América, el mundo entero se sacudió con su fallecimiento y los periódicos enaltecieron su obra y lamentaron el suceso.

Figura señera, junto a Perón, vive en la historia, como única mujer de Presidente que integró y modeló un movimiento popular con esas características.

Se lo llamó demagógico, con tendencia nazi. Si eso hubiese sido cierto no hubiesen congregado al al pueblo para hablarles desde los balcones de la Casa de Gobierno, anunciando conquistas sociales, derechos para todos los habitantes, construyendo sanatorios, escuelas, hospitales, lugares de recreación para que el pueblo viviera feliz, los hubiese encolumnado, incitándolos a dominar el mundo.

La visionaria Evita, la reivindicadora de una clase sumergida, de una clase que todavía sigue cantando su nombre y enarbolando su bandera, los había dejado.

Luego de fallecida Evita se perdió el rumbo y a tres años de su partida se estaba gestando la caída de Perón.

Quizá si se hubiese tratado de rectificar los errores y dejar que, cumplido el ciclo, el pueblo en las urnas castigue o premie a un sistema de gobierno, hubiésemos tenido una Argentina sin Golpes de Estado.

Así se perdieron los propósitos de entregar a futuras generaciones una patria libre, justa y soberana.

El golpe militar del 16 de setiembre de 1955 y que tuvo la ocurrencia de llamarse " Revolución Libertadora " fue tan " libertador " que lo primero que hizo fue disolver el Congreso Nacional.

Muchos pensaron que esto que sucedía era una victoria, y para demostrarlo no tuvieron mejor idea que comenzar a romper y quemar todo lo que recordara al partido peronista. Se destruyó todo lo que tuviera el nombre de Evita y Perón, juguetes, frazadas, muebles, libros, instrumental médico ... Quisieron una justificación, y no encontraron mejor manera de hacerlo que destruir todo lo que los recordara.

Pero debemos reconocer que Dios imparte justicia, cuando ocurrieron hechos tan vandálicos que avergonzarían a los hombres de las cavernas, quedando al descubierto la parte oscura de esas personas que actuaban " en nombre de la libertad y la democracia ".

¿ Qué dejaron los " libertadores " y los que los acompañaron en esa acción, donde la ley y la justicia brillaron por su ausencia ?

Nota:

Para ver imágenes del traslado del féretro de Eva Perón, clickear, por favor, aquí

y también aquí

                            

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BILLETE DE EVA PERON

De Mercedes Marcó del Pont, economista y política, presidenta del Banco Central de la República Argentina:

El proyecto de los billetes de 5 pesos con la imagen de Evita surgió en 1952, un mes después del fallecimiento de la esposa del Presidente de la Nación Juan Domingo Perón, durante el mandato del último titular del Banco Central de la primera era peronista, Miguel Revestido.

El directorio del Banco encargó al artista italiano, César Juan José Céccoli, la realización de los primeros cuatro bocetos, que fueron rechazados. Un nuevo boceto fue encargado al artista plástico Renato Garrasi, cuyo retrato en acuarela de la fallecida primera dama sí fue aprobado por el directorio. Un desacuerdo contractual con el autor retrasó su emisión, hasta que el derrocamiento del gobierno de Perón en 1955, dio por tierra con la idea.

El frustrado billete hubiera sido el primero en incluir la imagen de una mujer como motivo central en los 200 años de historia de la República Argentina.

El boceto original ( presumiblemente a varios colores ) nunca se encontró y el fotolito blanco y negro apareció recién en el año 2000 en la Casa de Moneda tras 45 años de permanecer traspapelado. La acuarela del retrato de Eva Perón fue encontrado hace poco tiempo y detrás de un mueble en la sede de la Casa de Moneda.

Nota:

El histórico billete de 5 pesos con la imagen de Evita.

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De Federico Kukso, editor, escritor y periodista científico:

En el cielo conviven Evita, Pavarotti, Heidi, Asterix, Shakespeare, San Martín y Favaloro.

Pasan los años, pasan las caras, pasan los héroes, los políticos, los deportistas, los científicos y los artistas, pero los nombres quedan. Antes, en las calles, museos, bulevares, edificios e instituciones. Ahora también en asteroides.

Desde hace un par de años, varios astrónomos argentinos se encargan, en un acto que oscila entre la justicia histórica y el capricho bautismal, de designar a cuanto pedazo de roca deambula por el Sistema Solar. Así, y en pleno plan de reemplazar las clasificaciones frías y técnicas con las que las astronomía suele ordenar la fauna celeste, se pueden encontrar sin mucha sorpresa asteroides llamados Sarmiento o Belgrano. El cielo con un toque argentino.

Menos famosos que las galaxias, las estrellas, los planetas e incluso que los agujeros negros, se conoce a los asteroides como la basura del vecindario solar. Con millones de años en sus espaldas, estos guijarros espaciales  -  fríos, deformes y de tamaños distintos pero relativamente pequeños  -  son los vagabunos del cielo.

Desde que en la noche del 1 de enero de 1801 el astrónomo siciliano Giuseppe Piazzi creyó haber detectado en el cielo un nuevo cometa  -  en realidad se trataba de Ceres, ahora considerado un " planeta enano ", como Plutón  -  se han descubierto más de siete mil de estos " cuerpos menores del Sistema Solar ", como los denomina desde 2006 la Unión Astronómica Internacional ( IAU, en inglés ), metiéndolos en la misma bolsa que a los cometas y los objetos ubicados más allá de Neptuno. De esos siete mil, hay veintiséis asteroides de más de doscientos kilómetros de diámetro y se presupone que hay algo así como dos millones de asteroides con un diámetro mayor a un kilómetro tan sólo en el Cinturón Principal de Asteroides.

De todas las formas posibles ( con cráteres y cicatrices de un pasado violento ), estos objetos de roca y metal no tienen un andar del todo libre: un grupo deambula alrededor del Sol entre las órbitas de Marte y Júpiter, formando un enorme anillo conocido como el Cinturón de Asteroides. Hasta no hace mucho se pensaba que podrían haber sido los restos de un planeta, pero en la actualidad pocos científicos se animan a repetir esta teoría en voz alta. Otro conjunto se mueve por detrás de Júpiter ( los asteroides Troyanos ), mientras que los asteroides Centauros se encuentran en la parte exterior del Sistema Solar. Y quedan los que se acercan peligrosamente a la Tierra ( Near Earth Asteroids ) que cada dos por tres encienden las alarmas mediáticas del Apocalipsis.

El procedimiento de denominación de un asteroide es bastante burocrático: no bien se lo descubre, el Centro de Planetas Menores de la Unión Astronómica Internacional le asigna una etiqueta. Hay que dejar en claro el año del hallazgo y en qué quincena se realizó, lo cual se indica con una letra ( por ejemplo, la primera quincena de enero se conoce como " A ", la segunda de julio " O " ). Sin embargo, y siguiendo aquella sentencia nominalista que afirma que algo no existe hasta que no se le asigna un nombre, hay una etapa más, la definitiva: una vez que se los estudió hasta el hartazgo y se conoce con suma precisión su órbita y localización, el centro astronómico responsable del descubrimiento eleva un nombre al comité de la IAU ( International Astronomical Union ), que lo rechaza o le da luz verde.

En las primeras décadas del siglo XIX se continuó con la regla de bautizar objetos celestes con nombres mitológicos y se eligieron divinidades menores como Palas, Ceres, Juno y Vesta hasta que se acabaron. Se descubrían tantos asteroides que se tuvo que recurrir a la mitología romana, a la egipcia, a la germánica y después a la historia ( como el asteroide Liberatrix, en honor de Juana de Arco ), a la literatura ( como Poe, Dostoievsky, Shakespeare, Asimov, Clarke, Heinlein o Dulcinea, en honor a la amada de Don Quijote, que también tiene el suyo, Cervantes ), a la filosofía y a la geografía. Entrado el siglo XX se hizo lugar a nombres de la cultura popular como Jodie Foster, Mr. Spock, Obelix, Bee Gees, Rolling Stones.

La Argentina no se quedó afuera y aportó también sus nombres. Al fin y al cabo, el Observatorio Astronómico " Félix Aguilar ", conocido hasta 1990 como El Leoncito y ubicado en la provincia de San Juan, está acostumbrado a hallar todo tipo de objetos en el cielo. Desde el 12 de setiembre de 1986, el mayor ojo argentino que rastrilla la bóveda celeste tiene un historial de decenas de asteroides descubiertos. El 2.745 se llama San Martín; el 2.808, Belgrano; el 5.077 se llama Favaloro, y el 9.479 es Madresplazamayo.

El Observatorio Astronómico de La Plata hace también lo suyo. Allí trabajó el astrónomo Miguel Itzigsohn que entre 1948 y 1954 descubrió 15 asteroides. El 25 de marzo de 1950 creyó haber dado con un nuevo planeta al que denominó Evita. Luego, la IAU lo corrigió y aclaró que era un asteroide. Derrocado Perón, sus adversarios intentaron de mil maneras barrer tal designación. Sin embargo sucumbieron. Al asteroide hasta el día de hoy se lo evoca internacionalmente con el mombre de quien fue la primera dama argentina: Evita.

Nota:

Para conocer más sobre el descubrimiento del asteroide Evita, clickear, por favor, aquí

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De Juan Pablo Urfeig, escritor y periodista:

  La sociedad de consumo nos tiene acostumbrados al desenfreno por la compra de productos y servicios de todo tipo y la tecnología es, sin duda, la vedette con más plumas en esto.

Hay computadoras y reproductores de mp3 cada vez más poderosos, teléfonos celulares con infinidad de prestaciones y un enorme y variado etcétera de aparatitos con conexión a internet. Para escapar a esta fiebre consumista uno podía refugiarse en el budismo, que propone no desear objetos objetos materiales para eliminar el sufrimiento. Pero ahora el orientalismo se enseña en universidades privadas o se vende en libros de autoayuda. Si la última vía de escape a este devenir vacío era la muerte, no lo es más.

Ya existen numerosos productos que se pueden aprovechar en la comodidad de un cajón bajo tierra.

Servicios como Assetlock se encargan de mandar un último e - mail a los deudos indicando números de cuentas bancarias y claves de acceso de importancia. Por su parte, Post Expression le busca un costado más romántico, y por 19 euros por año enviará el último mensaje a nuestros seres queridos.

Quienes cultivan la profesión más antigua del mundo  -  los sepultureros  -  también se adaptan a los nuevos tiempos.

En Southampton, Inglaterra, se puede contratar la transmisión online de velorio por 150 dólares. La funeraria reparte a los familiares del difunto la clave para ver en internet la ceremonia como si se estuviera en la capilla. En Israel y Brasil existen servicios similares.

¿ Por qué conformarse con un cajón de cartón cuando se puede tener uno de roble ?

¿ Y por qué optar por uno común cuando se puede conseguir otro con pantalla de LCD ?

Vidstone ofrece pantallas de siete pulgadas que pueden instalarse en el mausoleo o lápida y reproducir un video biográfico del dueño del ataúd. El mecanismo es a prueba de agua y se alimenta con energía solar. Vidstone, por un pago extra, se encarga de la edición de las imágenes. La empresa también ofrece una versión para cementerio de animales.

La conectividad no podía estar ausente en una necrópolis de alta tecnología. El cementerio Paducah, de Kentucky, ofrece conexión Wi - Fi a sus visitantes. Como era de esperar, estos lujos son costosos. Mejor ir a algo más económico.

Find a grave es la web de un cementerio virtual. Allí descansan en forma de bits millones de personas, de las cuales se puede ver un epitafio, una foto, el nombre del cementerio real en el que están enterrados y mensajes de afecto de quienes los conocieron. Eva Perón, John Lennon, Elvis Presley, Carlos Gardel ...

Pero quizá la verdadera revolución sea la del Lismore Memorial Park, de Australia. Este cementerio no tiene nada. No hay lápidas, marcas en la tierra ni señales de ningún tipo. Los entierros se hacen en el medio del bosque, pero se toma debida nota de las coordenadas y los deudos pueden visitar la tumba con la ayuda de un GPS, el aparatito que conectado a un sistema de satélites marca un lugar exacto en cualquier parte del planeta.

Pero si estamos hartos de este mundo, quizá lo mejor sea elegir la última morada en otro. La compañía Celestis, especializada en viajes espaciales, tiene todo listo para enviar restos de cremaciones a la luna. Sus robots esparcirán las cenizas por módicos 10.000 dólares.

En My Last Email, otro servicio que propone almacenar las últimas palabras, se afirma que hay que darles mucha importancia a las decisiones finales porque " sólo se muere una vez ". Algo que el periodista y escritor Víctor Sueiro se encargó de desmentir.

  Nota:

Para conocer sobre Evita y su tumba en el sitio web Find a Grave, clickear, por favor, aquí

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De Rafael Garritano, periodista:

Al principio, fue María Eva Duarte, una niña fascinada por el espectáculo.

Cuenta la leyenda que fue el cantor de tango Agustín Magaldi quien la ayudó a probar suerte en Buenos Aires y que la ciudad la recibió como suele recibir a quienes se atreven a soñarla: con desdén, con soberbia. Todo cuesta más en una gran urbe, pero también hay más oportunidades, piensan quienes se animan a encararla.

Evita, aspirante a actriz, tras soportar desplantes y esperas interminables, llegó a hacer pequeños personajes en teatro ( en esos tiempos no eran llamados bolos, como ahora ) y luego algunos de mayor relevancia. Mas tarde vendría el cine, con títulos destacables como La carga de los valientes y el protagónico La Pródiga. Pero fue en el radioteatro donde descolló, y un título sería premonitorio: Mujeres en la historia. A partir de ahí, podría pensarse que el espectáculo y el peronismo se fascinaron mutuamente. Si su líder mujer fue una figura del arte, no es raro que esa atracción se haya prolongado a través de los años, hasta la actualidad.

En 1938 Evita encontró en Pierina Dealessi, actriz italiana radicada en Argentina, una especie de hermana mayor. Sostuvo Pierina:

" Un día mi representante me dijo que había una chica que necesitaba trabajar. Me la hice traer. La contratamos por un salario mísero. Trabajábamos todos los días de la semana, y los domingos hacíamos cuatro funciones seguidas. A la tarde nos encontrábamos en el camarín a tomar algo. Por el hambre, la miseria y el descuido, siempre tenía las manos húmedas y frías. Era una triste. Comía muy poco, creo que nunca comió en su vida ".

Pierina la llevaba a dormir a su casa cuando terminaban las funciones de La gruta de la fortuna. Eva se iba muy temprano, volvía a su pensión, y dormía hasta el mediodía.

Esta actriz nacida en Turín, Italia, fue, además de una interesantísima actriz, una especie de protectora y amiga de Evita. Le brindó su compañía desde el primer momento. La quiso antes de que fuera la abanderada de los humildes; la aconsejaba, la mimaba; no fue una obsecuente. Fue su amiga.

Más allá de los trabajos de Pierina, que fueron muchos en cine y centenares de obras teatrales, entre las que se recuerda un trío maravilloso junto a Olinda Bozán y Pepita Muñoz, la italiana fue emblema de una época.

La televisión la llamó ya tarde, donde además de Me llaman Gorrión, participó en Viernes de Pacheco y algunas novelas.

Pierina Dealessi vino al mundo un 25 de diciembre y se fue el 21 de enero de 1983, a los 88 años. Vale traer a la memoria una carta que Evita le dedicó el día de su cumpleaños ( y que guardan los archivos de Enrique Pavón Pereyra ):

" Querida amiga, para saludarla en su día y felicitarla como siempre y agradecerle por toda mi vida todo lo que ha hecho por mí en los momentos tan difíciles que ya sabe. En aquella semana de octubre cuando Perón estaba preso, la única que me acompañó fue usted, Pierina. Qué gran amiga que ha sido y que es aunque nos llevamos años de diferencia. Feliz cumpleaños, Pierina. Evita ".

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De Roberto Colimodio, investigador y escritor:

Mucho, pero no suficiente se ha escrito sobre Perón y Borges, sobre sus obras y sus respectivas historias, vivencias e infortunios. También fueron públicos sus pensamientos diferentes y sus duelos verbales cargados de ironía y antagonismo visceral.

Desde el " ascenso " de Bibliotecario a Inspector de Aves obtenido por Jorge Luis Borges en 1946, pasando por la máxima borgeana " los peronistas no son buenos ni malos ... son incorregibles ", ambos representaron distintos escenarios de la vida política y cultural argentina durante décadas. Ni el amor, ni el espanto los uniría. El nexo entre ambos es, gracias a la investigación realizada por el Dr. Ignacio Martín Cloppet, abogado y docente, estrictamente sanguíneo.

Lo demuestra el libro Eva Duarte y Juan Perón: La cuna materna - Perón y Evita descienden de conquistadores - El parentesco de Borges y Perón, editorial Alfar, Buenos Aires, año 2011.

Efectivamente, Jorge Luis Borges y Juan Domingo Perón, comparten un ancestro: el Maestre de Campo Pedro Pascual de Acevedo, quien poblara de descendientes la pampa santafesina y bonaerense y uno de los primeros habitantes de Rosario.

El Maestre de Campo Pedro Pascual de Acevedo se casó tres veces y tuvo numerosa descendencia entre la que se destacan los presidentes Luis y Roque Sáenz Peña. Como acaudalado estanciero, terrateniente y hombre de armas, participó en varias incursiones contra los indios calchaquíes que asolaban las estancias santafesinas a principios del siglo XVIII. Del matrimonio con su primera esposa, Estefanía de Obelar, en 1719, desciende Juan Domingo Perón, en tanto Jorge Luis Borges lo hace del segundo matrimonio, con Tomasa Benítez.

El escritor Jorge Luis Borges conocía su ascendencia y " sospechaba " de su parentesco con Perón. Según Cloppet, en un momento Borges advierte a su sobrino Miguel de Torre Borges  -  que investigaba su genealogía  -  que no sacudiera demasiado el árbol genealógico, " a ver si algún día resultaba que éramos parientes de Perón ".

Esto, además del ya establecido parentesco de Borges con Juan Manuel de Rosas, por su bisabuelo Isidoro Suárez, primo del Restaurador.

La cuna materna es la saga del primer libro del Dr. Cloppet: Los orígenes de Juan Perón y Eva Duarte, donde estudia los ancestros paternos de ambos. Cloppet posee excelente documentación propia, pues tiene un importante archivo personal gracias a su parentesco con los Duarte ( su abuela materna y Evita eran primas hermanas ) y por relaciones de amistad de su abuelo con los Perón.

Cloppet no habla de doctrinas ni de política en sus libros: enfoca su estudio en las familias. Así, desmiente que Perón tuviera sangre indígena, al identificar a sus ancestros maternos, originariamente españoles venidos a América desde mediados del siglo XVI. Esto pone en evidencia la falsedad de la versión que sostenía que la bisabuela de Perón  -  María Victoria Gaona  -  era tehuelche. La sangre materna de Perón resultó ser de viejo linaje conquistador al igual que la de Eva Duarte, de quien se informan datos filiatorios que remontan al siglo XV.

El primer libro de Cloppet puso fin a la controversia sobre el lugar de nacimiento de Perón y sobre los orígenes de los Duarte ( Huart ), llegándose a conocer los pueblos vascos de donde procedían los apellidos.

Las dos obras de Cloppet serán publicadas en francés en un volumen conjunto, lo que da una cabal imagen del interés de sus estudios.

El vínculo parenteral descubierto por Cloppet entre Borges y Perón le da una nueva significación y tal vez irónica a aquella frase borgeana " ... hay que tener cuidado al elegir los enemigos porque uno termina pareciéndose a ellos ".

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De Horacio Spinetto, historiador, arquitecto y escritor:

Eva Duarte, Evita, tenía 15 años y quería ser actriz cuando llegó a Buenos Aires, en 1934. Venía desde la localidad bonaerense de Los Toldos, partido de General Viamonte, su pueblo natal. En la Estación Retiro la esperaba su hermano Juan, que estaba finalizando el servicio militar.

El primer lugar donde habitó es un enigma. Algunos estudiosos sostienen que fue en pleno centro y en una pensión. Otelo Borroni y Roberto Vacca consideran tres posibilidades: la casa de una prima de la actriz Maruja Gil Quesada en Sarmiento casi esquina Callao; una pensión muy modesta sobre Callao entre Sarmiento y Corrientes, o la casa de Agustín Magaldi, en Moreno al 1700.

Ya transformada en actriz, con una mejor situación económica, habitó un departamento en la calle Posadas 1567, entre Ayacucho y Callao. En esa época solía frecuentar, como otros artistas locales, el café La Estrella en Maipú y Lavalle, y la confitería El Mundial, en Maipú al 500.

En 1945, al año siguiente de haberlo conocido y de colaborar con él en su gestión política, Evita se casó con Juan Domingo Perón.

Cuando Perón asume la primera magistratura, ocupa con su esposa el Palacio Unzué, que desde la década del 30 era la residencia presidencial, ubicado donde hoy se encuentra la Biblioteca Nacional, con acceso principal por la calle Agüero.

Desde el Palacio Unzué partía hacia otro edificio notable, construido entre 1925 y 1931, obra del arquitecto Héctor Ayerza: el Concejo Deliberante, donde entre 1946 y 1952 Evita tuvo su despacho, al que se ingresaba por el 536 de la calle Hipólito Yrigoyen ( antes Victoria ).

Marysa Navarro en el libro Evita sostiene: " ... Entraba por el Ministerio de Trabajo y su presencia quedaba marcada por dos vehículos que permanecían estacionados frente al edificio a pesar del intenso tráfico de esa arteria. Subiendo rápidamente las escaleras, cruzaba un escritorio en el que trabajaba Isabel Ernst y luego entraba en su despacho. Más allá estaba el salón de audiencias, un amplio recinto con las paredes cubiertas de roble americano, dominado por una enorme araña y dos grandes espejos. El escritorio de Evita, con su juego de cocodrilo marrón y un hermoso tintero de mármol y oro, estaba colocado frente a uno de ellos. Entre las tres ventanas, enmarcadas por pesados cortinados marrones, había dos bibliotecas - ficheros y en varios puntos del salón, sillones y dos sofás. Allí esperaba todos los días funcionarios del Ministerio y miembros del comité directivo de la CGT ...".

Evita atendía al público en el salón de planta baja, del lado de Hipólito Yrigoyen, actualmente denominado Eva Perón, dependencia de las autoridades de la Legislatura de la ciudad.

En el libro La razón de mi vida dice:

" ... Casi toda mi labor social se desarrolla en la Secretaría de Trabajo y Previsión, de la que ocupo un pequeño sector, y atiendo mi trabajo en el mismo despacho que tuvo el Coronel Perón desde 1943 a 1945 ..."

Su oficina privada, contigua al salón donde atendía a los visitantes, y más pequeña que aquél, era donde hoy se aloja la Presidencia de la Legislatura. Aquí se realizaban las entrevistas de carácter privado, mientras que la atención general la efectuaban en la sala mayor, donde una importante cantidad de sillas de estilo ocupaban gran parte del salón y permitían que la concurrencia pudiera sentarse mientras esperaba ansiosamente.

Por esos años, los chicos de primero inferior de la escuelas del Estado aprendían las primeras letras con libros de lectura obligatoria que contenían frases como " Evita me ama " y " Amo a Evita ".

Alicia Dujovne Ortiz, en Eva Perón, la biografía, dice: " ... Cuando Evita llegaba a la Secretaría de Trabajo y Previsión, el olor ya era fuerte. Habían familias enteras que venían de lejos y olían a viaje. Un olor superpuesto al de la miseria, que no siempre es de aseo y al que Evita conocía de memoria. Olor a tela desteñida a fuerza de lavados con jabón amarillo, casi quemada por el sol e impregnada de un agrio sudor que persiste en los hijos ... En una sala contigua Evita había instalado calentadores para los cientos de biberones que ocupaban varias estanterías hasta el techo ..."

Luego de las agotadoras jornadas pasadas en su despacho, volvía para descansar unas pocas horas, al Palacio Unzué.

En esta mansión la fotógrafa alemana Gisèle Freund tomó una magnífica series de fotos de Evita de 1950, siendo la única persona que capturó su intimidad hogareña como primera dama. Recordamos, entre otras fotografías, aquella donde se la ve en su dormitorio con el cabello suelto y luciendo un vestido de Balenciaga.

En esta misma casa falleció el 26 de julio de 1952.

Su velatorio, se realizó, primero en la actual Legislatura, luego en el Congreso Nacional, y posteriormente el féretro fue depositado en el edificio de la CGT. Desde la muerte de Hipólito Yrigoyen y de Carlos Gardel, la ciudad no registraba semejante demostración de cariño y dolor por parte de la población.

En 1955, a través de un golpe de Estado la llamada " Revolución Libertadora " derrocó al gobierno peronista. Los restos mortales de Evita desparecieron duante muchos años. Al poco tiempo el Palacio Unzué fue demolido.

Desde 1976, los restos de Evita descansan en la sección 16 del Cementerio de la Recoleta en la bóveda de la familia Duarte, que se encuentra revestida con granito negro y coronada con una lámpara votiva. A ella se accede por una bella puerta que tiene un fino trabajo en bronce.

En la Plaza Evita, ubicada en Avenida del Libertador entre Agüero y Austria  -  donde antes estuvo el monumento a Rubén Darío, obra de José Fioravanti, trasladado del otro lado de la avenida  -, se inauguró el 6 de diciembre de 1999 el monumento en homenaje a Eva Duarte de Perón, obra, en bronce con base de mampostería revestida en granito, del escultor argentino Ricardo Gianetti.

Los edificios de Buenos Aires que supieron alojar a Eva Perón durante su breve e intensa vida han pasado a formar parte del patrimonio cultural de todos los argentinos. Así deben ser considerados.

Nota:

Para leer el libro La razón de mi vida, clickear, por favor, aquí

Y para ver imágenes de la tumba de Evita en el Cementerio de la Recoleta, clickear aquí

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De Graciela Melgarejo, escritora, periodista y editorialista de diario La Nación, Buenos Aires, Argentina:

El humor, aun el más ingenuo, camina siempre por los bordes, por eso tiene bien ganado el calificativo de " transgresor ". Cuanto más el humor político; ése ya directamente se lanza al abismo, pero con el agradecimiento de los que lo disfrutan como espectadores y se sienten invitados a reflexionar. La Argentina ha tenido siempre grandes nombres en el ámbito del humor político, particularmente en el gráfico; en los últimos años, uno de los más reconocidos ha sido el de Rep ( Miguel Repiso, Buenos Aires, 1961 ). Tanto, que hasta el mismo Quino ha dicho de él, muy gráficamente, que es " un poeta del carajo, el tipo más original que surgió en la Argentina después de Copi ".

Pocos deben ser los que no hayan leído alguna vez la tira diaria que Rep publica en Página/12 desde su primer número; pocos, los que ignoren que publicó Y Rep hizo los barrios ( 1993 - 2005 ), una inolvidable interpretación de la ciudad de Buenos Aires. Muchos, en cambio, recordarán que en 2009 fue designado Personalidad Destacada de la Cultura de Buenos Aires por la Legislatura porteña y que fue el encargado de realizar el mural para el Pabellón Argentino en la Feria del Libro de Fráncfort 2010.

Como figura en la contratapa, en este libro se trató de condensar en 320 páginas y 280 dibujos los 200 años de historia de la Argentina. El libro está dividido en dos partes: " La Grandeza y la Chiqueza " y " 200 años de peronismo ", pero Rep ha considerado útil hacerlas preceder por un prólogo, una reproducción del Mural bicentenario y una tira cómica, " Rep cuenta cómo se hizo ", una biografía paródica en cuadritos. En el prólogo está definida la esencia del libro: " Hoy digo: el verdadero humor político que puedo hacer es el histórico ". " La Grandeza y la Chiqueza ", editado por primera vez en blanco y negro en 1995, empieza con Colón, termina un poco más allá de 2001 y está en colores; 200 años de peronismo comprende los dibujos que fueron apareciendo en Página/12 para acompañar textos de José Pablo Feinmann, y " con esto quiero decir que dibujo mi propia idea de peronismo ", idea que Rep viene trabajando desde aquel día 1 de julio de 1974, cuando se enteró que había fallecido " Pocho ".

Son muchos los méritos de estos dibujos  -  " que tienen colores directos, planos, cual pantones, meta baldes dentro de las líneas "  -  y se reconocen varios homenajes a sus maestros. A Osky y a Goscinny ( presencia confesa ); al Landrú de Tía Vicenta, a Andrés Cascioli y a Satiricón. Pero el Perón omnipresente de la segunda parte es todo producto de esa reflexión continuada que Rep hace del peronismo, desde el humor, aunque " humor y peronismo nunca fue una relación muy amorosa ". Está Perón, por supuesto, pero también está Evita, la del pueblo y la de la ópera rock, José Ignacio Rucci, John William Cooke, Isabelita, " los imberbes ", Jorge Rafael Videla y otros comandantes ... y el pueblo peronista.

Personalísima lectura de la historia argentina  -  algunos podrán no coincidir en nada  -, contada con fuerza, belleza y humor irreverente, 200 años de peronismo, editorial Planeta, 320 páginas, año 2010, es uno de los mejores homenajes hechos a nuestro vapuleado Bicentenario.

 

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De Ernesto Goldar, docente, escritor, poeta y ensayista, autor del libro titulado Buenos Aires - Vida cotidiana en la década del ´50, editorial Plus Ultra, Buenos Aires, 219 páginas, año 1980:

La exaltación escrita del movimiento iniciado en octubre de 1945, no responde al universo reposado de los teóricos. La espontaneidad de los años primeros es asumida por el hacedor que fatiga las consignas del " sacrificio ". En la vida cotidiana del práctico que se entrega al voluntarismo fanático, la acción es una mística que termina inexorablemente en la victoria: " Con sangre o sin sangre la raza de los oligarcas explotadores del hombre morirá sin duda en este siglo ", y esta seguridad decantará las especulaciones de la obra más importante del acontecimiento, que será  -  forzosamente  -  un testimonio de militancia: La razón de mi vida ( 1952 ).

" He hallado en mi corazón, un sentimiento fundamental que domina desde allí, en forma total, mi espíritu y mi vida. Ese sentimiento es mi indignación frente a la injusticia ", dice Eva Perón adelantando el motivo central de su mensaje, y no indagamos pormenores conocidos sobre su autoría material, porque La razón de mi vida es, cabalmente, su punto de mira. Se trata de la historia de una heroína que elige el combate para darle significado a su existencia. " Yo sabía que había pobres y ricos; y sabía que había pobres como había pasto y que había ricos como había árboles ", y su memoria se confunde con la cronología del personaje colectivo movilizado y movilizante, el pueblo peronista, al que ella se da y recibe en causa al insertarse en el campo de los hechos. " ¡ Qué poco me parece todavía gritar con toda mi alma que la justicia se cumplirá inexorablemente, cueste lo que cueste y caiga quien caiga ! ".

Concebiblemente, la revolución nacional es el símbolo organizador de la obra; y, desde luego, el valor trascendente de la misión torna secundario el carácter de la muerte. Al estar la vida más comprometida, alcanza una significación auténtica, de manera que Evita, cuando más existe menos pretende acerca de sí misma: " ... desde aquel día ( se refiere al 17 de octubre ) pienso que no debe ser difícil morir por una causa que se ame. O simplemente morir por amor ".

La convicción hipersensible de la autora está enteramente ocupada por el fin de realizar, por la búsqueda y la fatalidad del triunfo; ni por un instante asoma la derrota: " ... pero a ellos les va a hacer pagar ( Dios ) todo lo que sufrieron los pobres ¡ hasta la última sangre que les quede ! ". La prosa de arrogante polémica le da a La razón de mi vida un tono de parábola exorcizante, a la que sostiene una constante calificación maniquea referida a los Otros: los mediocres, los eternos incrédulos, los ricos, los poderosos.

Por momentos, Eva Perón se dulcifica; la primera persona, el tono discursivo, la narración de secretos íntimos emocionan: es cuando habla de Perón; antes era la acción, ahora el amor. " Muchos me reprochan que haya escrito todo esto pensando solamente en él; yo me adelanto a confesar que es cierto, totalmente cierto ". Mientras más sea amada y necesaria al amado, se sabe justificada. " Desde entonces, cuando yo quiero a mi vez expresar mi amor de mujer  -  ¡ y quiero expresárselo permanentemente !  -  no encuentro tampoco una manera más pura ni más grande que la de ofrendar un poco de vida, quemándola por amor a sus descamisados ". Y la mujer enamorada, se adapta al marido y lo incorpora: " Es que yo he dejado de existir en mí misma y es él quien vive en mi alma ". Si, amor idólatra, pero si la identidad de Eva comienza con la adhesión amorosa sin distinguir el pensamiento del sentimiento: " Nos casamos porque nos quisimos y nos quisimos porque queríamos la misma cosa ", la agitación de masas y la lucha común modifican el rol tradicional de la pareja y la naturaleza del amor.

En todo caso Eva Perón también es Evita. Se elige puente entre el líder y el pueblo. El contacto con los humildes dinamiza su nivel de conciencia y tensiona a propósito de la oposición en el ámbito del movimiento, y por ende, en la relación política con Perón, un costado de incisiva problematicidad: " Yo sé que cuando ellos me critican a mí lo que en el fondo les duele es la Revolución ", y las ambigüedades del peronismo oficial no conforman a Evita, pasional y anárquica. " ¿ Podrá negarse a los trabajadores el humilde privilegio de que yo esté más con ellos que con los patrones ? ".

La razón de mi vida es conceptual como toda autobiografía. La mayor carga de emotividad provendrá de sus experiencias, su admiración a Perón, el amor a su pueblo, la actividad en el frente femenino, el relato de su trajinar infatigable.

Nota:

Para leer el libro La razón de mi vida, clickear, por favor, aquí.

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EVITA

De Hugo Beccacece, profesor de Filosofía, conferencista, escritor y Chevalier des Arts et des Letrres de Francia:

Miguel de Molina, cantante y actor, se hizo famoso por su manera de entonar coplas españolas con una voz que se quebraba al modo flamenco y por el sentido dramático de sus espectáculos en los que el vestuario lujoso e innovador era tan importante como las canciones. Su concepción teatral de los números musicales cambió por completo el mundo del varieté. Desplegaba en ellos un buen gusto certero que desafiaba las convenciones por medio de la combinación inusual de colores, tejidos y formas. Quizá sin saberlo, era un continuador en el arte popular de la estética de los Ballets Russes.

" Cada tanto íbamos con mi madre y mis hermanos a visitar a mi tío a su casa de Belgrano ", dice Alejandro Salade, sobrino nieto y director de la Fundación que lleva el nombre del artista. " Mis recuerdos son de la época en que yo tenía unos 12 años. No sabía lo que él significaba. Para mí era un señor raro, que vivía en una casa de estilo español, también muy rara, llena de cosas, trajes, zapatos y fotografías, en pleno barrio de Belgrano, que se la pasaba cosiendo en su máquina Singer ". En esa máquina Singer, el bailarín confeccionó una buena parte de las prendas que lo hicieron famoso. Sabía que las blusas, así como el rizo que le caía sobre la frente, eran su señal de identidad para el público. Lo convirtieron en un ícono admirado y caricaturizado.

Miguel de Molina había nacido en Málaga, en España, el 10 de abril de 1908 en un hogar muy humilde. Su madre, Josefa Montañés, fue tal vez la persona que él más quiso. Su padre, Miguel Frías de Molina, era un zapatero artesanal. Quizá de la tradición paterna derivara el cuidado y la capacidad de creación que Miguel de Molina pondría en el diseño y la realización del calzado de escena.

La estrechez económica de los Frías de Molina hizo que el hijo debiera trabajar desde muy chico. Josefa, la madre, con todo, consiguió inscribirlo en un colegio religioso. Según cuenta Miguel en su autobiografía Botín de guerra, editorial Planeta, Buenos Aires, 330 páginas, año 1998, era un niño muy hermoso y suave, por eso en la escuela lo llamaban " la nena ".

Más que estudiar, el pequeño Miguel Frías de Molina quería ayudar a su familia y ganarse la vida. Se hizo de varios trabajos. Atendía un puesto de golosinas, lavaba copas, hacía recados y la limpieza en un bar - colmado de su tía Carmen, y repartía telegramas. Hasta que en un invierno de 1921, con unas monedas, compró una entrada en el gallinero del Teatro Vital Aza y se dio cuenta que quería vivir en ese mundo de luces. Se fue de su casa, a los trece años, en busca de ese ambiente.

Miguel de Molina aprendió a cantar y a bailar de un modo indirecto. Fugitivo de su hogar, recaló primero en Algeciras, donde consiguió trabajo en un prostíbulo. Debía ayudar a limpiar y a hacer las compras en el mercado. A cambio, Pepa, la dueña, que le había cobrado cariño, le daba techo, comida y algo de dinero. En lo de Pepa, Miguel cumplió 14 años. La simpatía del muchacho le ganó la amistad de varios clientes. Uno de ellos, Rafael, lo invitó junto con Pepa a la Fiesta del Cante Jondo, montada por Federico García Lorca y Manuel de Falla en Granada, en 1922. Miguel quedó deslumbrado con los artistas y con la Alhambra. De esa fiesta histórica, nació la devoción que sintió el resto de su vida por García Lorca y el deseo de instalarse al pie del Generalife. De Algeciras, pasó a Granada.

Se había hecho muy consciente de la atracción que ejercía. No se trataba sólo de apostura, sino sobre todo de la alegría y el encanto que emanaban de él. Se le ocurrió entonces abrirse camino organizando en casas, colmados y en la cuevas gitanas del Sacromonte juergas flamencas que atraían a los turistas extranjeros, sobre todo ingleses. Uno de sus clientes, un sevillano, le sugirió que se fuera a Sevilla, donde podría ganar mucho dinero. Miguel siguió el consejo y allí se hizo conocido por el trato honesto y la jovialidad.

En Sevilla, después de haber frecuentado noche tras noche a los artistas más genuinos, Miguel se animó a cantar y a bailar. Su academia habían sido las casas públicas, los colmados y las cuevas gitanas. Formó una pareja con la bailarina Soledad Miralles y ella consiguió que los contratara el empresario del Teatro Romea. Al principio trabajarían gratis: querían hacerse conocer a cualquier costo. Para ese primer espectáculo, él creó su primera blusa de fantasía. Según lo explica en sus memorias, hasta principios de la década de 1930, la ropa flamenca de escena consistía para el varón en un típico traje corto andaluz, con el que se bailaba o cantaba cante jondo. Los hombres que interpretaban cuplés eran imitadores de las estrellas y actuaban travestidos entonando los éxitos de las tonadilleras famosas. Miguel de Molina, en cambio, resolvió no imitar a ninguna mujer, no parodiar ningún canto y aparecer vestido de hombre, pero con un toque femenino. Ese toque sería la blusa. Su primer modelo fue de seda georgette color verde Nilo y le aplicó unos grandes lunares de terciopelo verde más oscuros, rodeados de pedrería. El ancho de las mangas era de dos metros cada una, de modo que, al mover los brazos, conseguía un efecto teatral considerable. Nunca se había visto nada semejante. La blusa tenía el carácter de un manifiesto artístico. Era una provocación. Los que vieron la prenda en un ensayo quedaron preocupados. Soledad y Miguel salieron a enfrentar al público, según sus propias palabras, " como dos fieras ". La blusa fue un " petardazo ". El empresario Carcellé los contrató de inmediato, pero pagándoles, para un espectáculo en el Coliseum de Madrid.

Esa blusa fue el comienzo de una colección en la que Miguel no sólo utilizó temas de vestuario de reminiscencias españolas, especialmente andaluzas y de la gitanería, sino que empleó telas y motivos de toda clase. Ya célebre y aclamado en España y América, Miguel les pidió a sus amigos famosos que escribieran un pensamiento dedicado a él y firmado. Después calcó sobre una seda todos los saludos y las firmas y bordó letra por letra los mensajes y las rúbricas. El efecto es el de los collages de los artistas cubistas, pero también el de las marcas comerciales que emplearían años más tarde los logos de las empresas como estampados para los tejidos.

En poco tiempo, Miguel alcanzó fama y fortuna. Llegó a actuar en una versión de El amor brujo, dirigido por Manuel de Falla, en la inauguración de temporada del Teatro Liceo de Barcelona. Miguel de Molina se había convertido en una de las figuras más buscadas y mejor pagas del varieté.

En 1936, poco antes de que estallara la Guerra Civil, formó una pareja artística con la humorista Amalia Isaura. Iban a hacer una gira por toda España, pero el levantamiento de Franco se lo impidió. Como se hallaban en la zona republicana, pasaron a formar parte de quienes estaban con el gobierno de la República. Por su origen humilde, Miguel se sentía mucho más cerca de los republicanos que de los nacionales, pero la política nunca le interesó y lo espantaba la violencia salvaje de los dos bandos. En vez de ser reclutado como soldado, Miguel actuó en los cuarteles, ante los heridos y también en el frente para animar a las tropas de Azaña. Pero cuando ya nadie se podía ocultar la inminente derrota de los " rojos ", Isaura y Miguel temieron que los nacionales los persiguieran.

El ejército del franquista Aranda entró en Valencia el 1º de marzo de 1939. Miguel e Isaura empezaron a trabajar en el Teatro Apolo de Valencia, contratados por el empresario franquista Prieto, que los extorsionó. Les ofreció protección a cambio de que trabajaran para él por una suma ridícula. Aceptaron por miedo y se convirtieron así en botín de guerra. Ganaban una miseria, pero nadie los agredía. La situación se prolongó durante varios meses, hasta que Miguel enfrentó a Prieto y le dijo que dejarían de ser sus " empleados " una vez que terminaran el siguiente compromiso en el Teatro Pavón de Madrid. Prieto simuló resignarse. Después del debut madrileño, por la noche, tres hombres secuestraron a Miguel, lo llevaron a un descampado, lo raparon arráncandole los cabellos a tirones, lo golpearon con la culata de una pistola, le hicieron tomar aceite de ricino y le rompieron tres dientes, pero lo dejaron con vida, tirado en la calle. Las humillaciones no habían terminado. Una semana más tarde, algo recuperado, lo obligaron a seguir actuando para Prieto hasta el fin de temporada. Después de la última función, le anunciaron que lo habían condenado al confinamiento en la pequeña localidad de Buñol, cerca de Valencia, donde permaneció casi un año. Tan sólo a principios de 1941 el gobierno le notificó que recuperaba la libertad de movimientos, pero no la de actuar en un teatro. El apodo que le habían puesto, " la marica roja ", explicaba las razones de su ostracismo.

En 1942 Miguel recibió un telegrama de Lola Membrives desde Buenos Aires en el que le ofrecía actuar en el Teatro Cómico durante la temporada de verano. Aceptó de inmediato. La Argentina, terminada la Guerra Civil, representaba la Tierra Prometida para los españoles. Miguel de Molina pensó que tenía una alucinación nostálgica mientras caminaba por las veredas de la Avenida de Mayo y de Corrientes. Esas calles eran la Gran Vía. Redecoró el Teatro Cómico, llenó el hall de flores con ramos, lo adornó con mantones, capotes y, en las paredes, colgó una colección de fotografías tan refinadas como andróginas que le había tomado Annemarie Heinrich. El éxito fue rotundo. Se convirtió en el artista de moda. Había que tener mucho talento, el desparpajo de alguien que no tenía nada que perder y todo por ganar, además del coraje de un granadero en combate, para ponerse esas blusas en el Buenos Aires de aquellos años, donde abundaban los nacionalistas y las aprensiones sexuales.

Pero había situaciones locales de las que él no estaba bien enterado. En 1942, una denuncia por corrupción había revelado la participación de un grupo de cadetes del Liceo Militar en orgías homosexuales. El llamado " escándalo de los cadetes " produjo una reacción de puritanismo y una ola de homofobia en la sociedad tradicional, justo cuando Miguel de Molina se presentaba en la escena porteña, a fines de 1942.

Apenas empezó el otoño de 1943, Miguel de Molina se dedicó a preparar un espectáculo en el Teatro Avenida y, casi al mismo tiempo, Radio Belgrano lo contrató para una audición auspiciada por el aceite Ricoltore. En el teatro, las entradas se agotaban noche tras noche. Hasta que el 7 de julio, unos hombres aparecieron por la tarde en el piso de Miguel de Molina para conducirlo al Departamento de Policía, donde le comunicaron que " se lo invitaba a dejar el país " sin otra explicación. La razón tácita era, de nuevo, el aura de escándalo y el apodo que le habían endilgado durante la guerra. Esa misma noche debía irse en el barco Monte Urbasa con destino a España. Las autoridades argentinas ( el general Pedro Pablo Ramírez era el presidente ) ya le habían reservado un lugar en el transatlántico. Pero hubo un imprevisto. Se había iniciado una huelga en el puerto y el barco no podía zarpar. En consecuencia, sin ningún cargo formal, Miguel de Molina fue enviado a la cárcel de Devoto donde estuvo preso siete días hasta que terminó la huelga portuaria y logró embarcarse rumbo a Valencia, ciudad donde no permanecería mucho tiempo.

El empresario mexicano Vicente Miranda lo contrató para trabajar en El Patio, una boîte del Distrito Federal donde actuaban figuras de primer nivel en el mundo. Miguel volvió a cruzar el Atlántico y, una vez llegado a México, preparó un espectáculo que tuvo un enorme éxito. El empresario Miranda, entusiasmado, lo presionó para que produjera un espectáculo aún más ambicioso en el Cine - Teatro Esperanza Iris. La nueva temporada superó la repercusión de la anterior, pero un conflicto entre sindicatos obligó a levantar las funciones, con el perjuicio económico consiguiente.

Resignado, Miguel de Molina desistió de trabajar en México. Le quedaba una salida. El tiempo había pasado y en la Argentina el nuevo presidente era Juan Domingo Perón.

Miguel envió una carta a Perón y a Evita para saber si podía regresar a la Argentina y actuar sin problemas. Evita y Perón le contestaron que nada impedía su retorno. Es más, dieron orden de que se le facilitaran los trámites de ingreso al país.

El 21 de septiembre de 1946, Miguel de Molina llegó por segunda vez a Buenos Aires. Veinte días después debutaba en el Teatro Premier. Cuando se abrió el escenario, el público lo aplaudió de pie. Nunca más dejaría la Argentina. Durante los años del primer peronismo, en señal de agradecimiento, actuó en actos del gobierno y de la Fundación Eva Perón. El éxito y la fortuna lo acompañarían hasta su retiro.

Cuando se produjo el derrocamiento del general Perón en 1955, Miguel de Molina y su mundo, el de los " colmaos ", las fiestas flamencas y el entusiasmo por el cante jondo, había entrado en un período de decadencia. Los años de juventud del " niño bonito " habían pasado. Volvió brevemente a España en 1957 y se presentó en las fallas valencianas y en el Florida Park de Madrid. Como siempre, lo ovacionaron.

En 1960, a los 52 años, abandonó el escenario. Había encontrado en el porteño barrio de Belgrano una casa ideal, de estilo español. Personalmente se ocupaba de cuidar el jardín y de hacer las compras.

En 1992, los Reyes de España, Don Juan Carlos y Doña Sofía, por los que sentía una gran admiración y afecto, le confirieron la Orden de Isabel la Católica. En sus memorias, Miguel de Molina dice con amarga justeza que esa reparación le llegó demasiado tarde.

El 5 de marzo de 1993, durante la noche, murió en soledad. Sus restos están en el Cementerio de la Chacarita.

Fue un artista excepcional.

Nota:

En la imagen adjunta, Miguel de Molina, " El rey de la copla ", junto a Evita y Perón.

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Textos cortesía de Carlos Vitola Palermo de Rosario, Santa Fe, República Argentina.

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