DOCUMENTOS SOBRE EVA DUARTE DE PERON 


Eva Ibarguren EVA IBARGUREN EVA DUARTE EVA PERON EVA PERON EVA PERON EVA PERON

María Eva Duarte de Perón / Evita. Argentina 1919-1952

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HISTORIAS, ANECDOTAS y TESTIMONIOS 

Evita en el Hogar de Tránsito Nº 2, hoy Museo Evita, Lafinur 2988, Buenos Aires

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Del suplemento Domingo de diario Perfil, Buenos Aires, Argentina:

Fervor militante, revisionismo histórico, oportunismo marketinero ...

Sea cual fuere la razón, abundan libros sobre el peronismo, sobre la figura de sus líderes máximos  -  Juan Domingo Perón y Evita  -, documentales y películas, entre ellas Juan y Eva, escrita y dirigida por Paula de Luque, con Osmar Núñez y Julieta Díaz, filme en el que por primera vez se muestra a la esposa del General en una escena sexual. ¡ Sacrilegio !, quizá se hubiera exclamado sobre esto en otras épocas.

El profesor e invest¡gador Ignacio Martín Cloppet presentó el libro Eva Duarte y Juan Perón: la cuna materna, editorial Alfar, Buenos Aires, año 2011. Uno de los temas que señala este libro puede generar interesantes polémicas: según las investigaciones del Dr. Cloppet, Perón y Jorge Luis Borges comparten el árbol genealógico. Ambos son descendientes por línea directa de don Pedro Pascual de Acevedo y esta vinculación familiar la comparten desde el siglo XVIII. ¿ Habrá algún autor que transforme este dato en una versión masculina de la obra Eva y Victoria ?

 

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De Darío Silva D´Andrea, periodista y escritor:

Jorge Luis Borges y Juan Domingo Perón. La historia argentina puede decir que al escritor y al presidente de la Nación no los unió el amor ni el espanto. La sangre es lo que unía a estos dos hombres, considerados entre los más influyentes de la historia de la Argentina en el siglo XX.

Según el libro titulado Eva Duarte y Juan Perón: la cuna materna, editorial Alfar, Buenos Aires, año 2011, escrito por el historiador y docente Ignacio Cloppet, Borges y Perón compartieron un antepasado común, que vivió en el siglo XVIII.

Cloppet asegura que el escritor y el General descienden del Maestre de Campo don Pedro Pascual de Acevedo, " quien pobló de descendientes la pampa santafesina y bonaerense y uno de los primeros habitantes de Rosario ", por entonces la capital económica de la provincia de Santa Fe, Argentina.

El prolífico Maestre de Campo tuvo varias esposas. De los hijos de la primera, doña Estefanía de Obelar, desciende Juan Domingo Perón ( 1895 - 1974 ), mientras que Jorge Luis Borges ( 1899 - 1986 ) desciende de los hijos de la segunda mujer, doña Tomasa Benítez. Entre los descendientes de Pedro Pascual de Acevedo figuran también los presidentes Luis Sáenz Peña y Roque Sáenz Peña.

" Borges tenía una diferencia de cinco generaciones con aquel terrateniente, mientras que Perón tenía ocho, de modo que el escritor Jorge Luis Borges era un tío lejano del presidente Juan Domingo Perón ", asegura el historiador Cloppet, mientras aclara: " No intento conciliarlos. Lo que digo es que tenían un tronco en común, una misma sangre ".

Borges no sentía estima por los partidarios de Perón ni por Perón.

Se dice que estando Borges ya ciego, un joven se ofreció a ayudarlo a cruzar una avenida y a mitad de camino le dijo: " Disculpe maestro, pero le tengo que decir ... soy peronista ". Borges sonrió diciendo " No se preocupe ... yo también soy ciego ".

Según Ignacio Martín Cloppet, Jorge Luis Borges tenía sospechas sobre su parentesco con Perón. Por eso, cuando se enteró que su sobrino Miguel de Torre Borges investigaba su genealogía, le pidió que no indagara demasiado: " No siga moviendo el árbol genealógico, no vaya a ser cosa que seamos parientes de Perón ".

Nota:

El escritor y psicoanalista Federico Andahazi en su libro titulado Pecadores y Pecadoras - Historia sexual de los argentinos, tomo III, editorial Planeta, Buenos Aires, 430 páginas, año 2010, afirma que:

No resulta original afirmar que Jorge Luis Borges ( 1899 - 1986 ) es uno de los personajes más emblemáticos de nuestro país. Su nombre se ha convertido en epítome de la literatura argentina y, acaso a su pesar, su persona ha encarnado las más profundas contradicciones nacionales. Su producción literaria ha inaugurado una narrativa cuya originalidad radica en su permanente diálogo con la literatura universal, forzando los límites del pensamiento hasta las fronteras de la aporía. Sin embargo sus opiniones políticas revelan un conservadurismo arcaico, muchas veces desdeñoso de la democracia. Mientras la obra de Borges significó un avance fenomenal de las letras argentinas, sus posiciones políticas iban en sentido contrario. Existe un abismo incomprensible entre el Borges que escribió Ficciones y aquel que tuvo palabras elogiosas para los jerarcas de las sucesivas dictaduras militares que asolaron la Argentina. Su odio visceral hacia el peronismo lo convertiría en un involuntario paladín del antiperonismo, incluso para muchos de aquellos que jamás se detuvieron a leer uno solo de sus cuentos. Como contrapartida, justo es consignar que el peronismo había alimentado el encono de Borges con una cruel humorada: en julio de 1946 el intendente peronista Emilio Pío Siri desplazó a Borges de su cargo de bibliotecario y lo nombró Inspector de Pollos, Gallinas y Conejos en las Ferias Municipales. Borges celebró el golpe militar de 1955 que derrocó a Perón y la dictadura lo premió lavando la vieja afrenta del peronismo al designarlo director de la Biblioteca Nacional, cargo que ejerció durante dieciséis años.

Pero si las opiniones políticas de Borges no aportan luz suficiente para develar los resortes de su singular producción literaria, tal vez algunos aspectos de su vida íntima expliquen muchos de los vericuetos existenciales que motivaron gran parte de su obra y revelen algunos de los fantasmas que atraviesan la moral de, al menos, un sector de la sociedad argentina.

Estela Canto, escritora, periodista y estrecha amiga de Borges, a quien el autor dedicara El Aleph y cuyo manuscrito a ella legara, ha escrito: " La actitud de Borges frente al sexo era de terror pánico, como si temiera la revelación que él podía hallar. Sin embargo, toda su vida fue una lucha por alcanzar esa revelación ".

La literatura de Borges expresa desde la primera hasta la última línea ese afán de conocimiento y la esperanza de encontrar en los libros, propios y ajenos, aquella revelación que está en el origen de toda filosofía. Su cuento El Aleph, acaso sea la síntesis de ese desvelo que recorre la totalidad de su obra: el acceso a la llave mágica de las puertas del conocimiento absoluto.

La eterna discusión filosófica entre la opción por el conocimiento o la felicidad se resumía en Borges mediante la síntesis de la antítesis: para él, al menos en términos ideales, la felicidad sólo podía alcanzarse a través del conocimiento. Desde luego, él sabía que esta meta estaba destinada al fracaso. Su célebre frase, " He cometido el peor de los pecados que un hombre puede cometer. No he sido feliz ", es la admisión de ese fracaso. Sin embargo, Borges intentó denodadamente alcanzar la dicha, no sólo por medio de la literatura, sino, también, buscando descifrar el enigma que para él constituían las mujeres.

La mirada de Estela Canto en su libro Borges a contraluz, editorial Espasa Calpe S.A., Madrid, 288 páginas, año 1989, resulta particularmente testimonial, ya que no se trata del punto de vista de una académica imparcial, habida cuenta de que, además de la mutua pasión por las letras, los unió una relación por momentos tortuosa, por momentos innombrable.

No fue una relación signada precisamente por la sensualidad ni la comunión física. Estela Canto recordaría los sentimientos eróticos que Borges despertaba en ella con las siguientes palabras: " Gozaba de su conversación, pero su convencionalismo me agobiaba. Nunca pretendí sentir lo que no sentía ".

Resulta notable que un escritor de prosa tan original, dueño de una adjetivación inédita hasta entonces, dotado de un sentido del humor tan sutil y cuyas temáticas escapaban por completo a las convenciones de la época, fuese el exacto opuesto en su vida íntima. Estela Canto no dejaba de sorprenderse ante este contraste. Borges era un hombre gris, aburrido hasta el hartazgo cuando no se hablaba de literatura y desprovisto de toda disposición a la sensualidad. Por otra parte, parece increíble que un hombre cuya existencia estaba directamente enlazada al lenguaje, a la elección de la palabra exacta, careciera por completo de la menor noción del doble sentido: es inexplicable que Borges pudiera haber apelado a un título tan ridícula e involuntariamente obsceno como El tamaño de mi esperanza, anhelo acaso directamente proporcional a vaya a saber qué pequeño asunto que lo aquejaba.

Lo cierto es que el " romance " de Borges con la escritora Estela Canto parecía consistir en extensísimas caminatas por la ciudad, salidas al cine o al teatro y cenas en restaurantes baratos de Constitución en las que Borges, invariablemente, pedía lo mismo: caldo de arroz, un bife muy cocido, queso y dulce de membrillo y, para beber, sólo agua. Estela lo miraba azorada a través de su copa de vino que, ciertamente, no compartían. Al final de la cena, otra vez a caminar. Borges nunca, jamás, se atrevió a invitarla a su departamento de Plaza San Martín.

Al principio, Estela creyó que la causa de esto que ella llamaba convencionalismo había que encontrarla en las taras tradicionales de la educación propia de su ámbito social: el inculcado desprecio por las mujeres, en Borges se traducía en temor. El mundo prostibulario de los cuchilleros de sus relatos, las múltiples referencias a la sexualidad en cuentos como Emma Zunz o La intrusa pertenecían al mundo de la ficción y eludían toda autorreferencia. Estela Canto no tardaría en descubrir que el origen del problema de Borges con el sexo era uno muy preciso y no menos perturbador.

No había noche, estuviesen en el lugar que estuviesen, en que Borges no se disculpara para buscar un teléfono público y hacer una llamada. Si estaban en un restaurante, pedía un teléfono al encargado, hablaba unos breves segundos y volvía a la mesa aliviado. Si la velada se extendía un poco más, podía hacer dos o tres llamadas con intervalos de una o dos horas. Estela notaba que Borges comenzaba a impacientarse mirando el reloj con frecuencia, como si ya fuese hora de dar concluida la salida. Entonces Estela tuvo la certeza de que el escritor hablaba con otra mujer. Y no se equivocaba.

En una ocasión, mientras cenaban en un hotel de Constitución, cuando él se levantó de la mesa para hacer su llamado habitual, ella se dirigió al toilette. Sin que él lo percibiera, se acercó al mostrador y, al escuchar parte de la conversación, comprobó su sospecha: " Sí madre, sí ... sí ... de aquí vamos al Ambassador ... Sí madre, sí ... Estela Canto ... Sí, madre ". Estela no pudo evitar un escozor. " La señora Borges se mantenía informada de cada uno de los pasos de su hijo ", contó. Y detalló algo más: " Su hijo se telefoneaba para darle cuenta de dónde estaba, con quién estaba, qué hacía y cuándo iba a volver a casa ".

Tal vez convenga aclarar que Borges tenía por entonces 45 años de edad. Aunque para su madre, Leonor Acevedo Suárez de Borges ( 1876 - 1975 ), nunca dejó de ser su pequeño " Georgie "; de hecho siempre vivieron juntos. Borges se dirigía a ella llamándola " madre ", apelativo poco frecuente y extrañamente neutro. De hecho, Estela Canto se preguntaba si era ésta una muestra de respeto o sumisión. No tardaría en descubrir la respuesta: " Ella daba por supuesto que intervenir en la vida de Georgie, manejarlo, era su derecho, algo normal, indiscutible, que entraba en el orden del mundo. Lo que es más, Georgie nunca cuestionó este derecho. Ni siquiera después de la muerte de ella, cuando él tenía 76 años ".

La influencia de Doña Leonor sobre el escritor fue asfixiante. Ella se encargó, por ejemplo, de dar el visto bueno en el año 1972 a la versión final de las Obras Completas, eliminando artículos que consideraba inconvenientes o polémicos. Con el pretexto de ayudarlo en las traducciones, era ella quien tenía la última palabra y, oficiando virtualmente de representante, no dejaba que nadie se acercara a su hijo sin su consentimiento y se ocupaba de mantener bien lejos a quien ella considerara poco conveniente o una mala influencia para su Georgie. La propia Estela Canto sufrió en carne propia esta barrera infranqueable. Borges estaba enamorado de aquella muchacha con la que compartía un vasto universo literario y de la cual lo separaba un abismo ideológico y una concepción muy diferente de la vida. Ella era una mujer de izquierda, proveniente de una familia comunista que, aunque no adhiriera, comprendía el fenómeno del peronismo. Borges era un conservador típico y un antiperonista cerril. Ella era un espíritu libre y no se sentía atada a dogmas ni a convenciones. Acaso aquellas diferencias no sólo deslumbraron a Borges, sino que, por primera vez, pudo imaginar una existencia y un destino contrario al que había trazado su madre.

La madre de Georgie veía en Estela Canto una amenaza de la cual había que desembarazarse. Leonor Acevedo comenzó a construir un muro alrededor de Borges del que fue su celosa centinela. Desde aquella fortificación, declaró una paciente y cruenta guerra contra Estela. Como si su hijo fuese una doncella quinceañera y no el cuarentón que era, cada vez que Estela Canto iba de visita a la casa, Leonor Acevedo no los dejaba un minuto a solas y encontraba cualquier excusa para incomodar a la visitante e incluso ofenderla con tal de que se fuera. En una oportunidad, cuando ella se despedía, Borges, ya no ciego sino completamente sordo a las agresiones de Doña Leonor, preguntó a Estela si volvería al día siguiente. Antes de que la muchacha pudiese contestar, la madre de Georgie se apresuró a decir que eso sería imposible ya que ella no estaría en la casa. Estela se retiró sin saludar y más tarde llamaría a Borges para decirle a los gritos: " ¿ Qué me ha querido decir tu madre ? ¿ Que voy a violarte si ella no está ? Esto es un insulto ... "

Los intentos de justificar a su madre provocaron la primera gran pelea entre Borges y Estela. A partir de entonces las cosas nunca fueron iguales. Leonor Acevedo había ganado la primera batalla y su hijo resignado a no dejar de ser el más fiel soldado en la guerra contra él mismo. Pero si su madre no contribuía a que Georgie pudiese liberarse de las ataduras que él mismo se imponía, su padre no había tenido una participación menos nociva. Estela recuerda el relato que el mismo Borges le refiriera: " Su padre le había ordenado acostarse con una mujer que él no conocía. Llegó a su casa, vio a la mujer y, como era natural, no pasó nada ".

El estigma de la impotencia acompañó a Jorge Luis Borges desde la adolescencia. Ante el " fracaso " de " la primera vez ", que sus padres atribuyeron a una enfermedad física, lo sometieron a toda clase de tratamientos, tales como tónicos, medicamentos y estimulantes utilizados en aquella época. Muchos años más tarde el doctor Cohen - Miller, psicoanalista que había atendido a Manuel Peyrou, también escritor y muy amigo de Borges, entendió que solamente él podía ser el autor de su propio destino. Sin embargo, Borges nunca pudo dejar de ser aquel pequeño Georgie y, habiendo escrito muchas de las mejores páginas de la literatura argentina, jamás pudo escribir el final de su propia tragedia.

Hasta el día de su muerte, acaecida a los 99 años, Leonor Acevedo se la ingenió para intervenir en todas y cada una de las relaciones sentimentales de Borges. Fuera para separarlo de Estela Canto o para arreglar su casamiento con Elsa Astete Millán cuando Georgie tenía 68 años, su madre fue una figura omnipresente a quien Borges habría de dedicar sus Obras Completas y por quien decidió inmolarse en vida en aquel infierno del que nunca pudo salir, según reza su más famoso y descarnado testimonio:

                                              He cometido el peor de los pecados

                                              que un hombre puede cometer. No he sido

                                              feliz. Que los glaciares del olvido

                                              me arrastren y me pierdan, despiadados.

                                              Mis padres me engendraron para el juego

                                              arriesgado y hermoso de la vida,

                                              para la tierra, el agua, el aire, el fuego.

                                              Los defraudé. No fui feliz. Cumplida

                                              no fue su voluntad. Mi mente

                                              se aplicó a las simétricas porfías

                                              del arte, que entreteje naderías.

                                              Me legaron valor. No fui valiente.

                                              No me abandona. Siempre está a mi lado

                                              La sombra de haber sido un desdichado.

    

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De Pablo Corso, periodista y escritor:

El escritor Jorge Luis Borges y el tres veces presidente argentino Juan Domingo Perón tuvieron ascendentes comunes.

Ignacio Martín Cloppet, abogado de profesión ( " el primero de mi familia es de 1450 ", dice con atemorizante precisión ), investigador histórico por vocación y conductor de motos por placer, quien apenas buscaba a los abuelos de Evita y Perón, la pareja más célebre de la historia nacional se encontró con una verdad inesperada: el fundador de Justicialismo y el escritor Jorge Luis Borges compartieron un ancestro.

" Pienso que mi investigación ayudará a comprender un poco más a ese personaje que llegó un 17 de octubre para darle un comienzo al pueblo ", afirma Cloppet.

El despacho del abogado Cloppet es una suerte de las contradicciones que parieron la Argentina. Hay fotos de Evita y Perón con dedicatorias y autógrafos. Una del general Uriburu " porque mi rama materna viene de la rancia oligarquía ", expresa el historiador y docente. También una foto del Rey de España, Don Juan Carlos I, con especial dedicatoria al profesional, y otras de diversas personalidades de la cultura y de la política nacional e internacional.

La portada del libro, Eva Duarte y Juan Perón: La cuna materna - El parentesco de Borges y Perón, editorial Alfar, Buenos Aires, habla por sí sola. A la izquierda, un Borges que mira desde fuera a la pareja justicialista, Evita y Perón. A la derecha, una cuna. La que perteneció, siglos atrás, al hombre que unió a las figuras antinómicas. Se llamó Pedro Pascual de Acevedo, nació en 1695 y fue uno de los primeros habitantes de Rosario.

Como terrateniente con miles de hectáreas y hombre de armas, Pedro Pascual de Acevedo participó en incursiones contra los indios calchaquíes que asolaban las estancias. En los ratos libres pobló de descendientes la pampa santafesina. Perón desciende del matrimonio con su primera esposa, Estefanía de Obelar. Borges del segundo matrimonio, con Tomasa Benítez.

El letrado Cloppet, que empezó a rastrear padres, abuelos, bisabuelos, tatarabuelos y choznos del general Perón, logró trazar un camino impensado.

" La madre de Perón, Juana Sosa, era hija de Irineo Sosa y Mercedes Toledo. Mercedes Toledo era hija de José Toledo y María Victoria Gaona. El bisabuelo de Perón fue fundador de Azul, en 1833. Tenía una parcela en el solar de la plaza, era alguien importante. María Victoria Gaona era Gaona Piñero. Por los Piñero se llega a los Espíndola y por los Espíndola a Pedro Pascual de Acevedo ", afirma y documenta Cloppet.

" En mi primer libro encontré cosas nuevas, pero no hicieron la mella que hizo esto. ¡ Borges pariente de Perón ! Perón nunca lo hubiera imaginado. Perón conocía mucho la historia militar del país pero no se ocupó de saber con profundidad de dónde venía. Creo que Borges sí sabía. Una vez su sobrino le dijo que había visto un ensayo genealógico que lo relacionaba con Juan Manuel de Rosas, alguien abominable para Borges. Enseguida Borges le dijo: " No siga moviendo el árbol genealógico, no vaya a ser que seamos parientes de Perón ". Esa frase no es gratuita. Había ensayos que mencionaban a María Victoria Gaona como la bisabuela de Perón. Borges sabía que si Perón era Gaona, entonces había un vínculo con él ", expresa el abogado.

El Dr. Ignacio Cloppet posee un envidiable archivo personal. Lo heredó de su abuela, prima hermana de Evita, y de su abuelo, muy cercano a un Perón cuando aún no era el general Perón. Juan Domingo Perón se sentó a su derecha en la despedida de solteros de 1929 y fue testigo de bodas. Ese abuelo también colaboró en el acercamiento de algunos radicales ( los fundadores de F.O.R.J.A., Fuerza de Orientación Radical de la Juventud Argentina ) cuando nacía el Justicialismo.

" Médico, científico, diputado mitrista, amigo de la crème de Buenos Aires, Tomás Liberato Perón conoció a una enfermera, Dominga Dutey, con la que tenía hijos no reconocidos, entre ellos el padre de Juan Domingo Perón. Por su parte, el padre de Evita, Juan Duarte, era de esos caudillos con casa grande y casa chica. La primera con 12 hijos legítimos, la segunda con Juana Ibarguren, a quien había conocido a los 14 años. Creo que ambos reaccionaron naturalmente contra las injusticias que tal vez vieron en algunos miembros de sus familias. La rama materna de Evita y de Perón llega a los confines de la conquista, tienen más de 500 años de historia de la Argentina. La oligarquía los trató como gente nueva, pero Evita y Perón tenían más alcurnia que muchos de ellos. Perón era hijo de la propia Argentina y la Argentina le dio al pueblo el líder que le faltaba ", resume el letrado e investigador histórico Cloppet, autor del interesantísimo libro.

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De Raúl Horacio Alvarez, escritor y periodista:

El Museo del Cine " Pablo Ducrós Hicken ", que reúne la colección más importante de material relacionado con el cine argentino, luego de cinco mudanzas desde 1971, el año de su fundación, encontró su sede definitiva en una pintoresca calle del barrio de La Boca. Está ahora instalado en el número 49 de Santiago Caffarena, en un edificio de estilo románico lombardo construido por el arquitecto italiano Juan Chiogna en 1916.

En la planta baja los objetos están expuestos ordenadamente en vitrinas con información detallada y con suficiente espacio como para ser apreciados con comodidad.

Los afiches exhibidos abarcan desde películas mudas como Juan sin ropa hasta la multipremiada El secreto de tus ojos. En esta selección figuran los carteles de filmes prestigiosos y taquilleros como Dios se lo page, Así es la vida, La Tregua y Juan Moreira, y en un lugar destacado el de Besos Brujos, en homenaje a Libertad Lamarque, la actriz que le abrió el mercado latinoamericano a nuestro cine.

Es admirable apreciar cómo el museo ha conservado el vestuario en perfecto estado. El vestido y el peinetón que llevaba Herminia Franco en Amalia, el uniforme de mucama de Cándida confeccionado para Niní Marshall, el traje de novia de Susana Giménez en La Mary están tan impecables como el uniforme militar de San Martín creado para Rodrigo de la Serna.

Entre tantas curiosidades están los figurines de Horace Lannes para La calle del pecado, la máquina de escribir de Leopoldo Torres Ríos y la reproducción del retrato de Perón y Evita pintado por Numa Camile Ayrinhac que aparece en Ay, Juancito, con las caras de Laura Novoa y Jorge Marrale.

Y están también aquí las estupendas fotos de Evita Duarte tomadas por Sivul Wilenski.

Durante el recorrido los visitantes pueden colocar sus cabezas dentro de unas imágenes de cuerpo entero de Isabel Sarli y de Rodolfo Bebán y tomarse fotos.

La recomendable visita a este museo puede combinarse con un inolvidable almuerzo en otro histórico lugar de Buenos Aires: el restaurante El Obrero, que está justo en la vereda de enfrente y que, al estilo de los antiguos bodegones, ofrece muy deliciosa comida casera.

Nota.

Para ver algunas de las magníficas fotografías a Evita Duarte realizadas por el artista polaco Sivul Wilenski clickear, por favor, aquí.

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De Miguel Passarini, arquitecto, escritor, periodista, crítico teatral y columnista de espectáculos en radio y televisión y medios gráficos:

El prolífico dramaturgo, director y docente platense Daniel Dalmaroni, conocido en el país y también en el exterior, abreva en " El secuestro de Isabelita ", una obra que escribió, dirigió y presentó en Buenos Aires y en la ciudad de Rosario, en los entretelones de la antesala del golpe militar de 1976.

Apelando a un humor filoso, concreto, y al mismo tiempo sumamente inteligente, algo que además caracteriza toda su obra, Dalmaroni, aquí construye un entramado que va desde el disparate al sentido común, tomando como ejes del relato hechos o circunstancias reales en un contexto dramático imaginado.

No es Isabel Perón la secuestrada del título, se trata de Isabel Pavón, una asistente personal de la viuda de Juan Domingo Perón, por entonces presidenta de la Nación. Es el verano de 1976, y es a esta mujer en una confusión que tendrá su costo, a la que un grupo de Montoneros se lleva de la Quinta de Olivos mientras ésta asegura no ser Isabelita. Ellos están convencidos de que es la presidenta de la Argentina y de que a partir de ese secuestro la célula tomará el protagonismo buscado, en el contexto de un momento histórico en el que la Triple A o Alianza Anticomunista Argentina, mentada por el ministro de Bienestar Social y secretario privado José " el Brujo " López Rega, hacía estragos, y la ferocidad de la dictadura militar por venir mostraba sus primeros zarpazos.

Si bien la puesta busca reflexionar desde el humor sobre las contradicciones de la militancia de los años 70, se complejiza en un devenir en el que intervienen cuestiones ligadas con aquel momento del peronismo ( el de derecha enfrentado al de izquierda ), apelando a un ejercicio de memoria en el que se pone en jaque lo ocurrido con el tamiz que implica el paso del tiempo.

Así, el director juega a poner en esos relatos momentos de la historia que vendrían después como la no sucesión de Perón, la aparición de supuestos hijos, el destino desconocido de sus manos ( su tumba fue profanada en 1987 ), y hasta una hipótesis diferente acerca de su muerte.

En el comienzo, la irrupción de un material audiovisual posiciona al espectador en tiempo y espacio.

El trabajo está dotado de un verosímil en el que se filtran desde el humor instancias de un absurdo cotidiano, destacándose por su contundencia e ingenio.

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De Paula de Luque, intérprete y guionista, directora del filme argentino Juan y Eva:

¿ Cómo contar el 17 de octubre ? Esta pregunta giró en mi cabeza durante semanas, incluso después de haberla escrito. Empecé a darme cuenta de que había dos relatos en mi propia escritura; la historia íntima, pero también algo que subyacía y que no estaba puesto en palabras, que estaba " fuera de campo ", incluso en el guión, incluso para mí. Y ese fuera de campo era, me fui dando cuenta, lo que el público sabía sobre la historia. La gran historia, la historia social. Entonces decidimos ir desde la ficción hacia la realidad, como también íbamos a ir desde lo íntimo hacia lo público, desde las dudas hacia la certeza, allí donde el destino se manifiesta y ya no tiene vuelta atrás.

Eran las 12 de la noche pasadas del martes 16 de octubre, Eva estaba en su cama con los ojos cerrados; Margarita, la mucama, la miraba en silencio desde la puerta. Eva le preguntó la hora, ni siquiera sabía que día era, y Margarita respondió que ya era miércoles. Miércoles 17. Eva le ofreció un cigarrillo y le pidió que se sentara con ella un rato, a su lado, sobre la cama, sobre esa cama sin el hombre ( Perón estaba preso en Martín García ), y sintió en ese momento que Margarita era como ella, ¿ qué diferencia había después de todo ? Estaban solas ahí. La historia de las dos estaba por cambiar. Fumaron juntas ese cigarrillo en silencio, durante esos segundos. La clase obrera fue la gran protagonista del 17 de octubre. Pero, ¿ quiénes eran " la clase obrera " ? A conciencia no quise mostrarla hasta el final, quería intuirla, pero no verla. Y Margarita esa noche, sin saberlo, inauguraba el derecho de sentarse en el mismo lugar que Eva. Esa fue la línea que trabajamos.

La película tiene un prólogo con la cara de un obrero en primer plano. De la cara en primer plano del obrero hacia la multitud en la Plaza de Mayo. Desde el momento íntimo entre Eva y su mucama hacia la épica del 17 de octubre. La huelga estaba prevista para el día 18 y la historia se adelantó un día. Esa madrugada, miles de obreros comenzaban a marchar hacia la Plaza de Mayo para pedir la liberación de Perón. Eso lo supo él un rato más tarde, cuando al amanecer viajaba en el auto con el Dr. Mazza, el médico que logró sacarlo de Martín García y lo llevó al Hospital Militar con la arriesgada maniobra de mostrar unas placas de pulmón de otra persona, gravemente enferma. Perón, en el Hospital Militar, y el presidente Farrell acorralado en su despacho mirando por la ventana esa masa de gente a la que, obviamente, le temía. La cadena de mando completamente rota en el Ejército, los obreros en la Plaza de Mayo pidiendo la libertad de Perón. Tan espontánea y entusiasta fue esa pueblada que ni siquiera habían tenido tiempo de hacer pancartas. Entonces, fuimos de la ficción a la realidad, de lo privado a lo público, y decidimos dejar que la gran Historia entrara de verdad en la película. Construimos en montaje ese pasaje. No intentamos disimular el material de archivo ni quisimos que el material filmado pareciera documental, sino que lo fuimos intercalando para que se produjera ese pase de la ficción a la realidad. En esos días encontré un relato de Leopoldo Marechal que decía: " De pronto me llegó un rumor desde el Oeste como de multitudes, que avanzaban gritando y cantando por la calle Rivadavia. El rumor fue creciendo y agitándose, hasta que reconocí primero la música la música de una canción popular y enseguida, su letra: " Yo te daré, te daré Patria hermosa, te daré una cosa, una cosa que empieza con P: Perón ". Y aquel " Perón " resonaba como un cañonazo. Me vestí y me uní a la multitud que avanzaba rumbo a la Plaza de Mayo. Ví, reconocí y amé los miles de rostros que la integraban. No había rencor en ellos, sino la alegría de salir a la visibilidad en reclamo de su líder. Era la Argentina " invisible " que algunos habían anunciado sin conocer sus caras concretas ... ". Cuando encontré ese relato se afirmó en mí la idea de que el material de archivo tenía que mostrar esas caras. Las caras reales de esa tarde de sol, y también la del obrero del prólogo, la de las mujeres como Margarita, la de la camarera que, al comienzo de la película mira a la cámara o a la historia cuando tiembla la tierra en Buenos Aires durante esa fiesta del 15 de enero de 1944, porque se está produciendo en ese instante el terremoto de San Juan, ese terremoto que da comienzo a la historia de amor entre Juan y Eva y que expande su mayor temblor el 17 de octubre de 1945, cuando esas caras, por fin, se transforman en caras concretas. Al anochecer, Perón salió al balcón. Todo sabemos cómo sigue.

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Del suplemento Domingo - Espectáculos, de Diario Popular, Buenos Aires, del domingo 16 de octubre de 2011:

La directora de la película animada Eva de la Argentina, la escritora y periodista María Seoane, comenta que el derrotero de la Abanderada de los Humildes está fuertemente vinculado a la historia del país.

El filme recorre la vida de Evita. Cuenta con dibujos del fallecido Francisco Solano López, uno de los historietistas más importantes del país y quien en 1957 creó, junto a Héctor Germán Oesterheld, la saga nacional más famosa: El Eternauta. La producción del film estuvo a cargo de Azpeitia Cine; la animación la hizo Illusion Studios; la música es del oscarizado compositor y músico Gustavo Santaolalla; y el guión fue escrito por Seoane, Carlos Castro y Graciela Maglie. La dirección de animación es de Laura Rodríguez. El filme tiene la particularidad de estar narrado por el personaje del escritor y periodista desparecido Rodolfo Walsh ( en la voz del actor Carlos Portaluppi ), lo que le confiere una perspectiva histórico - política determinada.

Eva de la Argentina es la primera película de animación sobre la historia política argentina, el primer film histórico animado que narra la vida de Eva Duarte de Perón.

" Hay una serie de aspectos de la historia de Evita que reúnen particularidades de gran significancia y que relatan el viaje de la heroína del siglo XX hacia su destino ", relata Seoane sobre los motivos que originaron el filme. " Un destino  -  agrega  -  vinculado a la historia de nuestro país y que pone en juego una amplitud de pasiones y sentimientos como el amor, la lealtad, la solidaridad, el compromiso, el odio, la traición y la venganza ".

Estructurado como una suerte de collage que utiliza dibujos de animación, pero también registros documentales y fotografías, la película recorre la figura de Evita desde su infancia en Los Toldos hasta su muerte y la posterior profanación y ocultamiento que sufrieron sus restos mortales.

En relación con la elección del personaje del autor de Operación Masacre como narrador de la historia, la realizadora Seoane señala que " también Walsh hace un viaje del héroe, que en su caso es un viaje del yo al nosotros, porque él también fue un emblema de mi generación ".

" En la mixtura de esta heroína y de Walsh como personaje de ficción  -  agrega Seoane  -  también la película puede hablar de la dinámica del peronismo en las décadas del 60 y el 70 y establece la relación de mi generación con la política argentina. Es al mismo tiempo mi mirada de Evita y de Walsh y también la mirada de Evita hecha por una generación ", resume la directora del filme.

La película tiene además de las maquetas diversos registros de época.

" La utilización del recurso documental es importante porque le dice al espectador: esto es ficción pero esta historia ocurrió ", expresa Seoane.

No sólo hay registros de algunos discursos y de las ceremonias fúnebres en las que el pueblo despide a Evita sino también fotografías de El Cordobazo y la vuelta de Perón.

Consultada sobre qué espera del público que se encuentre con Eva de la Argentina, Seoane dice: " Me gustaría que la gente se emocione ".

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De Jorge Bernárdez y Luciano Di Vito, autores del libro Las aventuras de Perón en la Tierra, editorial Sudamericana, Buenos Aires, 264 páginas, año 2011:

Para quienes fueron niños en la Argentina de la década del ´70, la infancia fue explosiva. Explotaba el rock, explotaba la psicodelia, explotaba el supermercado de la esquina, explotaba un lugar selvático llamado Vietnam ... Todo era un caleidoscopio psicodélico, donde Los Beatles, Woodstock, el Che Guevara, las películas de James Bond y las películas de Luis Sandrini haciendo de cura bueno o de profesor hippie formaban parte de un mismo paquete.

En 1973 los programas de la televisión argentina para niños abarcaban desde La luna de Canela hasta Gaby, Fofó y Miliki. Pero lo que realmente funcionaba, era un personaje que andaba con una boina con pompón y un acordeón, que se vestía con colores llamativos, eso lo adivinaban los niños de la época por los distintos tonos de grises que mostraba la televisión en blanco y negro: un personaje llamado Pipo Pescador, que era un avance revolucionario para un género que durante años había sido monopolizado por María Elena Walsh.

Pipo Pescador era el éxito del momento, así que cuando en el Ministerio de Bienestar Social se decidieron a festejar el Día del Niño en la Quinta de Olivos, la elección era obvia. Los niños carenciados de la zona celebrarían su día con Perón al ritmo de las pegadizas canciones de Pipo Pescador.

Pipo comenta:

" Yo estaba en Gualeguaychú, donde nací. Veo venir un coche de Prefectura.

- ¿ Pipo Pescador ?

- Sí, soy yo.

- Acompáñenos, por favor. Quiere verlo el General.

Subo al auto y me llevan directo a Olivos. Un artista no tiene conciencia de la dimensión total de su obra. Mi hija Carmela que vive en España dice que soy un artista progresista. En el festejo del Día del Niño en Olivos canté esas canciones movilizadoras, entre ellas " En el auto de papá ". En un momento del show, el General Perón se sienta entre los chicos y se suma al juego. Tenías que verlo a Perón cantando " En el auto de papá ". Iba de aquí para allá, hacía el túnel, hacía los coros ...  No recuerdo haber hablado con el General o con alguien del gobierno cosas ajenas a divertir a los chicos. Lo que sí recuerdo es que los niños fueron llevados a The Embers, un sitio muy bonito de la zona Norte, donde todos comieron hamburguesas y bebieron gaseosas ".

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De Federico Bernal, periodista y escritor:

Con la revolución de 1943 y, fundamentalmente, a partir del primer gobierno peronista, la educación se erigió como política de Estado.

Modificación de planes de enseñanza, construcción de edificios adecuados, elevación del nivel económico del profesorado, creación de nuevos establecimientos, intensificación de la enseñanza técnica, federalismo educativo, universidad gratuita y universal, fueron algunas de las respuestas que el gobierno de entonces encontró para, a nivel educativo y técnico, dejar atrás la Argentina agro - exportadora, atrasada y dependiente.

El 2 de enero de 1948 se creó la Secretaría de Educación con el objetivo de darle una jerarquía lógica a la misión de desarrollar y perfeccionar las facultades intelectuales y morales de los niños y adolescentes. La cartera venía a reemplazar al Ministerio de Justicia e Instrucción Pública. Ministerio que, como su nombre lo indicaba, priorizaba la " instrucción " a la " educación ". En 1949 se creó el Ministerio de Educación. Asimismo y hasta 1943, durante los 39 años de vigencia de la Ley 4.874 ( Láinez ), los maestros de las escuelas creadas por esta ley nunca habían logrado percibir sus haberes. Así hasta enero de 1947, cuando finalmente se les liquidaron todos sus haberes. Entre 1943 y fines de 1949, se construyeron 132 nuevos establecimientos en todo el país. A fines de 1949, más de 850 escuelas se encontraban en construcción. El número de becas pasó de ninguna en 1943 a 1.424 en 1948. Asimismo y a partir de 1948, todas las escuelas primarias y secundarias crearon los Clubes Escolares, impulsaron el turismo escolar y los campamentos de vacaciones, beneficiando a más de 315.000 alumnos. En las regiones rurales, hasta 1947 los alumnos que egresaban de la primaria no tenían otras posibilidades que las tareas del campo. Por este motivo, a partir de ese año se crearon las misiones mono - técnicas y de extensión cultural, instalándose 25 en el interior del país, todas de enseñanza gratuita. Los cursos duraban dos años y en ellos se capacitaba en carpintería, mecánica del automóvil, herrería y albañilería. Para fines de 1949 existían a nivel nacional 44 misiones de este tipo.

Entre 1943 y 1949, comenzó la construcción de 8 nuevos edificios escolares y se proyectaron otros 5. Algo muy similar sucedió con las escuelas industriales: 7 concluidas y 8 proyectadas, y con las escuelas de comercio: 3 terminadas y 4 proyectadas. La enseñanza técnica también recibió un importante impulso. Las becas para alumnos de las misiones mono - técnicas pasaron de 439 en 1947 a 6.414 en 1948. Para 1949, funcionaban en el país 122 establecimientos de enseñanza técnica y 13 escuelas de perfeccionamiento. Una revolucionaria e innovadora política educativa vino de la mano de las escuelas de medio turno ( para menores que trabajaban en la industria ), las escuelas de aprendizaje y las escuelas - fábricas. Las dos últimas estaban destinadas a los menores egresados de la escuela primaria que no trabajaban. Se caracterizaban por su régimen mixto de enseñanza y producción, formando técnicos para la industria. Entre sus principales objetivos estaba el de fomentar y organizar la producción en zonas cuyo nivel de vida estaba rezagado al ritmo del progreso promedio del país. Para fines de 1949, se habían construido en el país cerca de 100 escuelas - fábricas.

En 1949, el presupuesto para universidades nacionales era de 41.000.000 de pesos, en 1949, había ascendido a 201.000.000 de pesos. La cantidad de profesores ( titulares y adjuntos ) pasó de 2.000 a 2.500 en igual período, mientras que los alumnos de 62.300 a 83.500. Comenzó también la construcción de ciudades universitarias, universidades y facultades en siete provincias del país. En 1948, se promulgó la Ley 13.229 y se creó la Universidad Obrera Nacional para la formación de profesionales de origen obrero. A partir de ese año comenzaron a otorgarse las primeras becas universitarias a estudiantes de familias de escasos recursos. Esa medida quedó obsoleta con la supresión de los aranceles universitarios en 1949. La enseñanza pasó a ser gratuita, además de organizada y armonizada al crearse el Consejo Nacional Universitario, la Subsecretaría Universitaria y los denominados Núcleos de Conexión entre las Cátedras Universitarias y la Industria. La enseñanza universitaria comenzó a ser orientada a brindar solución a los problemas argentinos.

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De Gisela Carpineta, escritora y periodista:

El historiador Norberto Galasso, ensayista y escritor, recuerda que un obrero le dijo que Perón les había otorgado mejores leyes sociales, pero que lo más importante para él era que con Perón había logrado entrar a la fábrica con la cabeza alta y no como antes, que lo hacía como si fuese un esclavo.

La importancia fundamental es la incorporación al escenario político de la clase trabajadora con un carácter protagónico. Conviene aclarar que trabajadores hubo siempre, pero el obrero de la fábrica es un fenómeno que en la Argentina no se había industrializado y que se empieza a manifestar a partir de 1935. Ese protagonista nuevo de la historia argentina que hace varias huelgas entre el ´35 y el ´45, se hace presente en la Plaza de Mayo el 17 de octubre de 1945 y decide prácticamente la creación de Perón y que se vaya a elecciones.

Se han hecho dos interpretaciones del 17 de octubre de 1945. Desde un sector del peronismo se ha llegado a decir que Perón creó la clase trabajadora. Sin embargo, esa clase obrera estaba marchando desde 1943. Otros dicen que el 17 de octubre la clase trabajadora creó a Perón. Esto es cierto, pero también Perón, desde la Secretaría de Trabajo, empezó a resolver cuestiones, conflictos, a sentar en una mesa a patrones y obreros. Esos acuerdos que hace el coronel Perón y el resurgimiento de viejas leyes que no se cumplían, es lo que le hace obtener la confianza de los trabajadores. Cuando se intenta dar un golpe para reemplazarlo de sus cargos de vicepresidente, de ministro de Guerra y de Trabajo y Previsión, es cuando la clase obrera se da cuenta de que eso iba contra las conquistas que habían logrado en el ´44 y en el ´45. Si bien la CGT convoca a paro el 18 de octubre, el 17 la clase trabajadora sale a liberar al hombre que les ha inspirado confianza.

El peronismo es un movimiento policlasista, que en el ´45 expresa a trabajadores, empresarios nacionales e incluso a un sector del Ejército. Esas características hacen que Perón pueda unificarlos y conducirlos. En determinados momentos, a través de una conducta pendular, otorga beneficios a unos y a otros. Cuando fallece Perón, en 1974, la situación se pone muy difícil porque muere su líder y aparece la larga y díficil dictadura genocida. Luego de recuperarse la democracia, llegó un presidente acompañado de muchos hombres del peronismo, pero expresó el poder liberal, haciendo una política totalmente contraria a la de Perón.

Luego de los ´90 parecía que el peronismo se había terminado. En el año 2003 apareció otro presidente y retomó algunas cosas, pero también agregándole características propias, y la política de reindustrializar a un país que se había convertido en una economía especulativa.

Lo que sigue es historia reciente.

 

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De Gustavo García, licenciado en Periodismo y Comunicación, escritor y docente:

Como ciencia auxiliar de la historia, la genealogía permite rastrear y exponer los orígenes y el desarrollo de una rama familiar.

Ignacio Martín Cloppet acometió la dura tarea de hurgar en el pasado de Eva Duarte y Juan Perón para clarificar sus ascendientes y de paso derribar algunos mitos.

El estilo sobrio y depurado que plasma el autor está sin lugar a dudas, a la altura de la obra emprendida. Trepar las ramas de un árbol genealógico demanda de más exactitud que poesía, más certezas que metáforas. Se trata de un arduo trabajo de investigación donde el talento se canaliza hacia el ordenamiento de los datos, el hallazgo de documentos históricos y la búsqueda de puntos en común.

En Eva Duarte y Juan Perón: la cuna materna, editorial Alfar, 164 páginas, 2011, Cloppet completa con datos fidedignos lo que fue Los orígenes de Juan Perón y Eva Duarte, editado en 2010 por el mismo sello. Pero en esta ocasión destruye supuestos considerados dogmáticos para algunos historiadores: confirma que la pareja es descendiente de conquistadores, y halla rastros de un inesperado parentesco entre Juan Domingo Perón y el escritor Jorge Luis Borges.

Es decir, que ni Evita tenía un origen desconocido, ni Perón descendía por la vía materna de aborígenes como, tal vez por descarriadas pasiones políticas, se difundió durante décadas.

El esfuerzo es compartido, también el lector debe echar mano de una buena dosis de concentración para seguir en el tiempo las huellas de familias que se pierden en los más recónditos rincones de Europa. Pero una serie de gráficos sirven como guía, y las fotografías le dan al texto el oxígeno suficiente como para no ahogarse antes de llegar a la orilla.

Nota:

Para ver imágenes, clickear, por favor, aquí 

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De Daniel Cozzi, compositor, investigador, docente y escritor:

Dentro de la historia argentina la figura de Evita posiblemente sea una de las más controvertidas.

Evita fue amada incondicionalmente por gran parte del pueblo trabajador que vio en ella la más comprometida defensora de sus intereses de clase.

Como contrapartida fue objeto del odio más visceral de parte de las clases sociales dominantes, beneficiarias del modelo económico - social que venía imperando en la Argentina desde la generación del 80.

Dentro de esos extremos, se encuentra la Evita real, incuestionable protagonista de un momento histórico en el que la coyuntura internacional producida por la Segunda Guerra Mundial, obligó a orientar la mirada hacia el mercado interno, dirigiendo los recursos económicos hacia una redistribución de la riqueza, en la búsqueda de un bienestar general más justo y equilibrado.

Sin el ánimo de entrar en polémica, ni dirimir la verdadera dimensión de Eva Perón, no se puede negar la trascendencia que su figura ha ido consolidando a través del tiempo, y la atención internacional que ha despertado a la hora de reivindicar el rol de la mujer en la política.

Músicos, escritores y cineastas, han visto en ella una personalidad poderosamente atractiva, no dudando en convertirla, con distintos enfoques, en protagonista de sus producciones, concientes de las posibilidades de éxito que el personaje les ofrecía.

Recordemos como ejemplo Evita ( 1975 ) el musical de Andrew Lloyd Webber y Tim Rice que alcanzó un extraordinario éxito en Londres, Nueva York y Madrid, y que fuera llevado al cine en 1996 con Madonna, Jonathan Pryce y Antonio Banderas como protagonistas, con la dirección de Ken Russell y la más reciente Eva, el gran musical ( 2008 ) con música de Alberto Favero y textos de Pedro Orgambide sobre un libro de Nacha Guevara quien encarnó el rol principal.

Estas producciones han relegado al olvido la primera obra que fuera compuesta en homenaje a Eva Perón a escasos meses de su fallecimiento: la Sinfonía " In Memoriam " del compositor rosarino Luis Milici.

La obra sinfónica, despejada del atractivo que genera el teatro y la danza, y carente del aporte visual que aporta la puesta en escena, llevó a su autor a apelar a recursos estrictamente musicales para generar el clima expresivo apropiado para recrear la figura homenajeada y provocar en el oyente el vínculo emocional que pretendía inducir en ellos.

La historia de la obra comienza en 1952, apenas producido el deceso de Evita cuando el maestro Roberto Locatelli, director de la Escuela Superior de Música de la Universidad del Litoral ( actualmente Escuela de Música de la Facultad de Humanidades y Artes de la Universidad Nacional de Rosario ), presenta al rector de la Universidad, Dr. Raúl Norberto Rapela, un proyecto para la convocatoria a un concurso con el objetivo de promover y premiar " la creación de una Sinfonía " In Memoriam " para solista, coro y orquesta, inspirada preferentemente en música con contenido nacional, que sirviera para reflejar la trayectoria pública de Eva Perón ".

Mediante una resolución del rectorado, fechada el 23 de febrero de 1953, se declaró oficialmente abierto el referido concurso, fijándose como fecha límite para la presentación de las obras, el 6 de junio del mismo año, plazo notablemente acotado para la composición de una obra tan ambiciosa, lo que induce a pensar que la idea del concurso se había instalado en el ambiente musical desde antes de que se concretara la presentación del proyecto, o a considerar el hecho de que los compositores interesados tuvieran la necesidad de recurrir a materiales musicales previamente concebidos y planeados para otras obras, o sacados de ellas, como ocurrió en el caso de Luis Milici. En ambos casos, para cumplir con el plazo estipulado, los aspirantes debieron, sin lugar a dudas, hacer gala de su profesionalidad.

El Jurado, presidido por el maestro Locatelli e integrado por Celia Torra, José Torre Bertucci, Pedro Mirassou, Ernesto Galeano, Hernán Pinto, Carlos Pessina, Rafael González y Ernesto de la Guardia, se reunió el día 7 de junio de 1953 en el Conservatorio Nacional de Música y Arte Escénico " Carlos López Buchardo " de la Capital Federal.

Concluido el análisis y debate sobre las cualidades musicales de cada una de las composiciones presentadas, se resolvió por unanimidad otorgar el Primer Premio a la obra del maestro Luis Milici, que fuera firmada con el seudónimo de " Roanli ".

En su resolución el Jurado " hace llegar sus felicitaciones al autor, por entender que su realización, no sólo se ha ajustado a las disposiciones establecidas, sino que interpreta acabadamente los sentimientos que inspirara a la argentinidad, la figura sin par de la Jefa Espiritual de la Nación y su obra proyectada en lo más íntimo de nuestro Pueblo ".

La Sinfonía, de carácter programático, se articula en cinco movimientos cada uno de los cuales refleja un aspecto definido de la trayectoria política y social de Eva Perón. El argumento elaborado por Milici apela a los valores con que el fervor popular caracterizó a Eva Perón, y que se mantienen indisolublemente ligados a su figura hasta el presente, más allá de la manipulación que se hace de ella desde diversos sectores políticos y de las descalificaciones y odios de que ha sido objeto a lo largo de la historia.

Calificativos como el de Abanderada de los humildes o Jefa Espiritual de la Nación, su lucha por reivindicar los derechos de los desprotegidos, su defensa de la niñez como reserva moral y espiritual de la Nación y su tránsito a la inmortalidad serán explícitamente desarrollados en distintos momentos de la obra.

En el primer movimiento, " El advenimiento " ( Lento, Allegro Moderato, Maestoso ), Milici tomó como base, con escasas modificaciones, el movimiento sinfónico Patria, de la Serie " Mi País " que había compuesto en 1950 y se encontraba inédito.

El movimiento es iniciado por el corno que presenta el Tema de la Patria en el que hace referencia a los primeros sonidos del Himno Nacional Argentino, tema que es tratado en forma fugada conduciendo a través de un crescendo al Tema del Pueblo a cargo de los violines, cuyo diseño evoca una melodía popular con algunos elementos rítmicos derivados del tango.

Este segundo tema se entrelaza con el de la Patria, preparando con su desarrollo, la entrada del tema de la Esperanza, que simboliza el advenimiento de Eva Perón.

En la última sección resurge el tema de la Patria unido al del Pueblo, y juntos conducen al Final Maestoso.

En el segundo movimiento, " Los Humildes " ( Lento, Aire de Vidala ), como ocurrió con el primero, el maestro recurrió a otra obra compuesta en 1950, también inédita: el poema sinfónico Tierra caliente con no muchas modificaciones.

El movimiento comienza con la presentación del Tema de los Humildes por la fila de los violoncelos primero y luego por los instrumentinos, mientras cuerdas graves esbozan el ritmo característico de la vidala. El tema, de carácter profundamente sombrío simboliza las débiles voces del pueblo que reclaman, sin ser escuchados, el derecho a una vida más justa.

Como una voz protectora que se hace eco de las aspiraciones populares surge el Tema de los Humildes, donde las tímidas y tenues voces del comienzo irán creciendo en intensidad, impulsadas por la esperanza y la fe que genera en ellos la presencia de su protectora, para concluir suavemente, en clara alusión a la paz y sosiego que encontrarán las clases populares.

El tercer movimiento, " Los privilegiados " ( Scherzo ), describe el espíritu despreocupado y alegre de la infancia. La conocida canción infantil Déjenla sola es presentada en el comienzo del movimiento. Luego de un breve desarrollo " surge como una visión, un amanecer en un parque de juegos infantiles ", indica el programa del autor, y más adelante " ya en pleno día los pequeños juegan y cantan alegremente ". Ese momento es recreado musicalmente con la presentación del coro de niños y se van escuchando referencias musicales de conocidas rondas infantiles: La torre en guardia, Arroz con leche y Tengo una muñeca, entre otras. Ponen término al scherzo unos compases de malambo, como afirmando que estos niños forman la reserva privilegiada de nuestra patria.

El cuarto movimiento, " El pueblo feliz " ( Allegro ), describe el alborozo del pueblo que " se ha reencontrado consigo mismo " cantando melodías de carácter folclórico. La guitarra, instrumento de fuerte raigambre popular, se integra en este movimiento al orgánico habitual de la orquesta sinfónica para, junto al coro, poner de manifiesto la alegría reinante. En distintos momentos se escuchan algunos compases de danzas folclóricas tradicionales como El sombrerito y El pala - pala, este último entonado por el coro.

Sobre el final del movimiento, al llegar la noticia de que " su amada benefactora está gravemente enferma " el pueblo deja de cantar y se sume en una profunda angustia.

El quinto movimiento es " Tránsito a la inmortalidad " ( Lento, Maestoso ). El Tema de la Patria que había dado comienzo a la sinfonía, abre el movimiento. Inmediatamente después el coro del pueblo deja oir una letanía que es continuada por los cantantes solistas, es el momento más dramático de la obra, clara expresión del dolor que el pueblo siente por su protectora.

Reaparece el Tema de la Patria entretejido con el coro, la soprano y el violín solistas, siempre dentro de un hondo clima de recogimiento religioso, mientras el Tema de la Esperanza, que representa a Evita, se va extinguiendo lentamente. " El Tema de la Patria se oye entonces en registro grave por los violoncelos, como sintetizando el dolor que embarga al país.

Puede afirmarse que la mayoría de las obras del maestro Milici se enmarcan dentro de un moderado nacionalismo musical, modelado sobre armonías, formas, texturas e instrumentación decimonónicas, aunque en algunas obras incursiona tardíamente, en el campo de la tonalidad.

Todo creador tiene el pleno derecho a optar por los medios que más se adapten a sus necesidades expresivas, siempre que la elección sea personal y no responda a imposiciones de otra índole como ha ocurrido en otras latitudes; valga por ejemplos, el caso de Dimitri Shostakovich, en el que el régimen stalinista puso límites a la expansión de su genio musical o la condena y persecución de la que fueron blanco durante el nazismo, los compositores de vanguardia.

La obra fue estrenada en el Teatro Municipal de la ciudad de Santa Fe en " Homenaje al Día del Renunciamiento ", el sábado 21 de agosto de 1954, por la Orquesta Sinfónica del Ministerio de Educación de la Provincia de Entre Ríos, el Coro de la Escuela Superior de Música de la Universidad del Litoral, el Coro de Niños de la Escuela Domingo Faustino Sarmiento, los cantantes solistas Norma Rettmeyer, Angela Nascio, Pramasio Muñoz y Roberto Cuddé, todos bajo la dirección del maestro Roberto Locatelli.

Producido el golpe de Estado del 55, los artistas simpatizantes del orden anterior, cargaron con el estigma de " oficialistas " y experimentaron en carne propia el castigo de la proscripción.

Por ser un compositor orientado hacia lo que comúnmente se califica como música clásica y como tal alejado del público masivo, el maestro Luis Milici no llamó la atención sobre sí de los nuevos dueños del poder, no obstante, la Sinfonía " In Memoriam " fue relegada al más absoluto silencio.

En 1973, con el regreso del peronismo al gobierno, y el maestro Roberto Locatelli nuevamente en la dirección de la Escuela de Música de la UNL, la obra fue presentada el miércoles 22 de agosto de ese mismo año en la sala del Teatro " El Círculo " de la ciudad de Rosario por la Sinfónica Provincial de Rosario con la dirección del autor. En esa oportunidad los cantantes solistas fueron Graciela Vidal, Clarita García Carreras, Fernando Tejeira y Hugo Lecchini. Participaron además el Coro de la Universidad de Rosario dirigido por Héctor Nardi, el Coro Agrupación 70 con la dirección de Elena Telesca de Sappia, el Coro de Niños preparado por Rosa Milici de Greppi y los alumnos de la cátedra de Guitarra del Instituto Superior de Música de la UNR. Existe una grabación privada tomada en esa oportunidad que es el único registro existente de la obra.

Tras el sangriento golpe militar de 1976, nuevamente la partitura fue condenada al ostracismo.

Para poder sortear esa situación y hacer conocer su música, Luis Milici volvió a las versiones originales de los movimientos sinfónicos Patria y Tierra caliente, que fueron empleados en el primer y segundo movimiento de la sinfonía.

En cuanto al tercer movimiento, " Los privilegiados ", sin el coro de niños, y con pequeños cambios, fue convertido en el Scherzo sobre temas infantiles.

Las obras debieron esperar mucho tiempo para ser presentadas en concierto.

El Scherzo sobre temas infantiles y Tierra caliente fueron presentados en Rosario por la Orquesta Sinfónica Provincial de Rosario bajo la dirección del maestro Juan Carlos Zorzi el 13 de mayo de 1983 el primero y el 6 de agosto de 1984 el segundo.  De ambas hay un registro documental.

 

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De Gloria Ziegler, periodista y escritora:

Hoy, en tiempos de High Definition, pantallas plasma, LCD y LED muchos se sentirían desolados sin su caja mágica, esa pantalla chica que de chica ya no tiene nada.

Pero el día 17 de octubre de 1951, cuando se hizo la primera transmisión no experimental, eso estaba muy lejos todavía.

" Hacé como te parezca, pero que se televise el acto " le habría dicho Evita al empresario Jaime Yankelevich, según cuenta Jorge Nielsen en su serie de libros La magia de la televisión argentina, editorial Del Jiguero, Buenos Aires, año 2007.

Yankelevich, que fue uno de los pioneros de la radio, entendió la importancia que tendría este nuevo medio de comunicación y, claro, la sugerencia de Evita Perón.

Francisco " Pancho " Guerrero, uno de los encargados de llevar adelante esa transmisión, comenta que:

" Instalamos una cámara en el edificio del Banco Nación, que tomaba la Plaza de Mayo, y otra en el balcón de la Casa Rosada. La mayoría éramos novatos. Yo tenía entonces 20 años. Había que ayudar a cargar los aparatos, instalar y conectar cables. No era sólo manejar las cámaras. Pero estábamos muy tranquilos. No había presiones como las de hoy. Se pusieron televisores en los negocios de las calles Sáenz Peña, Balcarce y Florida que estaban conectados al camión de exteriores para que la gente pudiera ver el acto. Todos estaban intrigados y querían ver cómo era ese nuevo invento llamado televisión. No hubo inauguración oficial. Sólo Perón y su discurso, sosteniendo a una Evita ya muy enferma. La gente y la Plaza. Eso fue todo. No existían los raitings ".

La perseverancia y el genio de Yankelevich dieron por fruto una inicial y muy robusta televisión, basada sobre los avisos publicitarios y la venta de televisores.

De aquella presencia de Evita y el discurso de Perón al strip dance del programa de Marcelo Tinelli, ha corrido mucha agua bajo el puente, muchos rayos han pasado por el tubo de rayos catódicos.

Y la televisión sigue allí. Siendo una señora de más de seis décadas, no está nada mal.

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VELATORIO

Del Dr. Ricardo Balbín ( 1904 - 1981 ), líder de la UCR ( Unión Cívica Radical ), despidiendo los restos mortales de Juan Domingo Perón, el 3 de julio de 1974, en el Congreso de la Nación:

" Llego a este importante y trascendente lugar, trayendo la palabra de la Unión Cívica Radical y la representación de los partidos políticos que, en estos tiempos, conjugaron un importante esfuerzo al servicio de la unidad nacional: el esfuerzo de recuperar las instituciones argentinas y que, en estos últimos días, definieron con fuerza y con vigor su decisión de mantener el sistema institucional de los argentinos.

" En nombre de todo ello, vengo a despedir los restos del señor Presidente de la República de los argentinos, que también con su presencia puso el sello a esta ambición nacional del encuentro definitivo, en una conciencia nueva, que nos pusiera a todos en la tarea desinteresada de servir la causa común de los argentinos.

" No sería leal si no dijera también que vengo en nombre de mis viejas luchas, que por haber sido claras, sinceras y evidentes, permitieron en estos últimos tiempos la comprensión final, y por haber sido leal en la causa de la vieja lucha, fui recibido con confianza en la escena oficial que presidía el Presidente muerto.

" Ahí nace una relación nueva, inesperada, pero para mí fundamental, porque fue posible ahí comprender, él su lucha, nosotros nuestra lucha, y a través del tiempo y las distancias andadas, conjugar los verbos comunes de la comprensión de los argentinos.

" Pero guardé yo, en lo íntimo de mi ser, un secreto que tengo la obligación de exhibirlo frente al muerto. Ese diálogo amable que me honró, me permitió saber que él sabía que venía a morir a la Argentina, y antes de hacerlo me dijo:

" Quiero dejar por sobre todo el pasado, este nuevo símbolo integral de decir definitivamente, para los tiempos que vienen, que quedaron atrás las divergencias para comprender el mensaje nuevo de la paz de los argentinos, del encuentro en las realizaciones, de la convivencia en la discrepancia útil, pero todos enarbolando con fuerza y con vigor el sentido profundo de una Argentina postergada ".

" Por sobre los matices de las comprensiones, tenemos todos hoy aquí en este recinto, que tiene el acento profundo de los grandes compromisos, que decirle al país que sufre, al pueblo que ha llenado las calles de esta ciudad sin distinción de banderías, cada uno saludando al muerto de acuerdo a sus íntimas convicciones  -  los que lo siguieron con dolor; los que lo habían combatido, con comprensión  -  que todos hemos recogido su último mensaje:

" He venido a morir en la Argentina, pero a dejar para los tiempos el signo de la paz entre los argentinos ".

" Frente a los grandes muertos ... frente a los grandes muertos tenemos que olvidar todo lo que fue error, todo cuanto en otras épocas pudo ponernos en las divergencias; pero cuando están los argentinos frente a un muerto ilustre, tienen que estar alejadas de la hipocresía y la especulación para decir con profundidad lo que sentimos y lo que tenemos. Los grandes muertos dejan siempre el mensaje.

" Sabrán disculparme que recuerde, en esta instancia de la historia de los argentinos, que precisamente en estos días de julio, hace cuarenta y un años, el país enterraba a otro gran presidente: el Dr. Hipólito Yrigoyen.

" Lo acompañó su pueblo con fuerza y con vigor, pero las importantes divergencias de entonces colocaron al país en largas y tremendas discrepancias, y como un símbolo de la historia, como un ejemplo de la historia, como un ejemplo de los tiempos, como una lección para el futuro, a los cuarenta y un años, el país entierra a otro gran presidente; pero la fuerza de la República, la comprensión del país, pone una escena distinta, todos sumados acompañándolo y todos sumados en el esfuerzo común de salvar para todos los tiempos la paz de los argentinos.

" Este viejo adversario despide a un amigo ..."

Nota:

El Dr. Nelson Castro, médico, destacado periodista y escritor, en su libro titulado Rivales, con prólogo de Joaquín Morales Solá, Javier Vergara Editor, Grupo Zeta, Ediciones B Argentina, Buenos Aires, 304 páginas, año 2011, destaca que:

En la mañana del 1º de julio de 1974, el presidente de la República Argentina, general Juan Domingo Perón, sintió que se moría. Hizo llamar a su cuarto al secretario Legal y Técnico de la Presidencia, doctor Gustavo Caraballo, a fin de indicarle que, a su muerte, el poder lo recibiera directamente el Dr. Balbín, decisión a la que tanto Isabel Martínez de Perón como el ministro de Bienestar Social José López Rega, presentes en el dormitorio presidencial, se opusieron. Caraballo explicó entonces los obstáculos legales que existía con ese propósito, que López Rega calificaba de inconstitucional. Al darse cuenta de que su deseo era imposible de concretar, el Presidente le dijo a Caraballo que olvidara el tema y se dirigió a su esposa Isabel: " De todos modos, nunca tomes una decisión importante sin consultarlo con Balbín ".

Pocas horas después, exactamente a las 12.35 de ese lunes 1º de julio, se produjo el deceso de Perón. Su muerte conmocionó al país que, de inmediato, centró su atención sobre Balbín. Muchos creyeron en el inevitable advenimiento de un gobierno de coalición entre el justicialismo y el radicalismo. Ante estas presunciones y las innumerables consultas, el líder de la UCR expresó: " Ha muerto el Presidente de la Nación, pero éste no es un nuevo gobierno. Es el mismo gobierno y las instituciones continúan ".

Balbín fue uno de los doce oradores designados para despedir al Presidente fallecido, el 4 de julio. Eso lo tuvo nervioso e inquieto, y así se lo vio cuando emprendió viaje rumbo al Congreso de la Nación, en aquella mañana, ya que no tenía definido qué decir, aun cuando ya había decidido relacionar aquella pérdida con la muerte de Hipólito Yrigoyen de la que, el 3 de julio se había cumplido un nuevo aniversario. El día anterior, Antonio Tróccoli y Enrique Vanoli, dirigentes radicales, le habían sugerido redactar su discurso. " No puedo; no sé leer discursos ", fue la respuesta de Balbín quien, cuando hubo llegado su turno, vistiendo un traje oscuro y con las manos pegadas al cuerpo, pronunció su discurso que haría historia.

Al día siguiente, el 5 de julio, concluidos los solemnes funerales en honor del general Perón, Ricardo Balbín fue invitado a la Quinta de Olivos para participar de la primera reunión organizada por la Presidenta tras el fallecimiento de su esposo. Grandes fueron su sorpresa y su desilución cuando se encontró en medio de una convocatoria compartida con todos los miembros del gabinete nacional, los secretarios generales de la CGT, la CGE, las 62 Organizaciones, el Partido Justicialista y los tres comandantes generales de las Fuerzas Armadas.

Balbín comprendió, entonces, que todo había cambiado con la muerte de Perón y que, lamentablemente, ya nada sería igual.

La parábola de la relación entre Perón y Balbín abarca 40 años de la vida del país signados por la antinomia peronismo - antiperonismo, cuyas secuelas llegan hasta nuestro días.

Lo impactante de esa rivalidad es que cuando sus dos protagonistas la vencieron, luego de darse cuenta de que se necesitaban uno al otro  -  lo mismo que las fuerzas a las que representaban  -, era irremediablemente tarde, pues ambos pertenecían ya a la historia y no a aquel presente de sangre y fuego de los años 70.

Nota:

En la imagen, velatorio del Presidente Perón en el Congreso de la Nación, día 3 de julio de 1974, un excepcional registro fotográfico del talentoso Alain Noguès de la prestigiosa e importante agencia fotoperiodística Sygma.

Nota:

El conocido politólogo, docente y periodista Fabián Bosoer, autor del libro Braden o Perón - La historia oculta, editorial El Ateneo, 288 páginas, año 2011, expresa que:

El año 1945, momento crucial de la política argentina y de la historia del siglo XX, con el fin de la Segunda Guerra Mundial, la ampliación e intensificación de los procesos políticos contemporáneos y las relaciones internacionales desde los centros a las periferias, desde el mundo europeo - céntrico al mundo bipolar y global, ordenado por el conflicto Este - Oeste y el predominio de dos superpotencias: los Estados Unidos y la Unión Soviética.

Hay bibliotecas enteras con libros escritos sobre los orígenes del peronismo; sobre las relaciones entre Argentina y los Estados Unidos; sobre como influyeron los acontecimientos que conmovían al mundo en una Argentina que atravesaba también el fin de una etapa histórica y la emergencia de nuevos actores y sujetos sociales en la política nacional. Reconocidos historiadores, politólogos, especialistas en relaciones internacionales, protagonistas y periodistas de la época y contemporáneos trataron estos temas. Trabajos que buscaron la comprensión de los fenómenos desde una visión más abarcadora u objetiva y otros que, involucrados antes o después en aquellos procesos, tomaron partido y escribieron sus interpretaciones observando los sucesos que avalaban sus puntos de vista, constataban sus hipótesis o refrendaban sus convicciones.

Dentro de esa profusa bibliografía el enfrentamiento entre el embajador norteamericano Spruille Braden y el coronel Juan Domingo Perón constituye un capítulo de intrigas y acertijos. ¿ Cómo fue que ambos personajes quedaron en el centro de la escena como principales contendientes de una pelea de fondo que terminó acaparando la atención de los argentinos y torciendo el rumbo de los acontecimientos ? ¿ A quién se le ocurrió la consigna que definió esas elecciones de febrero de 1946 ? ¿ Fue una idea meditada por Perón, como parte de una estrategia definida de antemano ? ¿ O fue una afortunada improvisación que sería aprovechada luego por los encargados de la propaganda, al constatar su impacto popular ? ¿ O acaso tuvo origen en la propia cabeza de Braden o de los observadores extranjeros que seguían de cerca la labilidad de la situación política argentina ? ¿ Cómo fue montado el escenario de ese drama y cómo fue construido el relato de sus secuencias hasta el desenlace final ?

El surgimiento del peronismo en la Argentina se inscribe en un momento de la encricijada mundial, cuando recién derrotadas las potencias del Eje, los Aliados discutían y pulseaban el reparto de áreas de influencia y las reglas del juego del ordenamiento internacional emergente. La confrontación entre Perón y Braden será un factor decisivo para la llegada del nuevo movimiento político al poder, el " match de fondo " que fijaría las imágenes de los principales actores en esa serie de contiendas, una dentro de la otra. Pocos recordarán que Braden estuvo apenas cuatro meses como embajador en la Argentina, y ello le bastó para armar un gigantesco revuelo. Luego pretendió manejar los hilos desde Washington, no sin permanentes tropiezos. Pocos tienen presente que hasta fines de enero del ´46, faltando pocas semanas para los comicios presidenciales convocados para el 24 de febrero, la competencia entre la fórmula del Partido Laborista, Perón - Quijano, y la fórmula de la Unión Democrática, Tamborini - Mosca, era muy pareja. Había dos coaliciones electorales en pugna, con dos visiones contrapuestas de dónde estaba parado el país y hacia dónde debía encaminarse, y ambas contaban con una fuerza equivalente.

La interferencia final de Braden, al impulsar la publicación del Libro Azul, que denunciaba la influencia nazi en el régimen de cuyas entrañas surgía la candidatura del coronel Perón, contribuyó a terminar de volcar los votos a favor de este último. ¿ Fue torpeza de uno y sagacidad del otro ? ¿ O acaso el choque de dos lógicas, percepciones e intereses encontrados; de equívocos y malentendidos eficazmente traducidos en una fórmula política sencilla y conveniente, aquella que construye un mito político ? Para uno, la lucha de las democracias  -  lideradas por los Estados Unidos  -  contra los totalitarismos. Para el otro, la batalla por la dignidad nacional y la soberanía del pueblo frente a un imperialismo desembozado.

Tanto Braden como Perón escribieron y hablaron en varias oportunidades, a lo largo de sus dilatadas vidas públicas, sobre la tormentosa relación entre ambos como uno de los episodios que más marcaron sus trayectorias. Las versiones que ellos brindaron permitieron a los historiadores reconstruir los móviles de sus actos e inferir cuánto influyeron directamente en el curso de los acontecimientos. El propio Perón reconoció décadas más tarde que si Braden no hubiera existido, " habría debido inventarlo ". Braden admitirá en una entrevista que " el slogan " Braden o Perón " fue una brillante maniobra del ex dictador ". Detrás de la escena, dos norteamericanos fueron testigos, cronistas y, en alguna medida, también artífices de este cambio de percepciones que se produjo durante aquel corto período que va de octubre de 1945 a febrero de 1946; período demarcado por esos dos hechos políticos fundamentales de la historia argentina que fueron la movilización popular del 17 de octubre de 1945, que catapultó el liderazgo de Perón al centro de la escena política nacional, y las elecciones nacionales realizadas poco más de cuatro meses después que lo consagraron como presidente.

Hay un debate clásico sobre si son los grandes personajes los que hacen la historia o es ésta la que construye a aquellos. El " Braden o Perón " puede ser tomado , en tal sentido, como un " caso en el estudio de las relaciones complejas y multidimensionales que existen entre las decisiones personales y las estructuras y contextos que la condicionan, así como entre la política doméstica y la política internacional; entre situaciones objetivas y las subjetividades implicadas en el comportamiento de los actores. No será la primera ni la última vez que una campaña electoral ofrece el tablero para jugar intereses geopolíticos mayores o que los jugadores principales fabrican o utilizan incidentes diplomáticos para dramatizar ante la opinión pública sus definiciones políticas.

En esa particular conjunción, todo lo que resultaba difuso y enrevesado decanta y aparece como un momento político político esencial, aquel en el que quedan claramente definidos amigos y enemigos. Es la decisión de los actores principales, motivada por razones y emociones, estrategias y contingencias, la que surca esa determinación de campos antagónicos previa a las grandes batallas en las que se definen destinos colectivos. Braden, el magnate, el " cowboy ", el representante imperialista, el diplomático de la gran potencia; y Perón, el " coronel de los trabajadores ", el líder populista, el visionario de una Argentina diferente que se atrevió a plantear un trato distinto a la principal potencia, fueron de algún modo los dos grandes mentores intelectuales del guión que improvisaron antes de que esa historia se inscribiera.

En su libro El ´45 - Crónica de un año decisivo, publicado por primera vez en 1969, Félix Luna alentaba a proseguir las investigaciones sobre una temática fundamental " que todavía debe trabajarse mucho, ampliando, corrigiendo o invalidando mi propio aporte ". Mucho se ha escrito, desde entonces, siguiendo ese camino sobre aquel año eternamente memorable en la Argentina y en el mundo. Nuevas miradas confirman el interés que siguen teniendo aquellos acontecimientos, una cantera de interpretaciones, mitos y realidades cuya riqueza, en términos políticos, culturales y académicos, parece inagotable.

 

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Textos cortesía de Carlos Vitola Palermo de Rosario, Santa Fe, República Argentina.

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