DOCUMENTOS SOBRE EVA DUARTE DE PERON 


Eva Ibarguren EVA IBARGUREN EVA DUARTE EVA PERON EVA PERON EVA PERON EVA PERON

María Eva Duarte de Perón / Evita. Argentina 1919-1952

Visión óptima con Internet Explorer

HISTORIAS, ANECDOTAS y TESTIMONIOS 

Evita en el Hogar de Tránsito Nº 2, hoy Museo Evita, Lafinur 2988, Buenos Aires

*     *     *

De María Silvina Guzmán Suárez, escritora y política, autora del libro titulado Evita - La pasión de su vida, editorial Dunken, 400 páginas, con numerosas fotografías, año 2011:

Estar en el cementerio de la Recoleta, frente a la tumba de María Eva Duarte de Perón, no me deja disimular la curiosidad que me provoca la presencia de tantos turistas de todo el mundo que se acercan hasta aquí, con rostros absortos, respetuosos y silenciosos ante las puertas de hierro que resguardan el féretro de Evita. Algunos colocan flores entre las rejas del panteón. Me asombra el hecho casual de que, humillada y rechazada por la clase alta de la sociedad argentina, quiso el destino que su cuerpo reposara en este aristocrático cementerio y en este mausoleo, donde se encuentran otros ataúdes con los restos de sus hermanos y cuñados.

El cementerio de la Recoleta es una de las principales atracciones turísticas de Buenos Aires, diseñado por el arquitecto e ingeniero francés Próspero Catelin ( 1764 - 1842 ), quien por iniciativa del presidente Bernardino Rivadavia, fue nombrado jefe de obras públicas de la provincia de Buenos Aires en 1821. Sus trabajos se encuadran en el neoclasicismo. El cementerio de la Recoleta es inaugurado en el año 1822 y se encuentra al lado del antiguo Convento de los Padres Recoletos. Es una muestra de la arquitectura funeraria del siglo XIX y comienzos del XX. La mayoría de los panteones y bóvedas pertenecen a la burguesía y antiguos estancieros, pero también yacen los restos de próceres, guerreros de la independencia, presidentes, escritores, científicos y artistas.

El cementerio de la Recoleta comparte el segundo puesto entre los cementerios del mundo junto con el cementerio francés del Père - Lachaise en París. El primer lugar lo ocupa el cementerio italiano de Staglieno en Génova.

El Pórtico de Entrada del cementerio de la Recoleta presenta una doble hilera de columnas de orden dórico, sin base, con tres puertas de hierro de tres metros de altura. Fue construido en 1881 por el arquitecto Juan Antonio Buschiazzo, por encargo del Intendente Torcuato de Alvear, junto con el cerramiento de ladrillos de máquina, con juntas a la inglesa, que rodea al cementerio.

La Capilla de las Bendiciones tiene una valiosa imagen de Cristo en mármol blanco de Carrara de una sola pieza, obra del escultor italiano Giulio Monteverde, traída de Europa en 1887.

El cementerio de la Recoleta se halla en el corazón del barrio de la Recoleta, en la Capital Federal, donde se encuentran señoriales residencias construidas cuando el progreso del país, trasladó a este lugar a las clases más pudientes, que se fueron formando en San Telmo y luego en Barrio Norte. El cementerio de la Recoleta quedó en el centro del barrio, rodeado de confiterías, paseos de compras, un shopping con salas de cine, y un importante centro comercial, todo contextualizado con la arquitectura predominante en el sector.

Frente al cementerio de la Recoleta puede verse una cadena de importantes restaurantes y bares, rodeados de cuidados jardines y frondosa arboleda, donde se puede tomar un café, almorzar o cenar a cualquier hora. El sector constituye un parque de belleza singular. Los sábados, domingos y feriados, toda una actividad cultural y comercial se da cita en el lugar, mimos, bailarines de tango, estatuas vivientes, artesanos y adivinos de tarot decoran este singular paisaje.

Los niños juegan en el verdor del césped y ocasionales visitantes toman sol. En la Recoleta todo está bien, se puede ir de sport, de traje o de gala, cualquier día y a cualquier hora a este lugar, donde cientos de feriantes ofrecen sus artesanías, donde podemos encontrar el típico mate, bolsos, miniaturas sobre el tango, camisolas y remeras pintadas a mano con el rostro de Evita, de Gardel, el Che Guevara, Maradona o Messi.

Así es el barrio de la Recoleta, donde descansan los ajetreados restos de María Eva Duarte de Perón. Su tumba es la más visitada, sobre todo los 26 de julio, fecha de su fallecimiento, los 7 de mayo, fecha de su nacimiento, y por cierto los 17 de octubre, el Día de la Lealtad Peronista.

Al lado del cementerio de la Recoleta se encuentra la Capilla del Pilar y el Centro Cultural Recoleta. En su costado izquierdo, el Buenos Aires Desing, con patios de exquisitas comidas en las terrazas y planta baja, y en el subsuelo una cadena de negocios para decorar y equipar el hogar. Nada falta en la Recoleta, incluyendo el Alvear Palace Hotel, el más suntuoso y tradicional de Buenos Aires.

La actitud de la gente cuando se habla de Evita es siempre de admiración y respeto.

Pertenezco a una generación que no conoció en vida a María Eva Duarte de Perón. Conocer la vida de Evita, significó para mí un vertiginoso viaje hacia una historia de gloria, pasión y orgullo. Cuando ya adulta, decido iniciar la carrera de Ciencia Política, motivada por el deseo de capacitarme en un tema que me apasiona, desde el conocimiento y la eficiencia, comienzo a desarrollar en mi mente una historia aparte, compenetrándome de una doctrina social que marcó la historia de nuestro país.

Nunca se me había ocurrido investigar sobre un tema político, ni de caudillos ni de próceres. En mi país la historia suena como el río que trae piedras y que ahora dejaron de sonar. Me enseñaron que en la historia argentina los próceres eran buenos y que crecíamos felices representando a nuestros prohombres en obras de teatro escolar, embanderando nuestra casa, poniéndonos escarapelas y aprendiendo marchas triunfales.

Ahora descubro que la historia no era como me la contaron en la escuela primaria, sino distinta y que algunos próceres no eran tan buenos, ni tan hombres.

Crecer, es lo que logré en mi carrera de Ciencia Política, lenta pero segura, gracias a mis docentes que me permitieron descubrir que hay una historia que no es como me la contaron, que tiene virtudes y defectos.

Hace tiempo me enseñaron que el peronismo era una mala palabra, lo que hizo que no despertara mi interés en conocerlo. Hoy puedo afirmar que es uno de los más importantes capítulos de la historia argentina, y que el advenimiento de Evita en ese movimiento resultó el factor de mayor significancia en el afianzamiento de la doctrina peronista en la sociedad.

Numerosas veces concurrí al cementerio de la Recoleta para visitar la tumba de Evita, siempre con la intención de que ese acercamiento me permitiera introducirme en la profundidad de un sentimiento que sigue intacto en millones de personas. Es en esos momentos, cuando a través de rejas y vidrios de por medio, siento estar cerca de una gran referente de vida y de sentimientos de justicia social. Justicia social, Eva Perón la enarboló como bandera de lucha.

Es importante para peronistas y no peronistas, para argentinos y no argentinos, tener la oportunidad de profundizar lo sucedido mientras Evita vivió y sobre lo sucedido después de su muerte, y que, a pesar de los años transcurridos, aún no fuimos capaces de superar en trabajo y obras lo que ella realizó y que nos hace referentes en el mundo entero.

Nota:

Para ver la imagen del libro de María Silvina Guzmán Suárez clickear, por favor, aquí

Y para ver imágenes del cementerio de la Recoleta clickear aquí

*     *     *

De Víctor Andrés Pochat, periodista y escritor especializado en deportes olímpicos, docente de Historia de los Juegos Olímpicos y Atletismo en escuelas de periodismo, autor del libro Coronados de gloria - La historia inédita de las medallas olímpicas argentinas, de la colección Deportes, con prólogo de Gonzalo Bonadeo, ediciones Corregidor, Buenos Aires, 352 páginas, año 2012:

Fue a las 20:25 del día 26 de julio de 1952. A esa hora, en esa helada noche, en Buenos Aires, fallecía Evita. El anuncio por parte del locutor Jorge Furnot se produjo a las 21:36.

A miles de kilómetros de distancia, en Helsinki, capital de Finlandia, era la 1:36 de la madrugada. Pasaron pocos minutos hasta que la esperada pero no por eso menos triste noticia invadía las habitaciones de la delegación olímpica argentina. Ya nadie podría descansar bien, ni siquiera dormirse. Y al día siguiente había que correr una maratón, nada menos. Para la ya entonces mítica distancia de 42,195 km. había tres argentinos inscriptos, Delfo Cabrera, Corsino Fernández y Reinaldo Berto Gorno, todos con suficientes antecedentes y cualidades como para obtener una medalla. Los tres estaban muy identificados con el peronismo, y la desaparición de Eva Duarte de Perón implicaba un golpe físico y anímico.

Domingo Peluffo, jefe de la delegación argentina, dispuso mantener un duelo por 20 días, durante el cual los deportistas lucirían crespones de luto.

La decisión general fue seguir en la competencia, en homenaje a la mujer que había dado un extraordinario apoyo al deporte y que además era Presidente Honoraria del Comité Olímpico Argentino.

*     *     *

De Román Lejtman, abogado, periodista, escritor, premio Rey de España por su investigación sobre el narcotráfico y el lavado de dinero durante la presidencia de Carlos Saúl Menem, realizador de documentales sobre historia nacional e internacional, autor del libro Perón vuelve - Intrigas en el exilio y traiciones en el regreso, editorial Planeta S.A.I.C., Buenos Aires, Argentina, con numerosas fotografías, 384 páginas, año 2012:

El camino del exilio del presidente Juan Domingo Perón se inició con la muerte de Evita, ocurrida el 26 de julio de 1952.

Desde ese momento, el general Perón ejecutó el poder como un acto rutinario que puso en crisis su conocido olfato político. Perón extrañaba el amor de su vida y no encontraba consuelo entre la burocracia de Casa de Gobierno y la solemnidad de los desfiles militares. El General languidecía, ausente, mientras el país marchaba hacia la tragedia institucional.

En 1955 la Junta Militar traicionó a Perón y aceptó su renunciamiento. Perón jamás evaluó la posibilidad de una traición de parte de sus camaradas y consideró que un respaldo institucional del Ejército terminaría con la amenaza del almirante Rojas, que estaba aislado y jugaba su última ficha. Se equivocó: la corporación militar optó por preservarse y sacrificó a un general que ya había cumplido un ciclo histórico frenando la influencia del socialismo en la clase obrera y en los campesinos de la Argentina.

El 23 de octubre de 1955, el general Eduardo Lonardi asumió como presidente de facto y el almirante Rojas como vicepresidente.

La convivencia entre el general Lonardi y el almirante Rojas no sería sencilla, porque encarnaban distintos proyectos y pensaban muy diferente sobre el futuro de la Argentina.

Mientras Lonardi ocupaba la Casa Rosada, el Presidente depuesto protegía su vida refugiado en la embajada del Paraguay en Buenos Aires. Había sido escoltado por Juan Ramón Chávez, representante del dictador paraguayo general Alfredo Stroessner en la Argentina, y aún dudaba hacia dónde ir para evitar que un comando lo matara por orden de la llamada " Revolución Libertadora ".

Durante 17 años de exilio, desde 1955 a 1972, Perón aplicó toda su inteligencia para regresar a la Argentina. Fatigó su exilio en países regidos por dictaduras militares, pasó hambre, tuvo amantes fugaces, enfrentó atentados, consumó intrigas y se rodeó de un entorno que mutó con el correr de los años y las circunstancias políticas.

Volver fue una palabra que acompañó al general Perón en sus 17 años de exilio. Sin embargo, no siempre quiso retornar. Sólo la vocación política pudo empujarlo hacia el chárter que lo trajo a Ezeiza. El dictador Alejandro Agustín Lanusse había dicho que " no le da el cuero ", y, con la piel azotada por los años, aceptó el desafío, venció al militar de turno y ganó cuando nadie lo esperaba.

Pragmático, culto, inteligente, el General no dudó en rodearse de oscuros empresarios, arribistas, fieles suboficiales, jóvenes católicos, asesinos, ladrones, ex golpistas, antiguos adversarios, brujos, bailarinas de cabarets, políticos y gente de buen corazón.

Durante 17 años, desde 1955 a 1972, lo que sucedía en la Argentina giraba alrededor de Juan Domingo Perón. No importaba si estaba en Asunción, Caracas, Panamá, Managua, Ciudad Trujillo o Madrid. El general Perón imponía la agenda, marcaba el paso, era protagonista a la distancia. Supo alimentar el mito, reescribir la historia, manipular la opinión pública y derrotar a enemigos más poderosos.

Regresó un día que llovía. Era el 17 de noviembre de 1972. Ya era un anciano, custodiado por José López Rega e Isabel.

Detrás del épico retorno, hay una historia de intrigas y traiciones. Una sucesión infinita de hechos que construyeron el exilio político más importante de la Argentina y el regreso más complejo en la historia moderna del país.

EVITA Y PERON
Foto original de Evita y Perón, mayo de 1952

*     *     *

De Mark Healey, historiador, ingeniero civil, docente y escritor alemán, autor del libro titulado El peronismo entre las ruinas - El terremoto y la reconstrucción de San Juan, editorial Siglo XXI S.A., Buenos Aires, con numerosas ilustraciones, 334 páginas, año 2012:

El terremoto de San Juan fue un hito en la trayectoria de Perón, aun cuando el éxito posterior de su carrera haría palidecer y darle un nueva forma al drama de sus consecuencias, años después pocos recordarían las misas cargadas de simbolismo ofrecidas a los muertos por el terremoto, pero todos recordarían el espectáculo musical a beneficio de los sobrevivientes y a la mujer que Perón conocería allí, a Eva Duarte, la futura Evita.

*     *     *

De Ana Igareta, antropóloga, doctora en Ciencias Naturales y becaria postdoctoral del CONICET y Daniel Schávelzon, arquitecto, docente de la Universidad de Buenos Aires e investigador del CONICET ( Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas ), autores del libro La casa de Perón - Arqueología de su infancia en Roque Pérez, editorial APOC, colección Puntos de Vista, 160 páginas, con numerosas ilustraciones y fotografías, año 2009:

Puede parecer absurdamente imposible que aún sigamos discutiendo dónde estaba la casa del personaje más conocido del siglo XX de la Argentina, presidente de la Argentina por tres veces, portador del apellido más vocalizado, el hombre que desató como nadie pasiones incontroladas, amor y violencia, torturados y desaparecidos.

¿ Es posible que, pese a que existen documentos, fotos, testigos y archivos, no se sepa exactamente dónde vivió sus primeros años ?

Sí, es así, pese a lo pueril del hecho. Parece que hay quienes no tienen jamás descanso eterno, sean o no peronistas a lo que eso signifique para cada uno.

Perón, en sus primeros años vivió en sitios concretos, no en entelequias.

Juana Sosa y Tomás Perón tuvieron a su hijo - a tres en realidad - en la provincia de Buenos Aires y luego se trasladaron a un nuevo lugar de residencia. Era una familia modesta y con problemas de salud, que trabajaría duramente en la localidad chubutense de Camarones, en la Patagonia, por lo que la vida en la provincia de Buenos Aires tal vez no haya sido tan sufrida.

Nuestro estudio arqueológico no dirime - ni pretendió hacerlo - si el ex presidente de la Nación pasó su infancia en Roque Pérez o en Lobos, o si esta última fue su dirección de fantasía para tener un estatus social que le permitiera entrar en la Escuela de Guerra en lugar de un rancho, en un sitio que ni siquiera tenía entidad política y administrativa propia. Se hizo arqueología, no investigación histórico - documental, y por cierto ninguna de ambas puede resolver finalmente el tema, sobre todo si se tiene en cuenta que la primera interpreta hallazgos materiales y resulta impensable que vaya, por ejemplo, a encontrar el DNI de un niño, documento que ni existía en la época. La historia documental maneja papeles que, todos sabemos, muchas veces dicen más mentiras que verdades, o verdades a medias, o verdades vedadas.

Sí hay cosas que son poco discutibles, es cierto: la casa de Lobos no existía cuando los Perón vivieron en la zona, es mucho más moderna y no solamente lo han escrito los peritos sino que la misma declaratoria como monumento lo reconoce; ésta, hecha por la Comisión Nacional de Monumentos, Lugares y Sitios Históricos, tiene en Internet la foto de la de Roque Pérez, lo que resulta paradojal y hasta simpático. La otra casa sí existía, y los documentos lo prueban fehacientemente; pero también son sólo datos y como tales pueden y deben ser discutidos.

Pensemos, por otra parte, que un niño que ingresaba a la Escuela de Guerra debía tener la edad mínima requerida, y si no la tenía era factible mentir - mentira blanca al fin - en una época en que los documentos casi no existían o eran papeletas selladas a veces por un familiar. El problema surge después: un general de la Nación no podía hacer público que se había mentido sobre su edad y domicilio; como siempre sucede, una mentira blanca genera muchas otras. Pero ... ¿ y si no fue así ? Lo dejamos para que lo discutan sus biógrafos, nosotros no lo somos.

Juan Domingo Perón ha sido y sigue siendo el centro de polémicas y, al mismo tiempo, de defensas apasionadas. Pero por detrás de él existió una familia, un niño que luego fue adulto, una casa - en realidad varias -, viajes, conflictos y amores como en toda familia. Lo grande de los grandes hombres es precisamente que nacen iguales a todos nosotros, y lo siguen siendo hasta que, por su esfuerzo, se transforman en personajes notables.

*     *     *

De Nassuh Cheij El Ard, comerciante de origen sirio radicado en la Argentina:

Vine de Damasco a la Argentina, en 1950, tenía 19 años y sin saber hablar español.

Comencé vendiendo virulanas, esponjitas de limpieza, sólo sabía decir " 10 centavos ". Nadie me entendía, ni yo a los demás. Pasé noches durmiendo en plazas y también en alguna cafetería.

Un paisano mío, de Villa Ballester, por 30 pesos me dio el fondo de un negocio. Vendía ollas, sartenes y jarros. Hice amistades en poco tiempo y aprendí a hablar español. Enfrente del negocio había una fábrica de frazadas.

Una noche de invierno, fría y muy lluviosa, viene un camión del Ejército y con soldados. Yo me asusté. ¿ Qué estará pasando ?, me dije. Crucé la calle y ví a una mujer con la cara algo cubierta por el frío y bajo la lluvia.

Entonces la invité a pasar al negocio y a que tomara un café. Se acercó entonces un soldado que me pidió que me retirara. Ella le respondió al soldado:

" No, déjeme con este señor que me está hablando ".

Luego la mujer me preguntó:

" ¿ Le gusta la Argentina ? ".

Sí, le respondí, aquí hay mujeres bonitas.

Ella se reía mucho.

" ¿ Usted conoce a Evita y a Perón ? ", me preguntó.

Descubriéndose la cara, entonces ví su rostro. Fue como si me hubieran tirado un baldazo de agua fría. Era Eva Perón.

Le pregunté qué estaba haciendo y en un momento como ése, de tanto frío y lluvia.

" Vengo a buscar frazadas para repartirlas entre los pobres, voy personalmente a cada fábrica. Si usted necesita alguna ayuda me viene a ver ", me respondió.

Esto que comento sucedió en 1951 y a ella no se le notaba para nada su enfermedad. Tenía tanta vitalidad y tanta alegría.

El día que murió Evita fue el más triste de mi vida. En mi tierra natal el duelo fue inmenso. Los árabes amamos a la Argentina y a Evita. Evita en Arabia es una gigante.

*     *     *

De Ricardo Falcón, doctor en Historia, y Myriam Stanley, máster en Historia, docentes y autores del libro La historia de Rosario, tomo 1, Economía y Sociedad, ediciones Homo Sapiens, Rosario, con ilustraciones y fotografías, 345 páginas, año 2001:

La Fundación Eva Perón, financiada con fondos públicos y algunos aportes privados, creaba escuelas, organizaba torneos deportivos, hogares para ancianos y huérfanos, repartía profusamente juguetes, máquinas de coser y también ropa.

El peronismo centró su interés en actores sociales hasta entonces relegados - amén de los obreros - como las mujeres, a quienes otorgó el voto en 1947, los niños y los ancianos.

El saldo de los nueve años de gobierno peronista, 1946 - 1955, dejó una sociedad transformada. Se incorporaron nuevos patrones de consumo y se elevó progresivamente el estándar de vida de los sectores populares, formándose otros hábitos, gustos y costumbres en el conjunto de la población.

*     *     *

De Héctor Manuel Bonaparte, máster en Ciencias Sociales, docente e investigador, escritor, autor de Rosario - Los que llegaron del interior, fascículo Nº 6, de la colección Historias de aquí a la vuelta, con numerosas fotografías e ilustraciones, 24 páginas, ediciones De aquí a la vuelta, Rosario, año 1990:

Uno de los rasgos definitorios de los dos primeros gobiernos peronistas fue el fomento de la industria.

Efectivamente, no sólo se señaló la actividad industrial como prioridad en los Planes Quinquenales y en los discursos, sino que en los hechos se destinaron líneas de créditos, facilidades impositivas y tarifarias para la adquisición de insumos. Se hacía hincapié en la industrialización sustitutiva de importaciones ( o sea, fabricar aquí los productos, para no tener que comprarlos en el extranjero ) como fundamento de un desarrollo económico - social, que al mismo tiempo daría sustento a una verdadera soberanía política.

La cocina, la heladera, el lavarropas, los electrodomésticos en general, salían de fábricas argentinas con destino a un mercado interno ensanchado y que incluía a muchísimos hogares modestos.

*     *     *

Del Lic. Augusto Carrillo, sobrino del Dr. Ramón Carrillo, médico sanitarista y colaborador de Evita, en el libro titulado Héroes de un país del Sur, de la periodista Magdalena Ruiz Guiñazú, editorial Sudamericana S.A., 304 páginas, año 2011:

Evita y mi tío discutían muchísimo.

Evita era una mujer muy vehemente y Ramón, como buen santiagueño, era muy tranquilo en sus pensamientos y en el trato con la gente.

Mi tío Ramón sabía interpretar lo que pensaba Evita, pero discutían pensando en hacer cosas y de utilidad a la gente.

Por ejemplo, Evita quería hacer cien hospitales y Ramón le decía:

" No señora, hay que hacer cincuenta ". Y allí comenzaba la discusión.

El que intercedía y hacía de mediador era Perón, quién resolvía todo diciendo:

" No se van a hacer ni cincuenta ni cien, sino setenta y cinco ".

La ansiedad por hacer cosas se interponía entre los dos. Pero Ramón tenía su mayor respaldo político en Evita. Y su estrella comenzó a declinar tras la temprana muerte de ella.

*     *     *

De Hugo Fontana, hijo del cantante, actor y director de cine Hugo del Carril:

La Marcha peronista es legendaria y es uno de los elementos que mantuvo unido al peronismo.

Mi papá estrenó la Marcha peronista el 17 de octubre de 1949, en el balcón del General. Luego las grabaciones se multiplicaron hasta el infinito. La Marcha peronista es un símbolo bastante importante después de la figura del general Perón y de Evita.

Después, con la " Libertadora ", papá la pasó muy mal. El único " delito " de mi padre para que lo detuviesen y llevasen a la cárcel fue haber grabado La marcha peronista, y eso le costó años de prohibiciones, persecución y exilio.

*     *     *

De Marcelo Guaita, periodista especializado en tango:

Aquel mítico cachetazo de Evita a Libertad Lamarque ...

Libertad Lamarque se encargó de desmentirlo al famoso cachetazo tiempo después, pero en su momento la versión había ganado un espacio inmenso. En definitiva el hecho le vino muy bien a la actriz y cantante Libertad Lamarque porque autoexiliada en el exterior alcanzó una popularidad jamás imaginada.

He tenido la oportunidad de trabajar mucho con el tango y viajar por América toda, y en cualquier ciudad, en la que se anunciaba la actuación de Libertad Lamarque, el éxito era absoluto. Había obtenido una popularidad increíble en todo el continente latinoamericano, a través de sus películas, discos y series de televisión.

Libertad Lamarque no sólo era una gran cantante, con una voz bellísima, sino también una gran laburante.

En 1955, la " Libertadora " depuso al gobierno de Perón. Un importante jefe militar le propuso al actor y cantante Hugo del Carril que denostara en público a Perón. La respuesta de Hugo del Carril fue rotunda: " Jamás ". La convicciones políticas le costaron graves disgustos a Del Carril. A cambio recibió prohibiciones y persecuciones. Sobre todas las cosas Del Carril fue un hombre cabal. Podemos disentir en algunas cosas, porque él fue algo tozudo u obcecado, pero tenemos que admitir su enorme honestidad, que es una virtud y un privilegio.

Libertad Lamarque y Hugo del Carril vivieron el exilio, que siempre es doloroso. Perón lo manifestó alguna vez:

" El exilio era morir un poco día a día ".

Libertad Lamarque y Hugo del Carril demostraron una gran capacidad artística para encumbrarse en el exterior, lo que no es fácil ni sencillo.

*     *     *

De Alejandro Grimson, doctor en Antropología, investigador del CONICET, decano del Instituto de Altos Estudios Sociales de la Universidad de San Martín, docente y escritor, autor del libro Mitomanías argentinas, editorial Siglo XXI Argentina, 256 páginas, año 2013:

La idea de que el peronismo fue fascista surge de aplicar un concepto europeo a la realidad argentina. Nunca podría tratarse de una aplicación científica y rigurosa, por un hecho muy simple: en la Sociología, la Antropología y la Historia, los contextos particulares son cruciales. Resulta obvio que no puede entenderse la arquitectura francesa desde la premisa de que el Arco de Triunfo es análogo a algún monumento porteño. Lo contrario también es cierto. A pesar de que los franceses o ingleses nunca quisieron imitarnos y de que aquí, en cambio, se han copiado muchos proyectos, ninguno resultó una copia fiel y todos los intentos fracasaron porque nuestras realidades son muy distintas.

Se argumenta que, aunque en los años de Perón no haya habido episodios de antisemitismo, de todos modos hubo opositores que sufrieron cárcel y no había libertad de expresión. En realidad, puede conducir a un grave error evaluar los momentos democráticos entre 1930 y 1983 con la vara de los últimos treinta años. Primero, porque lo que había antes del peronismo era la proscripción del radicalismo y el llamado fraude patriótico ( un oxímoron muy nacional ). Segundo, porque lo que sucedió entre 1955 y 1973 no puede llamarse realmente democracia, ya que el peronismo estaba proscripto. O sea, desde 1930 hasta 1973, el único lapso donde tanto el radicalismo como el peronismo pudieron presentarse a elecciones se extendió entre 1946 y 1955. Pero no sólo es eso. La denominada " Revolución Libertadora ", que prohibió el nombre de Perón, sí fusiló, consolidando la espiral de violencia que ellos mismos habían inaugurado al bombardear la Plaza de Mayo.

A Perón hay que compararlo con sus contemporáneos, y si son argentinos, tanto mejor. Sin duda, tuvo actitudes y formas de proceder incompatibles con la democracia que hoy deseamos. Pero nunca bombardeó la Plaza de Mayo ni mandó a a fusilar a sus opositores.

Hoy creemos en la irrestricta totalidad de expresión, nadie aceptaría muchas medidas de Perón. Pero menos aún se podrían aceptar las acciones de sus opositores ni antes ni después de su derrocamiento.

MITOMANIAS"
En la imagen, tapa del libro de Alejandro Grimson, Mitomanías argentinas, editorial Siglo XXI S.A., 256 páginas, año 2013.

*     *     *

De Damián Cipolla, historiador y escritor, articulista en revista Todo en Historia, número 540, edición especial dedicada a Eva Perón, julio de 2012, editora Felicitas Luna, directora María Sáenz Quesada, Buenos Aires, Argentina:

Durante el gobierno peronista asumió la cartera de Salud Pública, el Dr. Ramón Carrillo, prestigioso sanitarista, que se convirtió en la pieza clave del desarrollo sanitario impulsado en Argentina. El incremento del Estado en su actividad sanitaria trajo como consecuencia la declinación del sector privado, y principalmente el rol cumplido por la caridad.

La figura de Evita fue fundamental a través de las diferentes intervenciones desarrolladas por la Fundación Eva Perón, que se convirtió en un instrumento fundamental para agilizar las transformaciones, no sólo con la Escuela de Enfermeras, sino también con la construcción de hospitales e instituciones que mejoraron la atención sanitaria de la población.

Desde fines del siglo XIX, la población creció ampliamente como consecuencia de la inmigración que arribó a la República Argentina; el aumento de número de habitantes generó un aceleramiento del proceso de urbanización. Para los higienistas, esta situación representaba complicaciones y molestias graves dentro de la sociedad. La solución era no descuidar su bienestar mediante la objetiva solidaridad entre los pobladores de la ciudad, o mejor dicho, la toma de conciencia del posible peligro que representaba una situación de precariedad para el conjunto de la sociedad. Estos intelectuales consideraban que el gobierno era el responsable de preservar la salud del pueblo. Es decir que el Estado " ... tiene que vigilar todo el terreno en que ha de ejecutarse el desenvolvimiento social. Si se ha de vivir de acuerdo con los principios de higiene pública, no puede ser de otro modo ".

Dentro del concepto de salud del pueblo, la mirada higienista, promovía todo lo referido a su bienestar, contribuyendo a su comodidad física y moral. Por lo tanto, la salud del pueblo era considerada, como sinónimo de instrucción, moralidad, buena alimentación, buen aire, precauciones sanitarias, asistencia pública, beneficencia pública, trabajo y hasta diversiones gratuitas; en fin, atención a todo lo que puede constituir una exigencia de los ciudadanos. En pocas palabras, los higienistas concebían al Estado como un verdadero tutor de los pobres.

En las primeras décadas del siglo XX, los servicios de atención médica constituían una suma de instalaciones escasamente vinculadas entre sí, la mayoría de ellas integradas tan sólo por un profesional en su respectivo consultorio. La medicina era practicada en el hogar del paciente o el consultorio del médico; este último muchas veces se encontraba en parte del domicilio del profesional. Por otra parte, en la mayoría de los hospitales públicos los profesionales atendían sin retribución. Sin embargo, en los espacios privados percibían honorarios, ya sea por pago directo de sus pacientes o a través de alguna cobertura existente. Además estos médicos, generalmente establecidos en consultorios independientes brindaban una atención de primer nivel mientras que en los hospitales públicos, de comunidades o administrados por la beneficencia simplemente proporcionaban los cuidados de internación. Por lo tanto, se observa un universo fragmentado y heterogéneo, donde la igualdad del acceso a la atención sanitaria no constituía un valor primordial. Sin embargo, hubo preocupación por garantizar la atención al indigente; aunque desde un principio se diferenciaron las instalaciones destinadas a la población con capacidad de pago y los hospitales públicos administrados por la beneficencia.

Por otra parte, en la cuestión hospitalaria de la década del ´30 se observan falencias en la arquitectura anacrónica, la diferencia de dotación de personal, recursos, instrumental, la falta de elementos indispensables para la atención de los pacientes, la incorrecta distribución de las camas entre el área clínica y las especialidades, deficiente provisión de medicamentos, deficiencias en cantidad y calidad del personal, déficit de enfermeras calificadas, excesiva centralización y formalización administrativa, excesiva burocratización, insatisfacción de los profesionales, e incluso fallas en las prácticas de gobierno: rotación política de cargos técnicos, desorden administrativo y corrupción.

Esta situación sanitaria comenzó a cambiar con la llegada del peronismo al gobierno. Juan Domingo Perón, convertido en Presidente de la República Argentina en 1946, sostuvo tres principios esenciales para el desarrollo de la política de salud:

1º - Todos los hombres tienen igual derecho a la vida y a la sanidad.

2º - No puede haber política sanitaria sin política social.

3º - De nada sirven las conquistas de la técnica médica si ésta no puede llegar al pueblo por medio de dispositivos adecuados.

Estas ideas se plasmaron el 23 de mayo de 1946, cuando se creó la Secretaría de Salud Pública de la Nación, con el rango de Ministerio en reemplazo del antiguo Departamento Nacional de Higiene. Para el 29 de mayo, el Dr. Ramón Carrillo fue designado secretario y confirmado en su cargo el 4 de junio, cuando el general Perón asumió como presidente constitucional de la Nación.

Dadas las condiciones preexistentes, el Dr. Carrillo debió desarrollar una transformación de raíz sobre la estructura sanitaria en todo el país. Dichos cambios no sólo dieron frutos durante sus ocho años de trabajo sino que sentaron las bases perdurables del sistema sanitario actual. En efecto, al momento de hacerse cargo, había un largo deterioro sanitario por la falta de abastecimientos en los rubros elementales para el desarrollo de la medicina, sumado a las epidemias y endemias graves, como la tuberculosis, el paludismo, Mal de Chagas y la lepra, entre otras. Para ello, elaboró un " Plan Analítico de Salud Pública ", que lo llevó adelante a través de su política de construcciones hospitalarias, claves en la acción sanitaria, ya que entre 1946 y 1950 se desarrolló un gran incremento de las unidades hospitalarias, apoyado por la labor de la Fundación Eva Perón.

Dentro del Plan Analítico estaban detalladas las acciones previstas por la Secretaría de Salud Pública con el apoyo y auspicios de servicios provinciales y municipales. Para llevar adelante el Plan era necesario una estructura administrativa adecuada, que se implementó por dos principios fundamentales: la centralización normativa y la descentralización ejecutiva.

Por una parte, establecidas las normas centralizadas, el doctor Ramón Carrillo decidió dividir el país en diferentes áreas geográficas, delegando funciones y administraciones en distintos niveles. El beneficio de dicha acción fue la multiplicación de organismos de ejecución en todo el país. Al mismo tiempo, se preveía la ejecución de formas y medios detallados para la implementación de las actividades provistas por la Secretaría. De tal manera, la política llevada adelante por el doctor Carrillo generó una unificación en los criterios administrativos de fondos, contrataciones, depósitos, personal, hasta los procedimientos y formularios empleados en cada centro asistencial del país.

Por otra parte, la descentralización ejecutiva dio lugar a la participación directa y se desarrollaba tanto en grandes hospitales como en postas sanitarias. Además se establecieron en las provincias, delegaciones regionales de la Secretaría de Salud Pública, que desarrollaban funciones directivas y ejecutivas propias a nivel regional.

Al mismo tiempo, se crearon diversos cursos para las tareas especializadas, donde se formaban especialistas para los distintos niveles, como por ejemplo auxiliares de enfermería, administradores hospitalarios, inspectores administrativos, médicos sanitarios, entre otros. Estos cursos formaban personal necesario para contrarrestar la burocratización. Por otra parte, el accionar descentralizado quedó evidenciado en el éxito de las campañas de vacunación, siendo la primera vez que un gobierno se preocupaba por el problema de los brotes endémicos, origen de los estragos en la población infantil. Por ello, se estableció la obligatoriedad de presentar certificados de vacunación como requisitos al ingresar a colegios o al realizar trámites en reparticiones públicas entre otras actividades.

A través del Plan Analítico, Carrillo expresó los principios que fundamentaban su pensamiento sanitario: universalidad, es decir un sistema único y con una sola modalidad de atención para la totalidad de los habitantes del territorio argentino; integralidad, es decir establecer una red de servicios de diferentes niveles de complejidad que proporcione todo tipo de atención: preventiva, curativa o rehabilitadora; gratuidad, implica acceder a la atención sanitaria y no estar limitado por el pago que supone alguna restricción para el enfermo; oportunidad, apunta a la atención que se brinda cuando se manifiesta su necesidad; y eficiencia, entendida como la capacidad de resolver los problemas dentro de los parámetros del conocimiento médico disponible.

Siguiendo esta lógica, Carrillo, comprendía que la medicina debía desarrollarse en diferentes áreas, como la Medicina Asistencial - llamada medicina pasiva porque solamente se puede resolver el problema cuando ya está planteado -, diferenciada de la Medicina Sanitaria, que era meramente defensiva y de protección; o la Medicina Social calificada de activa y que debía ser necesaria ya que contempla al conjunto de la sociedad.

Por tanto, el propio Ministro de Salud sostuvo que " los médicos, si sólo vemos la enfermedad, si sólo indagamos el órgano enfermo, corremos el riesgo de pasar por alto ese mundo, ese pequeño mundo que envuelve al individuo como algo imponderable ( ... ) Mientras los médicos sigamos viendo enfermedades y olvidemos al enfermo como unidad psicológica y social, seremos simples zapateros remendones de la personalidad humana ".

Consecuentemente, para 1946 la situación sanitaria presentaba un escenario dramático, con déficit de camas y hospitales que mostraba una clara deficiencia en la política llevada adelante por los gobiernos anteriores. Asimismo, este escenario se complejizó más con la falta de personal técnico y los bajos salarios que percibían los empleados estatales perteneciente al ámbito de la salud.

Sin lugar a dudas, generar una transformación profunda y acelerada en la sociedad implicaba un arduo trabajo en la mejora edilicia de los centros de asistencia, equipamiento y formación de los profesionales que administren la atención correspondiente. En este punto, fue fundamental la participación de la Fundación Eva Perón; que complementó en varios aspectos las acciones planificadas por la Secretaría de Salud Pública.

En el primer Plan Quinquenal, el gobierno proyectó el establecimiento de un sistema unificado de salud que brindara cuidado médico, curativo y preventivo, como así también asistencia médica para todos los argentinos que lo requirieran.

Por otra parte, era necesario la creación y la innovación de los establecimientos donde se desarrollara la atención sanitaria. En épocas anteriores, las obras públicas se demoraban veinte años en inaugurarse, por la lentitud de los trámites administrativos, la intervención de dos o tres ministerios, la falta de fondos, entre otros inconvenientes. En ese entonces se pudo superar la burocracia, mediante la acción conjunta de Carrillo y Eva Perón.

Para vencer los problemas generados por la construcción de los nuevos establecimientos y la tipificación de los planos, se creó la Dirección de Construcciones Sanitarias en la Secretaría de Salud Pública que contó conjuntamente con el apoyo y la ejecutividad de la Fundación Eva Perón. Esta institución no se encontraba obligada a rendir cuentas por la Ley de Contabilidad, y por eso pudo realizar en meses obras que, en otras circunstancias hubieran demorado años.

Carrillo aclaró en varias oportunidades que los hospitales no se organizaban basándose en libros, ni en conocimientos técnico - médicos sino que debían organizarse a través del conocimiento de la problemática social de la población que asistía al establecimiento y de la política sanitaria que trazara el gobierno.

Durante los primeros años del gobierno peronista, se construyeron hospitales para atender a los sectores desprotegidos, pero estaban concebidos para convertirse en el futuro en base de operaciones de una política de salud de fuerte contenido social. El hospital es una empresa que concentra un gran número de especialidades y oficios. Además de las necesidades de compra de tecnología y servicios para el desarrollo de la medicina.

La Fundación Eva Perón construyó 4 policlínicos en Buenos Aires: el " 22 de Agosto " de Ezeiza; y 3 policlínicos gemelos en San Martín, Avellaneda y Lanús. Cada uno tenía una capacidad para 500 camas, y contaban con equipos modernos, revestidos en mármol, con atención permanente y gratuita.

Además se construyeron policlínicos en Salta, Mendoza, Jujuy, Santiago del Estero, San Juan, Catamarca, Corrientes, Entre Ríos y Rosario.

La Fundación Eva Perón también mantenía una clínica de recuperación infantil en Terma de Reyes, provincia de Jujuy y otra para niños enfermos del pulmón en Ramos Mejía, además del Instituto del Quemado.

Para 1956 a 1958 la Fundación Eva Perón proyectaba realizar varios establecimientos asistenciales: el policlínico para niños y el policlínico para lactantes; ambos serían - el más grande y el mejor equipado de Sudamérica -; y hospitales regionales en Salta, Santiago del Estero, Concordia, San Luis, San Juan, Corrientes, Mendoza, Jujuy, La Rioja, Entre Ríos, Santa Fe, Tucumán y Neuquén. Pero todo quedó trunco a partir de 1955.

En 1951, la Fundación Eva Perón inauguró un nuevo estilo de atención médica, el Tren Sanitario, que recorrió el país, ofreciendo atención gratuita en servicios de rayos X, vacunación y ginecología, entre otras áreas; y estaba equipado con un pequeño quirófano y una sala de partos.

Los cambios fueron significativos. Durante la década de 1930, el plantel médico era de 8.310 miembros; para 1954 había 22.412, con lo cual aumentaba el número de médicos por habitantes; es decir se pasó de un médico cada 1.250 habitantes a un médico cada 850 personas. Por su parte, para la década del ´40 había solamente 8.000 enfermeras y dentro de esta cifra un alto porcentaje ejercía la profesión sin certificados ni preparación científica. Para 1953 el número de enfermeras había crecido a 18.000, de los cuales todas poseían certificados avalados por diferentes instituciones sanitarias.

Un factor determinante fue la inclusión de lo social en la temática médica logrando una jerarquización de la salud pública y la recategorización ascendente de la epidemiología. Este reconocimiento se evidenció en el ámbito de la enfermería y su desarrollo cobró renovados impulsos y nuevos desafíos.

Para comprender el proceso de profesionalización de la enfermería es fundamental contextualizar la situación de las mujeres que implica remitirse a distintos planos de análisis; por un lado, el plano de las actitudes, conductas y roles asumidos por mujeres y varones en una determinada sociedad; y por otro el de las ideas que prescriben dichas conductas. Es por ello, que el tránsito hacia la profesionalización de la enfermería poseía dos obstáculos que impedían el establecimiento de dicha actividad. La primera dificultad se manifestaba en el terreno socio - cultural que vinculaba la enfermería con la condición femenina; simple reduccionismo extremo donde el desarrollo del oficio o profesión de enfermera estaba indisolublemente ligada al planteo de la mujer en la sociedad. En segundo lugar, en el propio terreno de la salud: el imperio del medicalismo. El modelo médico hegemónico necesitaba aceptar disciplinas auxiliares y subordinadas, con el tiempo y a regañadientes se aceptaron otras profesiones en el campo de la salud, pero nunca a la par del médico. Tanto es así que incluso en la época actual, el protagonismo de un enfermo universitario dentro de un equipo de salud, con gran esfuerzo, podrá igualar el nivel de las profesiones auxiliares de la medicina.

Por tanto, durante la época peronista, para " administrar salud " no bastaba la figura solidaria y tradicional del médico, tampoco la imagen de un equipo médico. Pues las enfermeras cumplían un rol importantísimo en las tareas sanitarias. Hoy en día reconocemos que la salud y su cuidado son un derecho y una responsabilidad que tienen todos los seres humanos. Sin embargo, en el pasado, las enfermeras - cuidadoras, hacían tareas domésticas en el hospital o en el hogar. Sus deberes eran sencillos e implicaban pocos conocimientos o comprensión de las enfermedades de los pacientes o del tratamiento médico. Básicamente, las enfermeras, hacían lo que le decían. Incluso diferentes miembros de los diversos grupos de salud han visto a la enfermera como " alguien que espera " al médico para llevar a cabo las órdenes sobre los tratamientos..

Dentro de la enfermería siempre se ha planteado la dicotomía entre sus objetivos y sus ocupaciones que fueron transformándose a través del tiempo. Por una lado están las responsabilidades que asumen las enfermeras, que son asignadas como independientes, interdependientes y/o delegadas; eso dependerá de la formación recibida por cada una de ellas ( a veces para - médica u otras pre - médica ).

La formación de las enfermeras no siempre se ha concebido como una enseñanza académica integral. Generalmente se ha subestimado la necesidad de conocimientos científicos, alegando que es una profesión totalmente práctica. Sin embargo, la ciencia aportó certezas teóricas que permitieron elevar y mejorar la formación que se impartió en la Escuela de Enfermeras.

Durante el peronismo, " las mujeres comenzaron a formar parte de la vida pública como trabajadoras y como ciudadanas, a partir de la apelación que hizo el Estado al ampliar su participación social. Pero el discurso oficial se presentaba ambivalente; por un lado, el Estado peronista reconoció la presencia y los derechos de las mujeres en el mercado de trabajo, pero por el otro, esto no impidió que se condenara todo aquello que las alejaba de su destino y su misión ". Dentro del ámbito de la salud se apuntaba a profundizar un cambio y para ello era necesario comenzar la aplicación del Plan Analítico del doctor Carrillo.

En el año 1946, al crearse la Secretaría de Salud Pública se conformó una comisión de Cultura Sanitaria que se encontraba integrada por diversos médicos y una enfermera, cuya finalidad era estudiar los títulos y programas de estudios de las diferentes escuelas de enfermería existentes en el país para establecer la unificación en los planes de dichas carreras. La Comisión se encontraba constituida por el Dr. Segundo Beltrán como presidente, los doctores Nicolás Díaz, Roberto Bogliano, Jaime del Sel como colaboradores; y la enfermera María Elena Ramos Mejía que formaba parte del plantel.

Este organismo tuvo una labor exhaustiva, ya que se abocó a preparar instructoras eficientes para las escuelas del país, y a su vez crear dentro del organismo nacional una escuela de enfermeras. Para llevar adelante esta labor, la directora del curso María Elena Ramos Mejía decidió, en primera instancia, seleccionar a 50 alumnas de diferentes escuelas existentes a lo largo y ancho del país. Estas alumnas debían poseer como requisito para asistir a este programa, antecedentes reconocidos y antigüedad. Por su parte, para la preparación del nuevo personal se preveía una revisión de las materias ya trabajadas en su formación y se agregaban asignaturas como Psicología, Farmacología y Toxicología, Arte de la enfermería y, por primera vez, se incluía la asignatura Enfermería en Salud Pública. La finalidad del dictado en este programa era establecer una uniformidad en la formación de las futuras enfermeras instructoras.

Las clases fueron dictadas en el Instituto Costa Buero, dependiente de la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad de Buenos Aires y duraban 3 meses.

Posteriormente, finalizado el curso de instrucción se creaba la Escuela de Enfermería dependiente de la Secretaría de Salud Pública de la Nación, el 4 de junio de 1947, estableciendo su sede en la calle Paraguay 2201.

Las alumnas aspirantes de esta escuela de enfermeras se seleccionaron con estudios secundarios y se adoptaron nuevos programas de estudios aconsejados por el Consejo Internacional de Enfermeras, donde promovían la implementación de asignaturas como el Arte de la enfermería, Historia de la enfermería y Esterilización.

Si bien esta fue la primera escuela de enfermeras dependiente del Ministerio de Asistencia Social y Salud Pública de la Nación que se creó en la Capital Federal, no era la única que funcionaba para la época.

Hasta los años peronistas, los centros que formaban enfermeras eran la Cruz Roja Argentina, la Sociedad de Beneficencia de la Capital Federal, y algunas escuelas provinciales del Interior del país.

La Sociedad de Beneficencia de la Capital Federal poseía escuelas en diversos establecimientos bajo su dependencia y las mismas funcionaban en el Hospital Rivadavia, Instituto de Maternidad Ramón Sardá, Hospital de Niños Casa Cuna, Hospital Nacional de Alienadas, Hospital Nacional de Alineadas anexo Lomas, Hospital Vicente López y Planes, y Sanatorio Marítimo. Las jóvenes aspirantes ingresaban a las escuelas para desarrollar sus estudios como enfermeras y entre sus tareas diarias se encontraban la limpieza de los pisos, el aseo de las ventanas más que el cuidado de los pacientes. Durante años realizaban sus labores sin ningún tipo de remuneración ni reconocimiento de sus derechos laborales.

El mal manejo de los recursos económicos y humanos en los establecimientos de beneficencia, habían sido advertidos ya por el gobierno de la llamada " Revolución de Junio ", razón por lo cual durante 1943, la Sociedad de Beneficencia pasó por decreto a depender de la Dirección de Salud Pública y Asistencia Social dentro del Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto. Ya durante el primer gobierno de Perón, se intentó intervenirlas desde el Senado de la Nación; finalmente, el 6 de septiembre de 1946, por medio del decreto 9.414, se intervino la Sociedad de Beneficencia nombrándose como interventor al doctor Armando Méndez San Martín. La política asistencial del peronismo no compartía los criterios del pasado, por lo tanto comenzó estableciendo la ayuda social en lugar de la beneficencia; por eso transformó las escuelas de enfermería de la Sociedad de Beneficencia en instituciones con proyecciones asistenciales. Para ello encargó la tarea a Teresa Adelina Fiora, hasta ese momento secretaria de la Escuela de Enfermeras del Hospital Peralta Ramos. Se concentraron todas las escuelas de enfermeras existentes y crearon nuevos planes de estudio que perfeccionaron la enseñanza e implementaron las innovaciones emprendidas por el doctor Ramón Carrillo.

En menos de un año se organizó la nueva Escuela de Enfermeras que llevó el nombre " Escuela de Enfermeras 7 de mayo " . Con el total apoyo de Méndez San Martín, Teresa Fiora se ocupó de la organización administrativa mientras que en las cuestiones de metodología y didáctica trabajó un grupo de médicos, encabezado por el doctor Albertelli, quienes delinearon los planes de estudios en los cuales reflejan los primeros cambios, alcanzando de esta forma, algunas metas propuestas por la Secretaría de Salud Pública de la Nación.

Los cursos de enfermeras tenían una duración de 2 años y su plan de estudios se encontraba constituido por 12 asignaturas que conformaban el ciclo de grado. En 1º Año se daban Higiene y Epidemiología, Anatomía y Fisiología, Semiología, Patología general y Terapéutica, Defensa Nacional y Calamidades públicas; y en 2 º Año se dictaban Primeros auxilios, Enfermería médica y Quirúrgica obstétrica, Ginecología y Puericultura, Dietética y Medicina Social. Para finalizar su formación, las alumnas debían cursar un posgrado con prácticas hospitalarias. También estaba previsto desarrollar perfeccionamientos a través del dictado de especialidades como auxiliar de hemoterapia, identificación al recién nacido, auxiliar de anestesista, secretariado de sala, neurología y psiquiatría, ayudante de laboratorio, auxiliar de radiología, higienista dental, transfusoras y asistente dental.

Por otra parte, las alumnas recibían clases de conducción de vehículos, conocimiento necesario debido a la dotación de automotores que poseía la Escuela de Enfermería. Era la única institución perteneciente a la Fundación Eva Perón que tenía a su cargo unidades del cuerpo de emergencias: motocicletas, ambulancias hospitalarias, ambulancias equipadas para operaciones de urgencias, unidades Jeep con equipo de oxigenoterapia y anestesias; además de los camiones para el traslado de personal médico y enfermeras.

La Escuela de Enfermeras se integró a la Fundación recién en 1950, cuando la escuela ya estaba bien organizada, pero la Fundación le brindó la estructura y centralización.

En un primer momento, la escuela no poseía una instalación definitiva, por lo que se dictaban las clases en el Instituto de Maternidad Peralta Ramos y el internado funcionaba en un pabellón de la Casa Cuna. Posteriormente y hasta 1955, su sede central se trasladó a Callao 1218, mientras que desde 1952 el internado funcionó en un complejo establecido en Ezeiza.

El número de las inscriptas en la escuela desde 1950 a 1955 ascendía a 6.656, cuyas edades oscilaban entre 14 a 50 años, además de provenir de diferentes sectores sociales y diversas regiones del país.

Desde sus inicios, la escuela poseía los internados para aquellas personas que vivían lejos y necesitaban hospedaje. Sin embargo, con la creación del internado de Ezeiza se incrementó el número de alumnas internadas, que provenían del interior del país y también de extranjeras que llegaban a la Argentina con una beca de la Fundación. Desde 1952 a 1955 se contabilizó un total de 1.038 internadas argentinas provenientes de las diferentes provincias; por otra parte, se estableció para este mismo período un total de 56 alumnas internadas extranjeras que provenían de España, Perú, Uruguay, Ecuador, Chile, Cuba, Egipto, Portugal, Italia, Paraguay, Checoslovaquia, Bolivia, Francia, Lituania, Panamá. Desde 1949 a 1955 egresaron de la escuela un total de 1.279 enfermeras; 848 completaron el curso de enfermeras y 432 completaron las diversas especializaciones.

Los títulos emitidos por la Escuela de Enfermería eran avalados por la Universidad de Buenos Aires, que aportaba médicos y especialistas para las mesas de éxamenes finales. Por su parte, el dictado de los cursos se encontraba a cargo de médicos universitarios, que poseían el conocimiento científico y lo transmitían a las auxiliares de la medicina. Por otra parte, un alto número de estas enfermeras egresadas continuaron su trabajo en policlínicos donde habían desarrollado sus prácticas. También desarrollaban servicios en casos de emergencias, preparaban las nuevas obras de la Fundación Eva Perón para sus inauguraciones y cumplían como asistentes sociales.

Cabe resaltar que las enfermeras de la Escuela de Enfermería, en diversas ocasiones salieron del país para socorrer víctimas de catástrofes, como en Chile que auxiliaron a los damnificados en una explosión, y atendieron a las víctimas de temblores en Turquía, Perú, Venezuela y Colombia. Por otro lado una delegación viajó a Ecuador para prestar asistencia a los damnificados en una grave inundación, además de realizar envíos de medicamentos y víveres a diversos países como Israel, Estados Unidos, entre otros.

La Escuela de Enfermería de la Fundación Eva Perón funcionó hasta el año 1955. Con el advenimiento del golpe de Estado, las enfermeras fueron obligadas a devolver sus insignias y entregar sus uniformes. La autodenominada " Revolución Libertadora " interrumpió varias acciones que complementaban la transformación sanitaria en el país y fundamentalmente la profesionalización de las enfermeras.

Asimismo, desde la profesión de la enfermería, no se implementaron los cambios planteados por el peronismo que apuntaban a solucionar los problemas que se presentaban en la realidad social.

Por tanto, la enfermería retrocedió en todos sus aspectos, perdiendo su jerarquía en el contexto interdisciplinario de la salud. Para aquellas mujeres, y principalmente las que provenían de sectores sociales humildes, el estudio de la enfermería constituía una vía de ascenso y reconocimiento social, que se vió interrumpido con el gobierno de facto.

Los avances que se habían desplegado en la formación, organización y diferenciación habían permitido marchar hacia su profesionalización en el peronismo. Esto se evidencia en las diferentes experiencias de las egresadas de la Escuela de Enfermeras de la Fundación Eva Perón, quienes siguieron sus estudios y terminaron en muchos casos ocupando cargos importantes dentro de las labores que cada una emprendió posteriormente.

CUADRO

En la imagen, óleo del pintor italiano Roberto Fantuzzi ( 1889 - 1974 ), realizado en 1948 y rescatado de las llamas durante el incendio del mobiliario del Instituto de Neurocirugía en el golpe militar de 1955. En la obra pictórica el doctor Carrillo está pintado junto a otras eminencias médicas de la época.

Y para ver imágenes del Dr. Ramón Carrillo, prestigioso sanitarista y neurobiólogo, clickear, por favor, aquí

*     *     *

De Minutouno.com, Todas tus notas, interesante sitio digital con noticias internacionales, policiales y del espectáculo, propiedad de Desarrollos Informáticos S.A., Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Argentina:

El 26 de julio de 1952 falleció Evita Perón y fue el especialista español Pedro Ara el encargado del tratamiento para la conservación de su cuerpo para siempre. Su cadáver fue velado por miles de personas durante dos semanas.

Tras su muerte, el 1º de julio de 1974, el cadáver del general Juan Domingo Perón recibió técnicas de conservación y colocado en un cofre en el panteón de su familia en el cementerio de la Chacarita, para luego ser trasladado al mausoleo de San Vicente el 17 de octubre de 2006.

Líderes de América y del mundo fueron embalsamados y fueron expuestos al público por su trascendencia histórica.

En Moscú está el laboratorio encargado de la conservación del cuerpo de Vladimir Lenin, fallecido en 1924, y que desde entonces estuvo expuesto en un mausoleo en la Plaza Roja. El lugar fue durante años uno de los centros de mayor interés turístico de Moscú.

Los rusos tiene el mayor reconocimiento y tradición a la hora de embalsamar a su muertos mediante una técnica por la que se vacía la sangre, se extraen los órganos y se deja el cadáver en un líquido que permite conservarlo durante mucho tiempo.

El Instituto ruso de Plantas Medicinales y Aromáticas guarda la fórmula aplicada a Lenin y otros líderes políticos como Jósef Stalin, fallecido en 1953, que fue embalsamado y exhibido junto al de Lenin. Sin embargo, ocho años después, los restos de Stalin fueron trasladados a una tumba junto al Kremlin.

A estos se suman el dirigente comunista búlgaro Georgui Dimitrov ( 1948 ), el checoslovaco Klement Gottwald ( 1953 ), el vietnamita Ho Chi Minh ( 1969 ), el angoleño Agostino Neto ( 1979 ), y el presidente de Guyana Forbes Burnham ( 1985 ).

El presidente de Corea del Norte Kim Il - Sung, que murió en 1994, fue también embalsamado por especialistas rusos y sus restos reposan en un mausoleo en el palacio de Kumsusan, junto a los de su hijo y sucesor Kim Jong - Il ( 2011 ).

Otro ejemplo es el del líder chino Mao Tse -Tung, fallecido en 1976, y que también fue embalsamado y permanece en un mausoleo en la plaza de Tiananmen ( Pekín ).

El cadáver del ex presidente venezolano Carlos Andrés Pérez permaneció embalsamado en una funeraria de Miami desde su muerte, el 25 de diciembre de 2010, hasta el 4 de octubre de 2011, fecha en la que fue trasladado a Venezuela y donde fue enterrado dos días después, tras un largo litigio entre su primera esposa, Blanca Rodríguez, y su compañera sentimental, Cecilia Matos Morero.

El especialista francés Jean Monceau, prestigioso tanatopractor, trabajó sobre más de 22.000 cadáveres a los que retocó y arregló. En su lista de personajes famosos embalsamados están la princesa Diana de Gales, fallecida el 31 de agosto de 1997, la actriz Bette Davis ( 1989 ), el modisto Guy Laroche ( 1989 ), el bailarín Rudolf Nureyev ( 1993 ) y el oceanógrafo Jacques Cousteau.

*     *     *

De Nora Iniesta, premiada artista plástica, docente y escritora, autora del libro Evita - La dama de la esperanza, compilación de centenares de imágenes con la iconografía sobre Evita Perón realizada por la artista, 200 páginas, editorial Del Nuevo Extremo, Buenos Aires, año 2012:

Mi familia no era peronista, pero me acuerdo de los relatos de los vecinos, Evita era como un hada madrina. Cuando era chica tenía la idea de una Evita omnipresente, de alguien mágico. Mi primer encuentro con Evita fue a través de los textos escolares de mi hermano mayor.

Como el arte, Evita no tiene fronteras. Y es algo distinto al peronismo y a Perón.

EVITA

Tapa del libro titulado Evita - La dama de la esperanza, de Nora Iniesta, editorial Del Nuevo Extremo, 200 páginas, año 2012.

*     *     *

Textos cortesía de Carlos Vitola Palermo de Rosario, Santa Fe, República Argentina.

Anterior

Siguiente


Indice de historias, anécdotas y testimonios


Otras páginas web realizadas por mí:


DOLORS CABRERA GUILLENDOLORS CABRERA GUILLENDOLORS CABRERA GUILLEN
Esta página está dedicada a mi esposa Dolors Cabrera Guillén, fallecida por cáncer el día 12 de marzo de 2007 a las 18.50 y por seguir su última voluntad, ya que conociéndome, antes de morir, me hizo prometerle que no abandonaría la realización de mis páginas web.

Homenaje a Dolors Cabrera Guillén 


(C) Copyright Mariano Bayona Estradera 2013
Página creada con el asistente automático para crear páginas WEB WebFacil